lunes, 19 de diciembre de 2016

¿QUIÉN ES JESUS LLAMADO EL CRISTO?

Jeremías Ramírez Vasillas

Cada fin de año el advenimiento de Jesús se pone de moda. Se montan nacimientos en todas partes. Pero este montaje está rodeado de información distorsionada que a veces poco tiene que ver con lo que la Biblia dice al respecto.

Tanta es la desinformación que a más de 20 siglos de su aparición en la tierra Cristo es materia de controversias las cuales surgieron desde que andaba en la este mundo. Hoy mucha gente se pregunta quién es en realidad, incluso dentro de las iglesias cristianas católicas, ortodoxas o evangélicas. Fuera del ámbito eclesial, algunos dicen que es una invención de la iglesia; otros, que fue un sabio o un iniciado, aunque bien a bien no se sabe a qué se refieren con esto y otros sólo un hombre singular que accidentalmente su figura fue cobrando popularidad.

Cuando andaba este mundo hasta sus conocidos se hicieron esta pregunta.

MATEO 13
53 Aconteció que cuando terminó Jesús estas parábolas, se fue de allí.
54 Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros?
55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas?
56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas?
57 Y se escandalizaban de él.

Se escandalizaban, es decir, se horrorizaban que un simple hijo de carpintero anduviera haciendo esas cosas que no le correspondían.  Estaba para hacer sillas o mesas, pero no andar haciendo milagros.

Hoy hay quien afirma que su sabiduría la obtuvo por haber sido instruido por sacerdotes egipcios, quienes le enseñaron los secretos ocultos.

Si bien estuvo de niño en Egipto a dónde José huyó de Herodes, pero tan pronto murió Herodes regresó y pasó todo su tiempo en Galilea en donde ejerció su profesión de carpintero y todos sabían que en ese tiempo Jesús no era un intelectual, un sabio, un profeta, alguien que tuviera una virtud especial pues se preguntan ¿De dónde tiene éste esta sabiduría? Vemos de nuevo los últimos versículos.

MATEO 13
55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas?
56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas?

Sus milagros y sus poderosas enseñanzas hicieron que se levantaran diversos rumores infundados, y Jesús lo sabía de modo que un buen día les preguntó a sus discípulos:

MATEO 16
15 El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

El mismo Juan el Bautista, cuando estaba preso por mano de Herodes, mandó a sus discípulos a preguntarle.

LUCAS 7
11 Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud.
12 Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad.
13 Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores.
14 Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate.
15 Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre.
16 Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo.
17 Y se extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de alrededor.
18 Los discípulos de Juan le dieron las nuevas de todas estas cosas. Y llamó Juan a dos de sus discípulos,
19 y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro?
20 Cuando, pues, los hombres vinieron a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, para preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro?

RESPUESTAS
 Las respuestas sobre su identidad las empezó a dar el mismo Jesús al responder a los cuestionamientos. Vean la respuesta que le dio a Juan el Bautista:

LUCAS 7
21 En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista.
22 Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;
23 y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí.

La respuesta, como ven, no fue con argumentos ni con pronunciamientos filosóficos o teológicos, sino con hechos; hechos que subrayaban la profecía de Isaías, que el Señor mismo pronunció al inicio de su ministerio:

LUCAS 4
16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.
17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
18 El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
19 A predicar el año agradable del Señor.
20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.
21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.

Además, la escritura revela con claridad quién es Jesús. Empecemos diciendo primero qué no es para luego que sea la escritura la que nos diga que sí es.

1. No es alguien que tuvo un origen humano, es decir, no inició su vida cuando nació en Belén, sino que allí fue el momento en el que siendo Dios se hiciera hombre .

El evangelio de San Juan 1 dice:

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”.),

En Belén entra, entonces, a la vida humana de la misma forma que cualquier ser humano para rescatar al ser humano desde su misma condición. Nos dice San Pablo:

FILIPENSES 2
5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

2. No concluyó su vida en la Cruz del Calvario, es decir, no está muerto, sino que resucitó.

Romanos 8:34
34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

3. Cristo no fue el primer creado, a pesar de que la Biblia lo identifica como “el primogénito Hijo de Dios”.

Colosenses 1:15
15 El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.

¿Qué es lo que quiere decir en este pasaje con “primogénito” Aclaremos esto. La palabra griega que el apóstol Pablo usó en Colosenses (inspirado por Dios) para designar “primogénito” es “prototókos” que tiene un sentido más de título de honor, no en sentido temporal, es decir , que él fue el primero. Veamos tres pasajes que aclaran este sentido.

Éxodo 4:22
22 Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito.

 Israel no fue el primer pueblo que apareció en la tierra, sino antes, como sabemos, nacieron muchas personas y pueblos. Pero Israel tiene el honor de ser el pueblo que Dios eligió para difundir su palabras, de ahí el título de “primogénito”. Ademas, es bueno saber que en la antigüedad: “…según el concepto oriental, el hijo primogénito crecía con un destino especial. Y era empujado a desempeñar un rol de pionero, una especie de líder natural. Se tenía el concepto de que ellos representaban la esperanza futura del linaje, como también la perpetuidad del nombre de la familia”[1].

Otro pasaje es Salmo 89:27. Leamos desde el 20.

20 Hallé a David mi siervo;
Lo ungí con mi santa unción.
21 Mi mano estará siempre con él,
Mi brazo también lo fortalecerá.
22 No lo sorprenderá el enemigo,
Ni hijo de iniquidad lo quebrantará;
23 Sino que quebrantaré delante de él a sus enemigos,
Y heriré a los que le aborrecen.
24 Mi verdad y mi misericordia estarán con él,
Y en mi nombre será exaltado su poder.
25 Asimismo pondré su mano sobre el mar,
Y sobre los ríos su diestra.
26 El me clamará: Mi padre eres tú,
Mi Dios, y la roca de mi salvación.
27 Yo también le pondré por primogénito,
El más excelso de los reyes de la tierra.

Y Cristo tiene ese título porque si por un hombre entró el pecado, por otro viene la salvación, es decir, por Cristo que con su sacrificio en la cruz salva a la humanidad de su maldad, de sus pecados, de la muerte, de sí mismo, de maldad.
Isaías 9:6-7
6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.

Esto es lo que quiere decir con “primogénito”.

Pero además, es importante saber que Él es quien sostiene todo el universo en equilibrio:

Hebreos 1
1  Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;
3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas...

Colosenses, por su parte, nos dice que el es el eikon (la imagen exacta), subrayando aquello que el mismo Señor le dice a Felipe cuando éste le pide que les muestre al Padre: (Juan 14: 8-9) “Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?

Y este pasaje amplia lo que dice el pasaje de Hebreos que cavamos de leer. Es decir, Él es por quien todas las cosas existen y subsisten.

COLOSENSES 1
15 El (Cristo) es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;
18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;
19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado
22 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;
23 si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.

Y Cristo es el eterno, el que vive por siglos (eternamente) y tiene las llaves de la muerte y el Hades, es decir, el lugar de los muertos. Y esta es su imagen poderosa.

Apocalipsis 1:
9 Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.
10 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,
11 que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.
12 Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro,
13 y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro.
14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego;
15 y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas.
16 Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.
17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;
18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.

Quisiera terminar con una imagen muy difundida en estos tiempos, pero tergiversada. Una imagen incluso enigmática. La presencia de uno hombre de oriente que se enteran antes que el pueblo de Israel del quien salvará a su pueblo y a toda la humanidad, lo cual muestra que Dios se comunica con el ser humano que tiene oídos para oírlo.

MATEO 2
1  Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,
2 diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
3 Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.
4 Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.
5 Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
6 Y tú, Belén, de la tierra de Judá,
No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;
Porque de ti saldrá un guiador,
Que apacentará[a] a mi pueblo Israel.
7 Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella;
8 y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.
9 Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.
10 Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.
11 Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
12 Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

Estos hombres entendieron bien que se trataba de Dios mismo y sus simbólicos regalos indican que sabían mucho más de él que muchos sabios de Israel: era un rey (le dan oro, metal propio de los reyes), era un sacerdote, un sumo sacerdote importantísimo (le regalan incienso) y era un cordero sacrificial (le regalan mirra, una sustancia amarga que anticipa su amarguísimo sacrificio en la cruz).

Ellos sabían mucho más inclusive de lo que saben mucha gente actualmente e incluso mucho más que muchos cristianos y que hoy hemos repasado de manera sintética.

Si bien no nació un 25 de diciembre, usemos esta tradición humana para recordar a aquel que no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.





[1] http://meditacionescristianasrdj.blogspot.mx/2011/01/los-primogenitos-pertenecen-dios.html

sábado, 10 de diciembre de 2016

¿QUÉ SABÍA EL APÓSTOL PABLO DE DEPORTES?


Observando los Juegos Olímpico, recordé que el apóstol Pablo tiene varias referencias al deporte en sus cartas y me pregunté ¿Era el apóstol Pablo un aficionado a los deportes? ¿Tenía algún ídolo deportivo o un equipo favorito? ¿Le iba a algún equipo? No lo sabemos, sólo que hace referencia a las justas deportivas en sus cartas. Por ello,  quizá debemos preguntarnos ¿Qué sabía en apóstol Pablo de deportes? Y si sabía algo ¿para qué le servía en su ministerio? ¿Por qué uso la terminología deportiva para ilustrar el modo de obrar en el camino del Señor?

Como el señor Jesús, que usaba cosas cotidianas para ilustrar las grandes verdades espirituales, Pablo usó así mismo los deportes y las actividades militares. El deporte, seguramente, envolvía y generaba pasiones y nadie estaba exento. Había un conocimiento común y un lenguaje común que el apóstol aprovechó para hacer más claras y vívidas sus enseñanzas.

Pero para contextualizar mejor sus referencias deportivas,  tendríamos que ver qué y cómo eran los deportes en los tiempo de Pablo.

En la región donde Pablo vivía las competencias deportivas tuvieron una gran importancia. Fueron creadas y popularizadas mucho tiempo atrás por los griegos y quedaron como legado, al parecer, hasta hoy.

Las competencias deportivas eran, para el siglo I, verdaderas fiestas populares, y se practicaban  en todas las ciudades del imperio romano.

En Grecia el deporte es considerado como algo vital, un deber del ciudadano, esencial en la formación del hombre, una actividad agonística en si misma para la propia superación de creación humana, en Roma el deporte se aleja de este sentido humanista acercándose a otro diametralmente opuesto. En Roma el deporte será un elemento entendido sobre todo como una diversión social, concibiéndolo como espectáculo público por y para el Estado[1].

Pero la influencia mayor venía de Grecia para quienes el deporte no respondía exactamente al concepto actual, era mucho más valioso para ellos y recogía un amplio espectro de valores:

1.     El culto al cuerpo.
2.     La preparación psicológica para la competición. Eran pueblos guerreros y las competencias desarrollaban habilidades útiles para una guerra que era cuerpo a cuerpo.
3.     También se utilizaban para rendir respeto y culto a los dioses. Al parecer, esto imprimía mayor ánimo al atleta pues aportaba lo que todo griego deseaba: un hombre perfecto: καλòς καὶ ἀγαθóς (kalòs kaì agathós) es decir, "bello y bueno". Esta misma premisa fue adoptada por los romanos en su mens sana in corpore sano pero en realidad el origen reside en el ideal griego de perfección.

Para los griegos esta realidad era reflejo de otra, la celestial. De modo que si eran bellos y buenos aquí, significaba que en el plano celestial estaban en buena posición, es decir, recibían algo así como un halo de santidad. Es decir, estaban más cerca de Dios que Él era el absoluto Bello y bueno.

Los juegos más importantes eran los Olímpicos, aunque no eran los únicos juegos panhelénicos que se celebraban, pero sí el más importante de los cuatro que se celebraban, pues estaba dedicado a Zeus Olímpico.

Es decir, las Olimpiadas no eran una celebración sólo deportiva sino sagrada. Y el que llegaba a la meta se acercaba a lo divino.

Las otras tres Polis (ciudades) eran:

- Delfos: que celebraba los Juegos Píticos, en honor de Apolo, que mató a la serpiente Pitón.
- Corinto: los juegos Ístmicos (fundados por Sísifo; o por Teseo en honor de su padre Posidón), y
- Nemea con sus Juegos Nemeos, fundados por Heracles para conmemorar su victoria sobre el león (aunque la tradición más antigua dice que eran en honor del príncipe Arquemoro).

Tipos de competencias
Su  programa estaba constituido por pruebas actualmente conocidas: carreras, salto, lanzamientos de disco y jabalina, lucha, boxeo (pugilismo), pancracio[2] y carreras de carros y de caballos.

Otros de los juegos que agregaron los romanos fueron las luchas de los gladiadores, sangrientas luchas cuyo vencedor recibía beneficios económicos, a pesar de que este fuese esclavo. De hecho, sus amos se enriquecían y llevaban a los gladiadores a diversas plazas, tal como ahora existe el mercado de los jugadores de futbol[3].

La motivación de los atletas

Si un vencedor en cualquiera de estas ciudades era importante, el VENCEDOR ABSOLUTO de las cuatro sedes era convertido en héroe nacional , recibiendo el nombre de περιοδονικής (periodonikés), esto es "ganador del circuito".

Premios

Los ganadores recibían:
·      La ovación y el aplauso de los espectadores presentes en los estadios;
·      Los atletas eran condecorados con coronas de laurel y
·      Ganaban el derecho a tener una estatua en vida.
·      En algunos casos, los atletas vencedores recibían una renta vitalicia por parte de los estados griegos, debido a la simpatía que les proporcionaba a las divinidades.
Origen de los Olímpicos

Según una leyenda citada por Píndaro, fue Heracles quien llamó "Juegos Olímpicos" a una serie de eventos deportivos en honor a su padre Zeus.

·      Los primeros juegos Olímpicos de los que se tienen constancia escrita transcurren durante el año 776 a.C. fecha que se empleará para datar acontecimientos (al igual que los romanos tomaban la de la fundación de Roma o la del consulado anual).
·      Las pruebas olímpicas celebradas cada cuatro años son en un principio de carácter regional y únicamente se deja participar a ciudadanos griegos libres varones; pues estaban vetadas a las mujeres casadas.
·      Los atletas son los que deben correr con el gasto de la estancia y el viaje o en su defecto la población a la que representan.
·      Posteriormente los juegos fueron más flexibles y dejaron participar a los habitantes de las colonias griegas del Mediterráneo como es el caso de Sicilia haciendo con ello que la difusión de estos juegos fuera mayor y por lo tanto su popularidad.
·      Su importancia en el mundo griego era tan grande que durante la celebración de los juegos (un mes después del solsticio de verano) se paralizaba cualquier enfrentamiento bélico.

La última olimpiada
La última olimpiada de la antigüedad,  fue la del año 394, ya en la era Cristiana. Fueron prohibidos por el emperador romano Teodosio I por considerarlos un espectáculo pagano y ordenó eliminar dicha celebración. Este mismo emperador fue quien el 27 febrero del año 380 convirtió al cristianismo en la religión exclusiva del Imperio Romano, por un decreto imperial.


Pablo y los deportes
Como podemos ver, los deportes eran tan populares como hoy en día. Y seguramente trastornaba, la vida cotidiana. Pablo, desde su natal Tarso, deber haber visto este fenómeno con detenimiento y aprendió mucho del tema, conocimiento que después le fue útil para explicar, a través de sus cartas, aspectos esenciales de la vida cristiana. Y como él, principalmente, trabajaba con los gentiles, y muchos de ellos habían al menos visto alguna competencia; y algunos otros, seguramente, eran atletas. Además, el ejercicio físico era bien visto, como hoy.

Sabía que el entrenamiento debe ser disciplinado rechazando cualquier actividad que dañe el desempeño

Rechaza las leyendas profanas y otros mitos semejantes. Más bien, ejercítate en la piedad, pues aunque el ejercicio físico trae algún provecho, la piedad es útil para todo, ya que incluye una promesa no sólo para la vida presente sino también para la venidera.
1a Timoteo 4.7-8 NVI 

Versión Reina Valera 60
7 Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad;
8 porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.

El ejercicio del cristiano debe ser en el duro gimnasio de la piedad. En un diccionario dice acerca de esta palabra:
1.     eusebeia(εὐσέβεια, G2150) , de eu, bien, y sebomai, ser devoto, denota aquella piedad que, caracterizada por una actitud en pos de Dios, hace aquello que le es agradable a Él.
2.     Este y el verbo y adverbio correspondientes (véase más abajo) son frecuentes en las Epístolas Pastorales, pero no aparecen en las Epístolas anteriores de Pablo. El apóstol Pedro utiliza el nombre cuatro veces en su 2ª Epístola (2 P 1.3, 6,7; 3.11). Los otros pasajes en que aparece son Hch 3.12; 1 Ti 2.2; 3.16; 4.7,8; 6.3,5,6,11; 2 Ti 3.5; Tit 1.1. En 1 Ti 6.3: «la doctrina que es conforme a la piedad» significa aquella que es coherente con la piedad, en contraste a las falsas enseñanzas; en Tit 1.1: «la verdad que es según la piedad» es aquella que produce piedad; en 1 Ti 3.16: «el misterio de la piedad» es la piedad en su incorporación en, y comunicada mediante, las verdades de la fe con respecto a Cristo; en 2 P 3.11 se encuentra en plural, significando acciones piadosas.[4]

Sabía que muchos atletas, particularmente los gladiadores, no eran dueños de sus cuerpos. Y debían ser responsable de ello.
¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios.
1a Corintio 6.19-20 NVI

Versión Reina Valera 60
19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

Hoy se proclama mucho la decisión de hacer con el cuerpo lo que uno decida. Pero no es así, y mucho menos los cristianos. Este cuerpo es un vehículo que Dios nos proporcionó, pero suyo es. Por ello Pablo usaba dos adjetivos para sí mismo “Siervo de Jesucristo” o “Esclavo de Jesucristo”. Pues nos compró con su sangre y debemos honrarlo cuidando nuestro cuerpo.

Sabía cuál debía ser la actitud del deportista
Filipenses 3.12-14
No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

Un corredor que voltea a ver a su compañero pierde el paso, se desconcentra. Y un descuido mínimo puede ser fatal. Por ello, sin dejar de focalizar la meta correr dando todo.

Sabía que los deportistas  tenía un enorme público que asistía que los iba a ver.
Hebreos 12.1 RV95
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, ...

Quizá pocos nos damos cuenta que somos espectáculo para el mundo. Tan pronto saben que somos cristianos nos observan detenidamente. Más de uno se ha convertido por ello. En estas circunstancias, como los deportistas buscan ropa ligera, tenis ligeros, el cristianos también debe quitarse los zapatos que estorban el caminar de nuestros pies, y la ropa (las costumbres) para correr sin atender a las solicitudes del mundo.

Sabía de las técnicas de la lucha
1a Timoteo 6.11-12 RV95
Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.

El entrenamiento de los deportistas no consiste en practicar sino en “echar mano” de las técnicas, entre mejor sepa los trucos del oficio, mejor será. Estas son sus armas secretas. El cristiano igual, tiene ciertas herramientas fundamentales a las cuales puede echar mano: la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Y la más importante: La vida eterna.

Sabía que había reglas estrictas imperantes en las justas
2a Timoteo 2.5 RV95
Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.

Nosotros, los cristianos, debemos luchar legítimamente, sin trampas, porque Dios no puede ser burlado. En aquel tiempo, dice el Señor muchos me dirán Señor, Señor, no hicimos… Y yo les contestaré: no os conozco, hacedores de maldad.

En 1 Corintios 9: 24-27 es el pasaje más elocuente del conocimiento del apóstol de las técnicas deportivas, las cuales le pueden ser de gran utilidad al cristiano, pues indica varios aspectos del deporte que bien debemos apropiarnos.

Sabía del esfuerzo y la actitud ganadora de los competidores y que se coronaba sólo uno.
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis?
1ª. de Corintios 9:24
Han dicho, todos los que van a las Olimpiadas no van a perder. Una actitud similar debemos tener. No corremos la carrera cristiana haciendo lo mínimo y que el Señor tenga misericordia de nuestras faltas, sino por el contrario, correr como quien quiere la medalla de oro. Es lógico pensar que los grandes héroes de la fe relatados en la Biblia y en la historia de la iglesia, tendrá premios gloriosos y lugares privilegiados.

Sabía de la ruda disciplina de los atletas para ganar y cuál era su motivación
Los atletas se privan de todo; y eso ¡por una corona corruptible!; nosotros, en cambio, por una incorruptible.

25 Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. RV

Los premios, terrenales o celestiales, no se ganan durmiendo. Disciplina, trabajo duro y constantes son importantes. Estamos en una guerra permanente contra el pecado y contra las huestes celestiales (Efesios 6:12 dice: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”). Estas referencias al deporte y su disciplina enseñan al cristiano como debe disciplinarse y entrenar, leyendo todos los días su Biblia, reflexionando, orando por sí mismo y por otros, procurando obedecer.

Sabía de las técnicas de los luchadores y del boxeo y su durísima disciplina.
Así pues, yo corro, no como a la ventura; y ejerzo el pugilato, no como dando golpes en el vacío, sino que golpeo mi cuerpo y lo esclavizo; no sea que, habiendo proclamado a los demás, resulte yo mismo descalificado".

26 Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire,
27 sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. RV

Hoy dicen los comentaristas deportivos a un boxeador que a la mitad de la pelea se le ve cansado “le faltó gimnasio”. Igual el cristiano y todos, no sólo los que presiden, deben entrenar duro y no “como dando golpes al vacío”, sino acertando y derribando al pecado.

Sabía que un atleta necesitaba la orientación de los expertos
Gálatas 2:2
2 Pero subí según una revelación, y para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico entre los gentiles.

Un buen deportista busca un entrenado experto que lo vaya guiando, que observe (lo él mismo no puede) sus movimientos y en dónde debe corregir.

Sabía que los tropiezos de un atleta puede tener obstáculos (como las vallas) que hay que saber sortear.
Gálatas 5:7
Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?

Como corredores debemos despejar la pista. Obstáculos, en nuestra carrera, hay muchos. Los enemigos viven dentro. Porque lo que quiero hacer no hay y encuentro que hay una ley que gobierna mis miembros, escribe Pablo en Romanos 7.

Sabía la frustración de un entrenador cuando su entrenado falla
Filipenses 2:15-16
"…para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;
16 asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado”.

Sabía que para ser ganador un atleta debía someterse a una dura y constante disciplina si se quería ser ganador
Filipenses 3:12
 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.

La actitud de un deportista no es confiarse a cierta altura de la competencia cuando ve a sus competidores lejanos, no bajar la guardia, dicen en el box, sino continuar con el mismo pulso. No, no vamos a perder la salvación por la cual fuimos sellados, pero no habremos corrido una carrera digna. Dios nos dotó a cada quien de un potencial y de ciertos dones, que debemos entregar multiplicados al Señor.

Sabía la importancia de la conciencia de estar siempre en competencia y no confiarse y estar siempre concentrado.
Filipenses 3:13
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante…

Y si no quedó claro el versículo anterior, reitera con otras palabras la misma idea: “No pretendo haberlo alcanzado…” ¿Hay cosas de nuestro pasado que nos frenan? ¿Pecados inconfesables ocultos? ¿Familiares terribles? Pablo cargaba con un pasado ciertamente nada glorioso, como el perseguir a la iglesia y consentir el asesinato del Esteban…

Sabía que el atleta nunca pierde la conciencia de la meta
Filipenses 3:14
“…prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.

Y como buen atleta, que corre aunque sea la maratón, con la meta, es decir, con el lugar en dónde debe llegar. Y no importa si quedé atrás, prosiguen a la meta aun con miembros dañados. ¿No debiesen ser así los hijos de Dios? Aunque caigamos una y otra vez, levantémonos y prosigamos a la Meta, al SUPREMO LLAMAMIENTO DE DIOS.

Sabía de la importancia emocional (la actitud) en toda la competencia
Filipenses 3:15
Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios.

Sabía que no pueden haber descanso en el camino, pero si por alguna causa detiene su carrera, no debe retroceder sino desde ese punto proseguir.
Filipenses 3:16-17
Por lo demás, desde el punto a donde hayamos llegado, sigamos adelante.
Hermanos, sed imitadores míos, y fijaos en los que viven según el modelo que tenéis en nosotros.

16 Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa.
17 Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.

Y si en el camino nos fatigamos y tenemos que hacer un alto, NO retrocedamos. “Desde el punto a donde hayamos llegado, sigamos adelante”, dice una versión. Ellos se pusieron así mismos como ejemplo.

Sabía que todo deportista sabe cuando ha hecho un buen papel.
2 Timoteo 4:7
He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.

Cuando la competencia termina, quien ha hecho una buena carrera lo sabe. Se ve su rostro de satisfacción. Luego, feliz, saluda a los espectadores. Es la misma sensación que vemos en Pablo. Aunque no brinca de gozo y saluda al público que aún lo ve a través de sus cartas y a las huestes celestiales, hay esa serenidad del deber cumplido.

Sabía que un buen esfuerzo, sin escatimar nada, tiene siempre una buena recompensa
2 Timoteo 4:8
Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.

Esta es pues la satisfacción de un corredor de fondo que no escatimó recursos, que expuso su vida, alguien que dijo “No estimo para mi preciosa mi vida”.

Corramos pues de esta manera, con paciencia, la mejor carrera del mundo en la mejor competencia del mundo, la carrera al cielo.


[1]  Hernández Vázquez, Manuel, el juego deportivo en las culturas urbanas plenas: roma, Museo del Juego, 2009.

[2] El término pancracio (griego antiguo πανκράτιον/pankrátion, todos poderes o todas habilidades) se utiliza hoy en día como sinónimo de lucha libre profesional. En la Antigua Grecia, sin embargo, era una competición deportiva de los Juegos Olímpicos Antiguos, una combinación de boxeo griego antiguo, lucha y sumisiones, un antecesor de las artes marciales mixtas modernas.
[3] http://www.monografias.com/trabajos40/deporte-grecia-antigua/deporte-grecia-antigua.shtml#ixzz4HH9i20JJ
[4] http://www.soloporgracia.com.mx/piedad.html

lunes, 28 de noviembre de 2016

LA PARABOLA DE LOS TERRENOS


Se ha preguntado ¿de qué depende el éxito del evangelio en la vida humana? No es un problema de difusión del evangelio, aunque ciertamente a la iglesia de hoy le falta ser mucho más militante, mucho más evangelística. Aún con ello, hoy más que nunca la difusión de la Biblia es mucho mayor que en otros tiempos. Dios, cuando la iglesia calla, las piedras se vuelven testigos elocuentes. Es decir, Dios usa otros medios con los cuales su palabra se sige difundiendo, incluso habla, como dice Pablo en Romanos, “ a través de las cosas hechas”.

Con el advenimiento de las tecnologías de la información la difusión del evangelio se ha expandido de manera inusitada. Basta tener un teléfono con conexión a internet para tener al alcance no una  Biblia sino decenas de versiones, cientos de comentarios y análisis bíblicos, además de cantos, himnos alabanzas, análisis históricos o estudios comparados. Y en papel, se liberan cada año cientos de toneladas de literatura cristiana que marcha por el mundo. Algunas librerías cristianas de la ciudad de México se han convertido en verdaderos negocios, las cuales son visitadas por una gran cantidad de gente que va a buscar algún alivio, alguna información que apuntale su fe. Y también habría que considerar que poco a poco han ido apareciendo programas radiales y de televisión en ciudades grandes como la ciudad de México o Guadalajara. Esto debería traducirse en una mayor presencia del Señor en actos de bondad, misericordia, cordura, sensatez, solidaridad, urbanidad, responsabilidad con los demás en la sociedad.

Pero, en contraparte, vemos un panorama desolador: en las grandes urbes, particularmente de los países tercermundistas, ha crecido enormemente la pobreza, la miseria, la mendicidad y la violencia. Y en todo el mundo hay abultados indicadores de inseguridad, maldad, de explotación humana y de la naturaleza, de pérdida de valores, pérdida de respeto a los mayores o a los débiles, errancia espiritual, incremento de la idolatría y de sectas incluso satánicas, movimientos místicos orientales disfrazados, algunos, de centros de salud y nutrición. Además, países completos se declaran abiertamente ateos y han convertido los edificios religiosos en  bibliotecas públicas. Y las clases más ilustradas muestran un desprecio abierto y generalizado a todo lo que hable de Dios. Hoy, en ciertos círculos sociales o intelectuales, ser cristiano es tan mal visto como hace años lo era no formar parte de una iglesia, como relata Herman Melville  en Moby Dick, cuyo capitán no admitía marinos no cristianos en su buque.

Y este olvido de Dios, este extrañamiento a todo lo cristiano, ha derivado en que ya no haya diques al mal. El hombre se siente en libertad de las peores depravaciones morales. Diariamente los periódicos y los noticieros televisivos dan cuenta de atrocidades humanas que horrorizan al más fuerte.

Sin embargo, nada de ello disminuye el hambre de Dios. Dos recientes fallecimientos, uno de un cantante popular como Leonard Cohen y de un intelectual como Luis González de Alba tienen en común que ambos fueron errantes espirituales y mueren lanzando un grito de ayuda a Dios. Y muchos los vemos buscando donde encontrar una palabra de aliento. Desafortunadamente, muchas de estas personas caen en las manos de los negociantes de la fe.

Una parábola como la de El sembrador nos da una respuesta a este tipo de respuestas humanas al evangelio.

Mateo 13: 1-23
1. Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar.
2 Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa.
3 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.
4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.
5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;
6 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
7 Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.
8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.
9 El que tiene oídos para oír, oiga.
---------
10 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?
11 El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.
12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.

14
De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo:
    De oído oiréis, y no entenderéis;
    Y viendo veréis, y no percibiréis.

15
Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado,
Y con los oídos oyen pesadamente,
Y han cerrado sus ojos;
Para que no vean con los ojos,
Y oigan con los oídos,
Y con el corazón entiendan,
Y se conviertan,
Y yo los sane. m

16 Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.

17 Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
-------------
18 Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador:
19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.
20 Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo;
21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.
22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.

Juan A. Mackay ha renombrado a esta parábola como La parábola de los suelos. En efecto, la respuesta a esta indolencia generalizada está en los suelos, es decir, en el tipo de personas. Siguiendo esta ilustración del Señor, podríamos decir que es posible clasificar a la humanidad en CUATRO CLASES.

PRIMERO. Aquellos que han cerrado a piedra y lodo sus oídos para que la mínima luz del evangelio penetre. Su fe está depositada en sí mismos, en la ciencia, en otras religiones, en lo que creen las mayorías… La semilla del evangelio, por más que les llegue, no penetra. Estas personas son completamente refractarios, tiene alma de acero. Esta es la situación de mucha gente que ha tenido acceso a la alta educación, a la ciencia, a la filosofía: creen saberlo todo y en ese saber Dios es un extraño y su palabra “locura”, como diría Pablo.

LOS SEGUNDOS. Los que son entusiastas y aceptan aparentemente el evangelio con gozo, pero como dice la parábola no tienen raíces profundas porque debajo de la superficie hay un suelo rocoso, duro, impenetrable. En los primeros, la coraza está a flor de piel. En los segundos, está debajo, no se nota. Les gusta la parte agradable del evangelio, las reuniones, la música, la camaradería, de la iglesia, pero cuando son confrontados por la realidad, la dura realidad, de inmediato se desaniman. No consideran que el cristiano nada a contracorriente. Entonces se preguntan: ¿Cómo es esto? ¿Qué Dios no nos invitó a un Jardín del Edén? ¿Qué Dios no resuelve todos nuestros problemas? ¿Qué no nos concede TODOS los deseos de nuestro corazón? ¿No nos dará riqueza y bienestar? ¿Qué no ha prometido abundancia? ¿Entonces de qué sirve mi diezmo o mi ofrenda?

El apóstol Santiago escribió: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas”… El cristiano tarde o temprano se hallará ante las pruebas, y más, ante diversas pruebas, internas y externas.

LOS TERCEROS, nos dice la parábola, son los que en su vida está llena de espinos, de mala hierba, es decir, en que vive en medio de compromisos sociales, de negocios, de actividades que los jalan y seducen y ahogan la germinación de la semilla del evangelio. Estas personas le agrada el evangelio, pero como su mente y su corazón está atrapado en las ambiciones humanas de poder, dinero, placer, no pueden dedicarle tiempo, alma y espíritu a Dios. Son esclavos de su época. Son aquellos que cuando son llamados al banquete del Señor, presentan excusas. Van de vez en cuando a la iglesia, pero su cabeza está en sus compromisos. Y están más atentos a las vibraciones de su celular.

Y por ÚLTIMO, están los que ya están listos para recibir la palabra, la semilla, y la planta brota de inmediato. Un caso ejemplifico es el Etíope al que le predicó Felipe. De inmediato quiso ser bautizado. El evangelio ya había brotado en su corazón.

Preguntas pertinentes

Ahora la pregunta es ¿quién no hizo así? ¿Hay manera de cambiar? ¿Cómo nos volvemos tierra buena? ¿Quiénes hemos creído, somos plenamente tierra buena o somos una mezcla de dureza (tierra junto al camino), de terreno pedregoso, con una cierta dosis de espinos?

RESPUESTAS

¿Quien nos determinó así?

La respuesta es aparentemente sencilla. Una parte es herencia del contexto en el que crecimos, pero no es plenamente responsable el todo. La maldad es hereditaria. Quien nace en un hogar cuyos padres le enseñan malos ejemplos, aprenderán estas conductas dañinas. Si además el medio ambiente, los compañeros de la escuela, o los amigos de la colonia, son gente corrompida, inevitablemente contaminarán al recién llegado.  Una lectura superficial de la historia de los reyes de Judá e Israel nos indican cómo los padres contaminaron a sus hijos. Dice por ejemplo, “hizo lo malo ante los ojos de Jehová como su padre o de las naciones vecinas”

2ª de Reyes 21:1-3
Manasés tenía doce años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y cinco años en Jerusalén. El nombre de su madre era Hepsiba. E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, conforme a las abominaciones de las naciones que el SEÑOR había desposeído delante de los hijos de Israel. Porque reedificó los lugares altos que su padre Ezequías había destruido; levantó también altares a Baal e hizo una Asera, como había hecho Acab, rey de Israel, y adoró a todo el ejército de los cielos y los sirvió.…

Pero otra parte es personal, es decir, es una decisión propia. Y esta la más importante, la determinante. De otra manera no entenderíamos como muchos delincuentes han encontrado al Señor y se han convertido fuera o dentro de la cárcel. Un ejemplo, John Newton, autor del canto Divina Gracia, que era un tratante de esclavos. En su biografía leemos:

“Educado sin ninguna convicción religiosa, a lo largo de su juventud vivió varias coincidencias y giros inesperados, muchos de ellos provocados por su recalcitrante insubordinación. Fue forzado a unirse a la Royal Navy y como marinero, participó en el mercado de esclavos. Durante una noche, una tormenta golpeó tan fuertemente su embarcación que, aterrorizado, imploró la ayuda de Dios, un momento que marca el comienzo de su conversión espiritual. Su carrera como tratante de esclavos duró algunos años más, hasta que abandonó la marina para estudiar teología.

¿Hay manera de cambiar?

La respuesta es simple: Sí. Sin embargo, la ruta no siempre es la misma para todos. Algunos bastará que la verdad le sea expuesta para que de inmediato caigan de rodillas. Por ejemplo, el carcelero de Filipo.

Otros, deberán pasar por un proceso largo y a veces penoso, incluso de sufrimiento físico. Otros, entablarán un durísimo debate intelectual y espiritual.

Dos ejemplos de estos últimos son C.S. Lewis, el autor de Las Crónicas de Narnia, quien, como ateo recalcitrante, tuvo que pasar por un largo proceso que inició con la lectura del libro Everlasting Man de Chesterton y luego a través de la influencia directa o literaria de Platón, Dante, MacDonald, Herbert, Barfield, Tolkien, Dyson… Dice Lewis:

"Debes imaginarme solo, en aquella habitación del Magdalen, noche tras noche, sintiendo, cada vez que mi mente se apartaba del trabajo, el acercamiento continuo, inexorable, de Aquél con quien, tan encarecidamente, no deseaba encontrarme. Al final, Aquél a quien temía profundamente cayó sobre mí. Hacia la festividad de la Trinidad de 1929 cedí, admití que Dios era Dios y, de rodillas, oré. Quizá fuera aquella noche el converso más desalentado y remiso de toda Inglaterra.
        "Hasta entonces yo había supuesto que el centro de la realidad sería algo así como un lugar. En vez de eso, me encontré con que era una Persona".

El otro fue Frank Morrison, un abogado británico que empezó a refutar las evidencias a favor de la Resurrección de JESUCRISTO y quien terminó cambiando el rumbo de su libro para escribir una confirmación de la resurrección y este cambio se debió a un encuentro personal con Cristo.

Pero hay otros que deben pasar por una experiencia terrible para que la dura roca que lo recubre se rompa para abrirse como tierra abonada a la semilla del evangelio. Un caso en la Biblia es el Hijo Pródigo. Este joven, cuando anhelaba la comida de los cerdos, se dijo.


LUCAS 15: 17-20
17. Y volviendo en sí, dijo: !!Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.
19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.
20 Y levantándose, vino a su padre.

El mismo autor de Amazing Grace, John Newton.

Durante una noche, una tormenta golpeó tan fuertemente su embarcación que, aterrorizado, imploró la ayuda de Dios, un momento que marca el comienzo de su conversión espiritual.


¿Quiénes hemos creído, somos plenamente tierra buena o somos una mezcla de dureza?

El apóstol Pablo en su cartas tipifica a los cristianos de dos maneras:

Bebés espirituales o carnales.
1ª Cortintios 3:1-2
Así que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 2Os di a beber leche, no alimento sólido, porque todavía no podíais recibirlo . En verdad, ni aun ahora podéis,…

Las cartas a las 7 iglesias que nos da el más amplio panorama de la gama de cristianos que pueblan la iglesia.

Efeso: El conformista
2 Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;
3 y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.
4 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.

Esmirna:  El humilde
9 Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.

Pérgamo: El tolerante doctrinal
13 Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.
14 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación.
15 Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco.

Tiatira: El tolerante moral
19 Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras.
20 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.
21 Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación.

Sardis: El muerto
Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.

Filadelfia: El bienaventurado y fiel
8 Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.

Laodicea: El soberbio envilecido
15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !!Ojalá fueses frío o caliente!
16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.

¿Cómo ser buena tierra?

Muchas veces el Señor actúa y nos pone a prueba para quitar de nosotros las piedra que hay debajo de nuestra fachada de buenos cristianos y nos libra de las malas hierbas, nuestros distractores.

Hebreos  12: 5-6
5 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo:
    Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor,
    Ni desmayes cuando eres reprendido por él;
6 Porque el Señor al que ama, disciplina,
Y azota a todo el que recibe por hijo.

Otra veces, al darnos cuenta a través de la lectura de la Biblia nos humillamos bajo la poderosa mano de Dios, o ponemos nuestros ojos en Jesús, o bien solicitamos a Dios lo que el Salmista pidió:

Salmos 51: 9-10
…9. Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis iniquidades. 10Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. 11No me eches de tu presencia, y no quites de mí tu santo Espíritu.…

Pero sobre todo, hay que tomar una decisión si nos hemos dado cuenta que nuestra vida es tan ajena a la voluntad del Padre:

Efesios 4:17-19
“Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el ENTENDIMIENTO ENTENEBRECIDO, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, POR LA DUREZA DE SU CORAZÓN; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.”

Si queremos que los frutos del señor, paz gozo, benignidad, bondad, mansedumbre, dominio propio, fe, brillen en nuestra vida, hay que empezar a limpiarnos de esas piedras escondidas que no permiten que las raíces vayan a fondo, de los espinos y malas hierbas de la vida. Pongamos las cosas en su justo relieve y dimensión y empecemos a liberarnos de los lazos de las ambiciones humanas, y definitivamente, dejar de prestar nuestros oídos a doctrinas ajenas que endurecen el corazón y siembran duda y dejémonos encantar por las dulces palabras del evangelio leyendo diariamente y escudriñando cada palabra como un minero escudriña la tierra para extraer su tesoros.

AMEN

ESTUDIO SOBRE APOCALIPSIS 20: Los mil años

Jeremías Ramírez El tema principal de este capítulo 20 es ese periodo de tiempo denominado “Milenio” y que ha sido causa de enorme discusión...