lunes, 27 de diciembre de 2021

MINIFICCIÓN NAVIDEÑA


 

¿QUÉ DICE LA BIBLIA SOBRE EL NACIMIENTO DE CRISTO?


Jeremías Ramírez


Decía el teólogo latinoamericano Samuel Escobar que Cristo es el gran desconocido de América Latina. Y tenía razón. A pesar de que la Biblia es el libro más vendido y distribuido en el mundo, raramente se lee. La mayoría tiene un ejemplar de la Biblia como objeto de culto, pero no de estudio. Incluso los evangélicos que se caracterizan por leer asiduamente la Biblia se han encontrado que su nivel de lectura ha descendido. Y si esto es así entre los que son cristianos o en quienes están afiliados a alguna iglesia, que podemos esperar de quienes no tienen ninguna filiación cristiana. Lo lamentable es que lanzan agrias criticas sin saber cuál es su contenido y la riqueza verbal y literaria que hay en ella.

Este desconocimiento se extiende al nacimiento de Cristo. Todo mundo tiene una estampa muy pobre en su imaginario que surge de los llamados Nacimientos: una casita simpática con unas vaquitas, unos borreguitos, María, José y el niño colocado en un comedero (pesebre) muy bonito sobre una mullida camita de paja, alrededor de ellos unos pastores con sus largos bastones y algunos incluyen a un trío de hombres vestido con túnicas y turbantes y con coronas, todo ello muy lindo. 

Por eso muchos piensas que Cristo y su nacimiento virginal es sólo un mito, pero pocos conocen exactamente qué dicen los evangelios de Mateo y Lucas en los que está narrado su nacimiento. 

Para que usted conozca el relato completo enseguida reproduzco ambas narraciones como si fuera uno. Si usted quiere leerlos en la versión de la Biblia que tenga en su casa, le doy las citas de ambos evangelios: Mateo 1: 18-25 y 2: 1-12 y Lucas 2:1-20.

El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.

Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. 

Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. 

Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: “No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre”. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:

¡Gloria a Dios en las alturas,

y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!

Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado. 

Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.

En esos días llegaron a Jerusalén con el rey Herodes unos magos que venían del oriente, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:

Y tú, Belén, de la tierra de Judá,

No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;

Porque de ti saldrá un guiador,

Que apacentará[a] a mi pueblo Israel.

Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén, dijo: “Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore”. 

Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. 

Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

Este es el relato completo del nacimiento de Cristo. Y vemos en él las condiciones en que nació, por qué viajaron José y María a Belén (poblado ubicado en el sur de Israel) desde su ciudad de residencia: Nazaret, ubicada al norte. Y cómo fue que llegaron los magos (más no reyes) y cómo, accidentalmente, alertaron a Herodes para que entrara a escena. Y cómo este retraso, provocado por detenerse con Herodes, hizo que cuando llegaran a Belén María y José ya no estaban en el establo, sino en una casa.

En este relato, como pueden ver, no hay fechas y la Biblia nunca ordena que se celebre el nacimiento de Jesús, y deja en claro el propósito de su nacimiento o encarnación: salvar a la humanidad de sus pecados, es decir, de su maldad, de sus inclinaciones destructivas, otorgándoles a quien decida seguirle una nueva forma de vida.

Entonces, si usted ha decidido celebrar la Navidad recuerde que el objetivo del nacimiento de Cristo no fue promulgar la fraternidad universal ni de reunirnos con los parientes ni de intercambiar regalos sino en reconocer a Cristo como enviado de Dios a dar su vida para que la humanidad tuviera una nueva existencia cuando decidiera seguir a Cristo y entregar su vida a él, porque Él es la ÚNICA cura, el medicamento, contra la maldad humana. Y esto explica por qué nuestros propósitos de cambiar y ser mejores fracasan pues no cuentan con el poder divino de Cristo. A eso vino a nacer en Belén hace poco más de dos mil años.





domingo, 26 de diciembre de 2021

25 DE DICIEMBRE ¿NAVIDAD?




Jeremías Ramírez 


¿Nació Cristo la noche del 24 de diciembre o la madrugada del 25? Si no fue así, ¿quién determinó esa fecha para celebrar su nacimiento? ¿Por qué celebrarlo cuando no era parte de la cultura hebrea ni mandato cristiano en el Nuevo Testamento? ¿Qué significa “Navidad”? La palabra “Navidad” proviene del latín “Nativitas” o “nativatis” que significa “nacimiento”. 
    La primera navidad, es decir, la primera vez que la iglesia cristiana romana celebró el nacimiento de Cristo fue en el año 350. Antes de esa fecha nadie hablaba del nacimiento de Cristo o Navidad, ni se celebraba ni se recordaba. 
    Y en los evangelios de Mateo y de Lucas, donde se narra su nacimiento, no encontramos ninguna indicación de que se celebrara. La única conmemoración que se ordena es el de la muerte de Cristo. El mismo, en la llamada Última cena, después de que partió el pan y se los repartió, les dijo: “Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí” (Lucas 22:19). 
    Y el apóstol Pablo precisa este mandato en la primera carta a los Corintios: “…el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo, tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí”. (1 Corintios 11:23-25). Y desde que se forman los primeros cristianos realizaban esta conmemoración el primer día de la semana, es decir, el domingo, y es una práctica que continúa hasta el día de hoy. 
    Entonces, ¿cómo fue que su nacimiento se convirtió en una celebración mundial si además no se sabe la fecha en que nació Cristo? 
     Como dije al inicio, la celebración de los cumpleaños no eran parte de la cultura hebrea y por ello nadie anotaba la fecha en que nacía un bebé; no era de importancia. Esta es la razón por la que la fecha del nacimiento de Cristo no se registró, y en el Nuevo Testamento no hay datos que permitan deducir el mes o la estación o el año de su nacimiento. Lo único que encontramos en el evangelio de Lucas es que Cristo nació cuando “…se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad”. (Lucas 2:1-3); censo de difícil ubicación en los registros históricos. 
    Ahora bien, cabe señalar que la celebración de los cumpleaños sólo lo realizaban en esa época los griegos y los romanos. Al parecer esta era una práctica muy antigua. La Biblia menciona dos celebraciones de cumpleaños: la primera es la de un faraón (se cree que era Sesostris II) en tiempos de José; y la segunda, la de Herodes el Grande, en cuya fiesta bailó Salomé, la hija de Herodías, y Herodes quedó tan complacido que le ofreció bajo juramento darle lo que ella pidiere. Salomé, aconsejada por su madre, pidió la cabeza del Juan el Bautista. 
    La celebración de los cumpleaños se inició en Egipto, posiblemente en el Período Arcaico con los primeros faraones, entre los años 3100 y 2686 a.C. Según Jesús Callejo en su libro Fiestas Sagradas, la celebración del cumpleaños era un rito de protección del faraón y se hacía una gran fiesta. Poco a poco esta celebración se fue extendiendo a la civilización griega. En el siglo III a.C., nos dice Filocoro (340 – 267/261 a.C), escritor ateniense, que los adoradores de Artemisa, diosa de la Luna y de la caza, realizaban la fiesta de cumpleaños de la diosa en la que preparaban una tarta de harina y miel a la que ponían velas.
     Esta celebración se fue popularizando para celebrar los aniversarios de nacimientos de aristócratas, nobles y héroes. 
    Por otra parte, los griegos creían en los daimon, una especie de espíritus protectores que servían de guías a los seres humanos durante toda su vida. Creían que estos espíritus estaban presentes en el nacimiento de cada ser humano. Por tanto, el día de la fiesta de cumpleaños el daimon estaba presente y servía como espíritu protector y guía. 
    La celebración de los cumpleaños pasó de Grecia a Roma y progresivamente se extendió para conmemorar los nacimientos de los personajes importantes, de modo que a principios del I milenio d.C. era ya una festividad establecida, pero no muy extendida. 
     En cuanto a la celebración de la Navidad, en el año 245 d.C. se hizo la primera tentativa oficial de fijar la fecha del nacimiento de Jesucristo, y Sexto Julio Africano (c. 160 – c. 240), en su obra Crónica, escribió que el nacimiento de Jesús habría sido un 25 de marzo, todo ello con el propósito de celebrar el nacimiento de Cristo, pero la Iglesia consideró que esa celebración era pagana porque tenía una dosis de espiritismo y astrología y estaba relacionada con los daimon (con el paso de los siglos la palabra daimon pasó a ser demonio y fue asociado en la Edad Media con un espíritu maligno), lo cual era inaceptable en una fiesta cristiana. 
    Sin embargo, el nacimiento de Cristo se impuso y se volvió tradición en el siglo III cuando el obispo Julio estableció el 25 de diciembre como nacimiento de Jesús. Esta fecha coincidía con el final de las fiestas paganas del Sol Invictus y de la Saturnalia, (que correspondía al solsticio de invierno) una fiesta pagana en honor a Saturno, dios de la agricultura. Y el obispo Julio pretendía acabar con ese culto pagano y ayudar a que el cristianismo fuera aceptado en Roma. 
    Con eso mataban dos pájaros de un tiro: por un lado, establecía de forma definitiva una fecha de nacimiento de Cristo y así acababan con divergencias y especulaciones. Y, por otro lado, convertían una popular fiesta pagana en una fiesta cristiana. 
     De modo que, podemos concluir, que la celebración de la Navidad no es parte del culto cristiano y tampoco el 25 de diciembre es el día en que nació Cristo. Así que, celebrarlo es una decisión personal, pero que sería muy saludable que fuese recordado el objetivo del nacimiento de Cristo en esa aldea insignificante de Belén, tal y como lo consigna el evangelio de Mateo 1: 21-23: “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros”.

domingo, 5 de diciembre de 2021

ESTUDIO SOBRE LA CARTA DE JUDAS

ESUDIO SOBRE ESTA CARTA

Jeremías Ramírez

Introducción

Las cartas de Pedro, Juan y Judas, aparentemente son muy simples, pero en una lectura detallada encontramos una enorme complejidad y un profundo conocimiento sobre la doctrina cristiana, que bien nos valdría analizar a detalle para extraer toda la riqueza ahí escondida para nosotros, que vivimos a 20 siglos de distancia y poco entendemos de la circunstancias de los destinatarios originales. 

Y esto es así porque el contexto histórico en que ellos vivían lo desconocemos. Lo poco que sabemos es que sufrían persecución, empezaban a ser invadidos por falsos maestros, e iba surgiendo corrupción al interior de la iglesia…

Como dice Judas en el verso 3, esta carta no iba a ser escrita pues él estaba abocado a escribir un tratado sobre “nuestra común salvación”, pero le llegaron noticias alarmantes, y tuvo que detener su labor y escribir un llamado de alerta urgente.

Salutación

1 Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo:

2 Misericordia y paz y amor os sean multiplicados.

Judas empieza identificándose como “…siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo…”.  La mayoría de los investigadores coinciden que, quien escribió esta carta, era hermano del Señor Jesús, pero Judas prefiere no usar este parentesco y se autonombra “siervo de Jesucristo”. Para él, antes que hermano, es siervo o esclavo. La palabra que usa es doulos, que significa, esclavo, aunque también puede significar “siervo”. Esclavo me parece mejor pues debemos entregarnos a él, incondicionalmente.

Entonces, Judas decide asumir un papel más humilde: doulos de Jesucristo.  Y en calidad de doulos se pone al servicio de la iglesia.

Sin embargo, para que a sus destinatario les quede claro quién es, revela que es “hermano de Jacobo”, líder de la iglesia en Jerusalén. 

Y se dirige a los hermanos de una iglesia, a quienes, dice, fueron “llamados, santificados y guardados”. Como cristianos, debemos considerar que para llegar a Cristo fuimos primero llamados, y una vez que respondimos a ese “llamado”, somos “santificados” en Dios Padre, y “guardados” en Jesucristo. ¡Qué privilegio! Y aunque a veces nos sintamos que seguimos siendo tan pecadores como todo mundo, hemos sido santificados, es decir, apartados, y guardados por Dios y por Cristo. Ahora somos parte de su redil.

Y Judas concluye este saludo inicial pidiendo tres cosas para ellos: misericordia, paz y amor de Dios. 

Falsas doctrinas y falsos maestros

3 Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.

4 Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.

Aquí hay un llamado a la batalla; es como el toque de un clarín llamando a las tropas pues el enemigo ya está aquí. Y este llamado es para “contender”, es decir, a luchar “ardientemente” por la fe, pues es la llave para hacer nuestra la fortaleza de Dios. Y si ésta es vulnerada, qué será de nosotros. Reiteradamente el Señor les decía a sus discípulos: “hombres de poca fe”, y eso los tenía en la lona. Y a la gente que se acercaba a él: “si creéis, al que cree todo puede”, “tu fe te ha salvado”, le dijo a la mujer sirofenicia que curó de flujo. Como ven, es la fe la que nos permite acercarnos al Señor y ser bendecidos por él. Por eso a Satanás le interesa minarla. 

El llamado a contender ardientemente es porque las tropas enemigas han llegado ENCUBIERTAMENTE para destruir la fe, como entraron a Troya las tropas delos aqueos para tomar esa ciudad fortificada. Así han llegado los falsos maestros, disfrazados de ovejas pero debajo había un lobo. Y su objetivo era “convertir en libertinaje la gracia de nuestro Dios”. Ya Pablo advertía de esta posibilidad en Romanos 6:15: “¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera”. Y estos hombres perversos, sin pudor alguno, estaban minando la fe con esta pervención de la gracia.

Y niegan a Dios y a nuestro Señor Jesucristo, nos dice Judas. ¿Cómo lo negaban? Podemos deducir al menos cuatro formas o motivos:

Para evitar la persecución.

Por conveniencia.

Porque continuamos con una conducta pecaminosa, y…

Difundiendo ideas falsas

Estas dos últimas es la que estos hombres estaban haciendo.

5 Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron.

Escribe Pablo en Gálatas 6:7: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”. Por eso aquí Judas hace una larga exposición de hechos malvados del pasado que no quedaron impunes. Y empieza con aquellos que no creyeron después de ver la mano poderosa de Dios sacándolos de Egipto, abriendo el mar rojo, librándolos de las tropas egipcias, dándoles agua en el desierto y brindándoles su presencia de día (con una nube que los seguía) y de noche (con una columna de fuego). Su falta de fe fue, en ese momento, como una plaga maligna, que contaminó la mente y corazones de los israelitas.

Después que los doce espías regresaran de explorar la tierra prometida, diez de ellos dieron un informe catastrófico y lleno de temor porque “los hombres de ese lugar eran de gran estatura”. Y la reacción del pueblo no se hizo esperar. La desesperanza se asentó en sus corazones de inmediato: “Entonces toda la congregación gritó y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche…” Y se quejaron no sólo contra Moisés y a Aaron, sino contra Dios mismo: “¿Por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada…” La respuesta del Señor no se dejó esperar: “Entonces Jehová dijo: Yo los he perdonado… pero “no verán la tierra”. Todos ellos, incluyendo Moisés y a Aaron, no entraron en la Tierra prometida, todos murieron en el desierto”.

6 Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día;

Aquí Judas les recuerda nadie está exento del castigo del Señor, ni aún los ángeles. Y si los ángeles fueron castigados, cuánto más nosotros. Así que debemos tener cuidado.

7 como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.

8 No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores.

9 Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.

10 Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales.

La depravación de los habitantes de estas dos ciudades ya había alcanzado niveles escandalosos que había contaminado a las ciudades vecinas. El alto castigo de Dios hacía Sodoma y Gomorra indica la gravedad de su pecado. Dios diseñó su creación para que funcionara de una manera perfecta y determinada. Y como los habitantes de Sodoma y Gomorra, al ir en contra de la naturaleza, cometen pecado y pecado grave. Leemos en Romanos 1: 27 y 28: “…y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen…”.

Por eso Judas agrega: “…de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores”. Una desobediencia lleva a otra. El profeta Ezequiel nos revela la raíz de su pecado: Ezequiel 16:49: “He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso”. La soberbia fue el pecado de Satanás, y la abundancia de bienes nos puede llevar a olvidarnos de que en todo tenemos necesidad de Dios. El riesgo es este: Lucas 12:17-21: “…¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios”. 

Y blasfemar en contra de las potestades superiores es la cúspide de la maldad, aunque estas sean las malignas. En Efesios 6:11 Pablo nos sugiere fortalecernos, no maldecir, ni atacar: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo”.

Y estos hombres blasfeman de lo que no conocen y corrompen las que sí.

11 !!Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.

En este pasaje Judas advierte tres problemas con tres ejemplos: el egoísmo, el lucro y la rebelión. Y los personajes emblemáticos son: Caín, Balaam y Coré.

Con Caín, historia que conocemos muy bien, nos damos cuenta que mató a su hermano Abel por egoísmo; él quería la gloria de su hermano, es decir, la aceptación y reconocimiento de sus obras, no adorar a Dios.

Balaam, al ceder a escuchar a Balac y responder a cada uno de sus llamados y no cumplir con su cometido argumentando sólo guiarse por la voluntad de Dios, en realidad buscaba que éste le ofreciera más dinero. Y era seguro que en el tercer llamado ya iba a complacerlo y Dios se lo impidió. 

Y Coré, que caso más lamentable, quería el poder del sacerdocio y se levantó en uno de los más antiguos casos de “golpe de estado” que conozco: “Coré hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, y Datán y Abiram hijos de Eliab, y On hijo de Pelet, de los hijos de Rubén, tomaron gente, y se levantaron contra Moisés con doscientos cincuenta varones de los hijos de Israel, príncipes de la congregación, de los del consejo, varones de renombre. Y se juntaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros!” (Números 16:1-3) 

No voy a leer aquí la narración completa de su fracaso, pero si cómo Dios los castigó: “Y aconteció que cuando cesó él de hablar todas estas palabras, se abrió la tierra que estaba debajo de ellos. Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes. Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación”. (Números 16: 30-33). 

Su mal ejemplo tuvo consecuencias pues se levantó una segunda rebelión con consecuencias devastadoras: “El día siguiente, toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón, diciendo: Vosotros habéis dado muerte al pueblo de Jehová. Y aconteció que cuando se juntó la congregación contra Moisés y Aarón, miraron hacia el tabernáculo de reunión, y he aquí la nube lo había cubierto, y apareció la gloria de Jehová. Y vinieron Moisés y Aarón delante del tabernáculo de reunión. Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Apartaos de en medio de esta congregación, y los consumiré en un momento. Y ellos se postraron sobre sus rostros. Y dijo Moisés a Aarón: Toma el incensario, y pon en él fuego del altar, y sobre él pon incienso, y ve pronto a la congregación, y haz expiación por ellos, porque el furor ha salido de la presencia de Jehová; la mortandad ha comenzado. Entonces tomó Aarón el incensario, como Moisés dijo, y corrió en medio de la congregación; y he aquí que la mortandad había comenzado en el pueblo; y él puso incienso, e hizo expiación por el pueblo, y se puso entre los muertos y los vivos; y cesó la mortandad. Y los que murieron en aquella mortandad fueron catorce mil setecientos, sin los muertos por la rebelión de Coré. Después volvió Aarón a Moisés a la puerta del tabernáculo de reunión, cuando la mortandad había cesado”. (Números 16:41-50). 

Como podemos ver, Dios no puede ser burlado: todo lo que el hombre sembrare eso también segará. “Coré representa —dice William Barclay— al que se niega a aceptar la autoridad y se lanza a las cosas que no tiene derecho. Así es que Judas está acusando a sus oponentes  de desafiar la autoridad legítima  de la iglesia y de preferir su propio camino al de Dios”.

Ahora Judas pasa a usar una serie de metáforas para dejar en claro qué son realmente estos hombres:

12 Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados;

13 fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas.

1. Manchas o piedras encubiertas o escollos, como traduce la Biblia Textual. Varios comentaristas indican que aunque 2 de Pedro 2:17 y Judas les dicen “Estos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen con vosotros”, usan palabras diferentes. Pedro usa “spilos”; mientras que Judas, “Spilás”. Spilos  significa “una mancha”; pero Spilás, “una roca sumergida o medio sumergida en la que un barco puede naufragar fácilmente. Aplicada a los ágapes nos puede indicar que estas fiestas de amor, como un barco cuya quilla es rota por una piedra inadvertida sumergida en el mar, así le sucedería a los ágapes y se podían hundir irremisiblemente al pervertir su propósito original, lo cual vemos ya estaba sucediendo en Corinto en las que se habían convertido en goce sólo de los ricos: “Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor. Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga. Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo”. (1 Corintios 11: 20-22). Y estas fiestas de amor, en las que se recordaba la muerte y resurrección del Señor, se hundieron. Hoy son recordatorio más sencillo y, a veces, más frío, pero aún de suma importancia para nuestra vida espiritual.

2. Se apacientan a sí mismos, les dice: Algunos traductores, nos dicen, que también significa “se pastorean a sí mismos”, pues, podemos pensar “buscan su propio beneficio, pues como bien lo denuncia el apóstol Pablo para el caso Corinto, esos hombres sólo procuraban su propio placer. 

3. Nubes sin agua. Donde llueve abundantemente las nubes no tienen la misma importancia como en donde llueve poco. En zonas desérticas cualquier nubecilla es una promesa de alimento, de buenas cosechas, de buenos pastos. Así un buen maestro de la palabra o un buen autor cristiano es una promesa de riqueza espiritual, pero sin son falsos maestros, la promesa no se cumplirá jamás, pues son “nubes sin agua”.

4. Arboles otoñales sin fruto. Igualmente, un árbol otoñal es una promesa de alimento justo en la época del año cuando deja de llover y ya no hay cosechas… La esperanza es que aunque ya no haya cosechas, aún quedan los árboles y su promesa de comida. Pero tal promesa, como las de las nubes, no se cumple y sólo generan tristeza y frustración.

5. Olas embravecidas de mar que espuman su propia vergüenza, traduce esta línea la Biblia Textual. En Isaías 57:20-21, leemos: “Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo. No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos”. Siguiendo esta imagen, nos dice un comentarista: “Después de una tormenta, cuando las olas han estado azotando la orilla con sus rociadas y espuma, siempre queda una cinta de algas y de maderas de todas clases y toda clase de feos deshechos de mar. Esta es siempre una escena desagradable, pero las aguas del Mar Muerto están tan saturadas de sal que se comen las corteza de los troncos que arrastra y cuando son arrojados a la orilla y se reducen de puros palos blancos que parecen más como huesos que como maderos, son como reliquias macabras”. 

6. Estrellas errantes. “Estos malvados —nos dice el maestro Samuel Pérez Millós— desean ser considerados como ‘lumbreras’, pero alejados de la luz verdadera de Cristo, son semejantes a estrellas fugaces”. Así es como vemos desde la tierra a los meteoritos. Las tinieblas eternas son lo que les espera a los que no tienen a Dios, como dijo el Señor “…mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes”. (Mateo 8:12).

14 De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares,

15 para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.

16 Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho.

Aquí Judas cita a Enoc, y precisa quién es de quien habla al apuntar su lugar en la genealogía bíblica: “séptimo desde Adán”, quien caminó con Dios, y afirma que  este Enoc es el antepasado antediluviano que “profetizo”, lo que quiere decir que la profecía original fue pronunciada por Enoc en aquel tiempo y más tarde desarrollada y incorporada al libro apócrifo de Enoc, pero esto no significa que Judas esté basando este texto en un libro no aceptado, pero como no fue recogido nos deja ver esta profecía que en tiempo de Judas se conocía no sabe en qué fuentes.

La visión profética de Enoc comienza refiriéndose a la gloriosa manifestación de la presencia de Dios, rodeado de miriades de ángeles. La palabra “miriades” indica un número indefinido de algo, que bien podía ser, como leemos en otras partes de la Biblia “miles y miles”. Juan, el apóstol, pudo ver la gloria celestial y en ella al Señor seguido de las huestes celestiales. En Apocalipsis 19:11:14 leemos: “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos”.

Estos hombres malvados tiene como características de su personalidad que son “murmuradores”, pues nada los contenta y andan esparciendo su veneno verbal. Son, además, “querellosos”. El sentido de esta palabra es aplicado “a quien es inconforme y rencilloso, decir, son “aquellos que le echan la culpa a otros de cuanto no les gusta. Suspiran por lo que no tienen y desprecian lo que les ha sido dado. El verdadero creyente no se queja del papel que tiene en su vida espiritual e incluso en el mundo, sabiendo que el Señor está en control de todo. En Filipenses 4:10-11 leemos estas palabras del apóstol Pablo: “En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad. No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación”. 

Tengamos cuidado si estas dos cosas de pronto las andamos haciendo: divulgando lo que debemos guardar en silencio y buscando a quien cargarle nuestras culpas, exactamente como es la conducta de mucha gente del mundo.

Pero además se comportan según sus deseos, y no andan EN EL SEÑOR” haciendo su voluntad, como escribe Juan en el el tercer capítulo de su primera carta. Pero además, les encanta hablar pomposamente, orgullosamente, de sus propios “méritos” y de sus logros y de sus cualidades, y adulando a los demás para aprovecharse de ellos. 

Cualquiera que quiera ser líder o anciano en la iglesia lejos deberán estar estas características. 

Amonestaciones y exhortaciones

17 Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo;

18 los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos.

19 Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu.

TENED MEMORIA, es una exhortación de Judas importante. Recordar lo que está escrito en la palabra de Dios es vital para el creyente. Recordamos que el enemigo usa, para introducir la mentira, una parte de la verdad. Pero si recordamos todo lo que en ella está escrito podemos detectar la mentira y contestar como lo hizo el Señor en el desierto: “Escrito está”, en la primera provocación satánica.

Nos advierte Judas que en el postrer tiempo habrá burladores que andarán según sus malvados deseos. Y hoy en día abundan quienes, como leemos en Proverbios 14:9: “Los necios se mofan del pecado; mas entre los rectos hay buena voluntad”.

Y estos y sus falsas enseñanzas causan divisiones. He aquí la explicación del origen de tantas iglesias, tantas denominaciones, tantos grupos religiosos. 

En una conferencia sobre la historia de la Biblia, el conferencista, hablando de la Reina Valera, le preguntó a su audiencia quienes eran bautistas, presbiterianos, pentecostales, metodistas… Y había de varias denominaciones. Y entonces les preguntó: ¿Qué Biblia usaban en su iglesia? Y todo respondieron “Reina Valera”. Y entonces preguntó: “Entonces, si todos usamos la misma Biblia, ¿qué nos divide? Y él mismo respondió: “Nuestras interpretaciones”. Las falsas enseñanzas han fragmentado el cuerpo de Cristo. Y lo mismo vemos en Otros países como en México. Como desearía que todos fuésemos un solo cuerpo y conformaramos un numeroso ejército de Dios para inundar esta ciudad llena de violencia, sangre y drogas, en una ciudad para Cristo.

20 Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo,

21 conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.

Nuestra preocupación debe estar en “edificarnos”, afianzándonos en nuestra fe. Y la mejor manera de hacerlo es conociendo a fondo lo que está escrito en la Palabra. Debe ser la palabra lo que debemos buscar diariamente, como los “ciervos claman por las aguas”, es decir, desesperadamente, pues nos morimos de sed sin ella. Ojalá esta fuese nuestra actitud con su palabra. “Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; —le dijo el Señor a la Samaritana— tú le pedirías, y él te daría agua viva”. (Juan 4:10).  

Pero además, debemos orar, orar en el “Espíritu Santo”, para CONSERVARNOS en el amor de Dios. Si no nos edificamos en la fe, pronto el frío del desamor nos agarrará desprevenidos. No que el Señor deje de amarnos, sino que seremos incapaces de sentir su amor, su cercanía, el calor de su presencia, el consuelo del Espíritu Santo, y creeremos que estamos solos, que Dios nos ha abandonado. De la otra forma, podremos ver la misericordia alimentar nuestros corazones todos los días y podemos ser inspiración para otros para estar listos a hacer una urgente labor de rescate: 

22 A algunos que dudan, convencedlos.

23 A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne.

Y, repito, esto es posible nos hemos edificado en la fe, pues entonces seremos capaces de ayudar a otros, ya sea para convencerlos o para arrancarlos del fuego e incluso, de quienes se niegan y no nos escuchen, podemos tener misericordia, como sucede a menudo con aquellos hundidos en el pecado y de quienes debemos alejarnos de ellos aborreciendo aun su manera de vestirse, el aroma de su aliento alcoholizado y su ropa manchada por las juergas…

Doxología

24 Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría,

25 al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.

Y termina Judas su carta con una de las alabanzas más hermosas que debiera adornar nuestros labios y nuestros corazones siempre. Que el Señor les bendiga.





EL HOMBRE CELESTIAL

Jeremías Ramírez

China es uno de los países más grandes del mundo, incluso encima de Rusia. Su población actual supera los 1300 millones de habitantes, lo que lo convierte en el país más poblado del mundo. 

Su régimen político actual data del 1 de octubre de 1949, cuando presidente del Partido Comunista, Mao Zedong o Tse-Tung, proclamó la República Popular China, tras una larga guerra civil que inicia desde las primeras revueltas en 1905.

Este hecho cambió el destino de esta gran nación y el Partido Comunista impuso una política muy estricta en todos los ámbitos, especialmente en el educativo, a través de la llamada “Revolución Cultural”, movimiento sociopolítico que duró 10 años: de 1966 a 1976. Fue iniciado por Mao Zedong, entonces líder del Partido Comunista Chino. Su objetivo era preservar el comunismo mediante la eliminación de los restos de elementos capitalistas y tradicionales de la sociedad china, y reimponer el pensamiento de Mao Zedong (conocido fuera de China simplemente como maoísmo) como la ideología dominante dentro del Partido.

Uno de los grupos más golpeados en este movimiento fueron los religiosos. Sobre todo tras los cristianos hubo una persecución particularmente feroz. 

En las violentas luchas que siguieron en todo el país, millones de cristianos (aunque no sólo ellos sufrieron la persecución) fueron perseguidas y sufrieron todo tipo de abusos, incluyendo la humillación pública, encarcelamiento arbitrario, tortura, trabajos forzados, hostigamiento sostenido, confiscación de bienes y, a veces, la ejecución. 

Un gran segmento de la población fue desplazado por la fuerza, en particular, la transferencia de jóvenes urbanos a las regiones rurales. Este movimiento denominado: "Envío al campo" es narrado espléndidamente en la novela Balzac y la pequeña costurera china, del escritor chino Dai Sijie. Este libro es un testimonio literario de estos desplazamientos, en el que se destruyeron reliquias y artefactos históricos, y se saquearon sitios culturales y religiosos.

Después de la Revolución Cultural, los reformistas dirigidos por Deng Xiaoping, comenzaron a desmantelar gradualmente las políticas maoístas asociadas con la Revolución Cultural, en el período llamado "Boluan Fanzheng" (Eliminar el caos y volver a la normalidad). 

En 1978, Deng se convirtió en el nuevo líder supremo de China y comenzó una nueva fase al iniciar el histórico programa de Reformas y Apertura.

Parecería que la persecución religiosa también había terminado, pues los informes de persecución dejaron de fluir al exterior. Y la poca información que se puede encontrar en internet parecía confirmar la existencia de una libertad religiosa que permitiría el resurgimiento de la iglesia cristiana, particularmente el protestantismo evangélico.

Sin embargo, Hombre celestial, vino a cambiar mi visión. Este libro relata la vida y las luchas de un cristiano singular, Liu Zhenyin, quien, desde su conversión, en 1974, sufrió una persecución incansable por parte de las autoridades.

Este libro es el testimonio de este hombre singular, líder del conocido movimiento cristiano subterráneo: “Casas-Iglesia”. En este movimiento el hermano Liu era conocido como “hermano Yun”. Y también fue conocido como “Hombre celestial”, nombre que surgió un día que es interrogado y, al momento de ser arrestado y preguntarle su nombre, él sólo contestó: “Soy un hombre celestial”.

Es un impresionante relato de cómo Dios tomó a este joven pobre y hambriento, de una aldea de poca importancia, de la provincia de Henan, y lo usó de una manera poderosa para predicar el evangelio en toda China, en las cárceles, a pesar de la terrible oposición, y fuera de China. 

El relato inicia desde su nacimiento, 1958, y cómo llegó a Cristo a los 16 años. En ese año aún estaba candente la Revolución Cultural. Y desde esa fecha Yun ha dado fe del ardor por seguir a Cristo. A esa edad fue tan profunda su militancia que poco a poco empezó a ser conocido y, por ende, a ser perseguido. A pesar de ello, contrae matrimonio. Yun y su esposa, como pareja, han pasado por circunstancias muy difíciles, pero siguieron unidos, fieles uno al otro.

Pero quizá lo más estrujante de su testimonio ha sido sus largos periodos carcelarios en donde ha podido forjar una fortaleza espiritual a toda prueba, y ha podido presentar a Cristo a muchos hombres despiadados que estaban a cargo del cuidado de los presos y ha difundido el evangelio entre los reos, quienes necesitan, en esas circunstancias, el conocimiento y el amor del Cristo. 

Y en ese calvario va dando cuenta de las penurias de una iglesia vigorosa, la cual, para obtener el poder para seguir soportando las pruebas, ha regresado a los aspectos básicos del evangelio, asumiendo una forma de vida tan similar a la de la iglesia primitiva en el Imperio Romano. 

El hermano Yun ha sido considerado como un rebelde por las autoridades chinas por no haber aceptado unirse a la organización cristiana controlada por el gobierno. Por este motivo fue encarcelado y torturado por las autoridades gubernamentales. Su libro informa que se convirtió en un hombre muy buscado.

Finalmente fue arrestado y sentenciado a muchos años de prisión. Sin embargo, el hermano Yun continuó su ministerio mientras estaba en prisión, con resultados milagrosos, pues muchos presos e, incluso, funcionarios carcelarios se han convertido al cristianismo. Y se ganó el favor de algunos funcionarios, pero también se convirtió en el objetivo de una mayor persecución por parte de otros. 

Dentro de la cárcel, fue golpeado repetidamente y por la falta de alimento sufrió una severa desnutrición.

Después de muchos años en prisión, escapó de la cárcel de Hangzhou de la cual, se decía, nadie había escapado previamente. En el libro nos dice que escuchó la voz del Espíritu Santo, diciéndole que simplemente saliera por la puerta de la prisión fuertemente custodiada. A pesar del riesgo de que le dispararan obedeció la voz y atravesó varias puertas cerradas de la prisión y pasó frente a muchos guardias de la prisión, cruzó el patio y salió por la puerta principal. 

Yun dice que parecía se había vuelto invisible para los guardias que lo miraban directamente sin darse cuenta que él pasaba frente a ellos. Muchos ponen en duda su relato, pero algunos guardias perdieron sus trabajos por este escape 'vergonzoso'. 

La investigación oficial del gobierno chino concluyó que el hermano Yun no recibió ayuda humana en su escape y, por lo tanto, debería permanecer libre. 

Estos informes han sido corroborados por presos que ocupaban la misma celda de la prisión que el hermano Yun. Y hasta le fecha sigue siendo la única persona que afirma haber escapado de esta célebre prisión de máxima seguridad, al estilo de cómo lo hizo el apóstol Pedro de una cárcel judía en Jerusalén.

Finalmente, no escapó de la cárcel sino también de China de una forma muy difícil. Tan pronto traspuso las fronteras chinas pidió asilo en Alemania, tras una larga espera en Myanmar. En esa larga espera, en el 2001 fue encarcelado en ese país durante siete meses. 

Fuera de China se abocó a organizar el movimiento llamado "De regreso a Jerusalén", con el que busca promover el turismo chino en Israel, pues ambos países se encuentran entre los menos cristianizados del mundo.

Como escribí al inicio, el hermano Yun ha sido, a pesar de su pobreza, quien ha hablado a miles de personas a nivel internacional con el mensaje del Evangelio. Actualmente vive en Alemania con su esposa Deling, y sus dos hijos.

Este libro ha sido galardonado con el Premio "Libro cristiano del año" por la Convención de Libreros Cristianos del Reino Unido, en el 2003 y fue escrito por Paul Hataway, de quien no pude encontrar más datos de él que su nombre y alguna foto, pero está escrito con garra, con coraje, con un lenguaje vívido y eficaz. Muy recomendable para quien quiere ver la otra cara de la moneda del gigante amarillo.


ESTUDIO SOBRE APOCALIPSIS 20: Los mil años

Jeremías Ramírez El tema principal de este capítulo 20 es ese periodo de tiempo denominado “Milenio” y que ha sido causa de enorme discusión...