jueves, 23 de julio de 2020

ESTUDIO CARTA A LAS GÁLATAS CAP. 1

Jeremías Ramírez Vasillas

No es posible saber el tiempo y el lugar de redacción de esta poderosa polémica contra los judaizantes que estaban intentando apartar a las iglesias de Galacia del evangelio de la gracia.
La fecha no está tan clara como en las Epístolas a Tesalónica y a Corinto. Sin embargo, es claro que la Epístola fue escrita después de la Conferencia en Jerusalén acerca de la controversia judaizante a la que se refiere Pablo en Gálatas 2:1–10 y después de la posterior visita de Pedro a Antioquía (Gá. 2:11–14).
Es posible que Gálatas sea la más antigua de las Epístolas de Pablo. Fue escrita, entonces, tras aquella Conferencia o concilio en Jerusalén que tuvo lugar después del 49 d.C. Parece claro también que fue escrita después de las Epístolas a los Tesalonicenses (50–51 d.C.) que fueron enviadas desde Corinto.
¿Se refería Pablo por Galacia a la provincia romana, como generalmente hace, o emplea la designación etnográfica del término, refiriéndose a los verdaderos celtas de la Galacia septentrional? Lucas emplea términos geográficos en ambos sentidos. Y es posible que se refiriera a la totalidad de Galacia, o bien al sur o al norte. Si Pablo se refiere sólo a las iglesias del sur de Galacia (Pisidia, Licaonia, Frigia), entonces la Epístola, incluso si se habían hecho dos visitas, pudo haber sido escrita algún tiempo después de la segunda gira de Hechos 16:1ss.
Es posible que cuando Pablo llegó a Corinto a fines del otoño o a principios del invierno del 55 o 56 d.C. (Hch. 20:1ss.), recibió informes alarmantes acerca de los daños provocados por los judaizantes en Galacia. Había vencido en su lucha contra ellos en Corinto (1 y 2 Co.), y ahora debe hacer lo mismo con las iglesias de Galacia. Esta epístola es una antorcha ardiente en la controversia con los judaizantes, una antorcha que arde de indignación al confrontar a los hombres que están minando su obra en Galacia.
            El inicio de la carta vemos tres aspectos importantes de su lucha:
a)    Indignación por el extravío de los gálatas. Oh, Gálatas insensatos.
b)    La confirmación que su autoridad que vine directamente de Dios, no de hombre alguno.
c)     Que todo mensaje que no esté de acorde al que inicialmente se les instruyó es falso y tales maestros sean anatema, aun si este mensaje fuese hecho por un ángel del Señor.

1  Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos),
2 y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia:
3 Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo,
4 el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre,
5 a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Inicia esta carta de manera abrupta porque seguramente porque era descalificado su apostolado argumentando que nadie lo había nombrado y que no había sido discípulo del Señor ni comisionado por los apóstoles. Por eso categóricamente afirma: Es cierto, pero él afirma: “mi apostolado viene directamente del Señor”.
            Como veremos a lo largo de esta carta, los enemigos de Pablo y del evangelio, descalificando su obra y corrompiendo el evangelio, no descansan. Acabamos de estudiar su lucha tremenda con Corinto, y ahora se enfrenta al problema de las iglesias de Galacia hacia la cual lanza un grito de indignación: GÁLATAS INSENSATOS.
            Cuánto paralelismo hay con las iglesias actuales. El Señor seguramente expresa esta misma indignación: INSENSATOS. Si estamos en esta situación (sin saberlo), el estudio de esta carta nos indicará con claridad dónde nos hemos desviado y cómo corregir el rumbo.

No hay otro evangelio

6 Estoy maravillado (sorprendido) de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente.
7 No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.
8 Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.
9 Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.
10 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.

Era sorprendente que tan pronto Pablo los deja para continuar con su obra misionera se han dejado seducir por otro mensaje claramente contrario. Por ellos subraya que NO HAY OTRO EVANGELIO. El evangelio, el mensaje del Señor, es uno. La enorme diversidad de posturas religiosas cristianas actuales no son más que perversiones del evangelio. La única manera de no extraviarnos es el apego estricto a las escrituras. La pregunta que debemos hacernos es “¿Qué dice la Biblia?, y no parte de la Biblia, sino toda la Biblia. De ahí que es urgente que cada creyente conozca bien, a fondo, la palabra de verdad. El error de los saduceos, les dijo el Señor, es que “erráis porque desconocéis las escrituras” (Mateo 22:29). Y el usar parcialmente las escrituras es un error y una estratagema engañosa el Satanás. Vean como al Señor Satanás le dice “Escrito está”, y el Señor responde, “También escrito está”.
            Quien ose predicar otro evangelio, así sea un ángel del cielo, sea “anatema”, dice tajante Pablo. Esta es una palabra muy fuerte de difícil traducción, y que algunos traducen como “maldito”, y una versión moderna dice “que se vaya al infierno”. Pero sin llegar a tal altisonancia podemos decir ese mensaje debe ser tachado como maligno, como corrompido, y debe ser inaceptable.
            En el versículo 10, dice Pablo que su propósito en todo lo que hace es “servir a Dios”, a eso consagró su vida y sufrió de tal manera por este servicio. Ya el Señor se lo había dicho a Ananías en Damasco cuando lo envía a Pablo: “…porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre” (Hechos 9:16).

El ministerio de Pablo
11 Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre;
12 pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
13 Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba;
14 y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres.
15 Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia,
16 revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre,
17 ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco.
18 Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con él quince días;
19 pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor.
20 En esto que os escribo, he aquí delante de Dios que no miento.
21 Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia,
22 y no era conocido de vista a las iglesias de Judea, que eran en Cristo;
23 solamente oían decir: Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba.
24 Y glorificaban a Dios en mí.
CAPITULO 2
Después, pasados catorce años, subí (segunda vez) otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito.
2 Pero subí según una revelación, y para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico entre los gentiles.
3 Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse;
4 y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud,
5 a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros.
6 Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa; Dios no hace acepción de personas, a mí, pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron.
7 Antes por el contrario, como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión
8 (pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles),
9 y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión.
10 Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también procuré con diligencia hacer.

Pero ¿cuál es la base de la enseñanza de Pablo? Que es un mensaje que viene directamente de Dios, “no según hombre”, lo cual repite en el v 11 lo que dijo al inicio.
En el mundo, desde la antigüedad, ha habido muchos maestros, pensadores, filósofos y más aún hoy en día que dictan sus teorías como si fueran la verdad absoluta, la cual responde a las necesidades humanas más profundas. Sin embargo, una cosa es clara: bajo estas enseñanzas (aunque tengan el barniz de cristiano o divino) el hombre vive en confusión. Un virus ha puesto de cabeza al mundo, y desconcertado no sabe qué hacer, y todas sus teorías y filosofías han resultado inútiles para darle certeza y luz. Aún en las iglesias hay confusión por dejarse llevar por extrañas ideas y enseñanzas.
            Por ello es necesario que toda la enseñanza espiritual tenga como base fiel la completa revelación de Dios.
            En el versículo 13 hay un giro. Y nos revela su trayectoria desde aquel dramático encuentro en Damasco. Hagamos un resumen puntual.
1.     Su conducta antes de su conversión:
a.     Era mucho más celoso de las tradiciones que los demás judíos
b.     Por ello perseguía y asolaba la iglesia de Dios
2.     De pronto, Dios lo llamo por su gracia en el camino de Damasco, y atendiendo a ese llamado cambio radicalmente su manera de ser. Su cambio de actitud es de 180 grados. Saludo se ha convertido de un perseguidor en un fiel sirviente de Cristo, en su esclavo. Y esto lo lleva a una penosa carrera en el que es perseguido, maltratado, encarcelado, aborrecido.
A menos que alguien experimente algo realmente extraordinario puede cambiar tan radicalmente como Pablo. En muchas personas que han tenido ese encuentro con Dios, hay este cambio de vida. De hecho, esto significa “arrepentirse”: girar en sentido contrario. Si alguien dice que se ha arrepentido y se ha convertido en un hijo de Dios, esta conducta, este cambio, debe ser visiblemente observable. No juzguemos, Dios juzga, pero los hechos hablan. Quizá por ello el apóstol Santiago decía que si alguien dice que tiene fe que lo demuestre con sus hechos. ¿Cuáles hechos? Este cambio radical de vida.
    Ah, qué tan profundo nos conoce Dios que nos aparta desde de vientre de nuestra madre, como dice el versículo 15. Al profeta Jeremías el Señor le dijo: “Antes que yo te formara en el seno materno, te conocí, y antes que nacieras, te consagré, te puse por profeta a las naciones” (Jeremías 1:5).
3.     Pablo no consultó a nadie, ni subió a Jerusalén a buscar la aprobación de los apóstoles (durante tres años estuvo en Arabia y luego de nuevo en Damasco) y hasta entonces fue a Jerusalén y sólo vio a Pedro (con quien estuvo 15 días) y a Santiago, el hermano del Señor).
4.     Se vuelve a ir a Siria y Cilicia por 11 años aproximadamente. Tarso era la capital de la provincia romana de Cicilia. Quizá ahí estuvo gran parte de ese tiempo.
a.     Cabe preguntar qué hizo Pablo este larguísimo tiempo. Es posible pensar que Dios le estuvo preparando para la misión más peligrosa del mundo. Cuando sale de este lugar inicia la aventura más riesgosa que hombre alguno haya enfrentado. En la segunda carta a los corintios hay un breve resumen de todos los peligros y sufrimientos que enfrentó por amor a su Salvador.
5.     Después de este largo tiempo sube por segunda vez a Jerusalén, no por voluntad propia ni por el llamado de los apóstoles sino por una revelación del mismo Señor. Esta era la manera de obra de Pablo. No seguía dictados de nadie más que directamente de Dios, como lo vemos tanto en Hechos como en las cartas que escribió
Y nos fue a Jerusalén para que le confirmaran su misión sino para que reconocieran cuál era su misión dada directamente por Dios. Y eso sucedió: Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa; Dios no hace acepción de personas, a mí, pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron. Antes, por el contrario, como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión·. Y agrega: “reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles…”.

Podríamos extendernos en este punto, pero quisiera que nos quedáramos sólo con las palabras de Pablo.
            Resumiendo:
a)    Fue el mismo Señor quien le dio el mensaje a transmitir
b)    Su encuentro con los apóstoles. En la primera vez no nos dice cuál fue la razón de que haya ido con Pedro.
c)     Luego, pasó largo tiempo, primero en Arabia (se cree que estuvo en Petra) y luego en Damasco.
d)    Después de su primer encuentro con Pedro y Santiago, se fue a Siria y luego a Cilicia por casi 11 años.
e)    Después de ese lapso sube de nuevo a Jerusalén y a pesar de que es presionado por los judaizantes, no vendió su libertad y fue reconocida ahí su misión de ser el apóstol de los gentiles.

Esta es la base de que Pablo, al inicio de esta carta afirmara su autoridad como mensajero de Dios, como apóstol, como enviado proviene directamente de Dios. Esa es la base para todo lo que hizo.

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