domingo, 28 de abril de 2019

ESTEBAN, PRIMER MÁRTIR DEL CRISTIANISMO

Jeremías Ramírez Vasillas

Esteban o Stefanos[1], fue el primer mártir cristiano, de una larguísima cadena que se extiende a los largo de 20 siglos en la que han muerto apedreados, quemados en la hoguera, devorados por fieras, apaleados, a espada... incluso, crucificados, como el apóstol Pedro o los misioneros católicos en Japón. México tiene una historia negra al respecto. Uno de los mártires que murió defendiendo su fe en 1882, en Cuhualalpan, Estado de México, fue don Nicanor Gómez, quien fue apedreado.
Esteban aparece en escena en el capítulo 6:5, y aunque es breve su aparición en la BIblia, su legado de fe, de enteresa, de fidelidad a Dios, es tan potente que ha trascendido los siglos y ha llenado de valor a muchos que enfrentaron la muerte en los siglos por venir.
Esteban es el primero en la lista de los siete diáconos electos[2] para el servicio de atender a las mesas, es decir, repartir los alimentos. Estos siete diáconos eran de habla griega y de procedencia fuera de Israel. Para este servicio elemental se requería que tuvieran las más altas características, lo cual nos enseña que no hay trabajo de menor valor. Para esta labor se requería que fuesen “llenos del Espíritu Santo”.

Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo. 

Esteban hacía “grandes prodigios”. Es decir, su ámbito de acción iba más allá del círculo de sus hermanos de fe, pues actuaba “entre el pueblo”, y era visto por toda la gente de Jerusalén, de modo causó mucha molestia y…

Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban. 

El primer ataque fue verbal vino de aquellos que como él eran judío helenico, además que habían sido esclavos, pero la sabiduría de Esteban, que provenía directamente de Dios, era imbatible:

10 Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba. 

Entonces para acallarlo, derrotarlo, le aplicaron la misma técnica que a Jesús:

11 Entonces sobornaron a unos para que dijesen que le habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios. 
12 Y soliviantaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas; y arremetiendo, le arrebataron, y le trajeron al concilio. 
13 Y pusieron testigos falsos que decían: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley; 
14 pues le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y cambiará las costumbres que nos dio Moisés. 

Pero la estatura espiritual de Esteban se reflejaba en su mismo rostro, como Moisés, que cuando bajaba en del monte no podía ocultar con quien había estado, pues rostro “resplandecía”

15 Entonces todos los que estaban sentados en el concilio, al fijar los ojos en él, vieron su rostro como el rostro de un ángel. 


DEFENSA Y MUERTE DE ESTEBAN

El semblante de Esteban “como de un ángel” seguramente los dejó. quietos, estupefactos por lo que el sumo sacardote[3] tiene que ponerse al frente e interrogar a Esteban.

CAPÍTULO 7:

1. El sumo sacerdote dijo entonces: ¿Es esto así? 

El sumo sacerdote quizá esperaba que Esteban se inculpara, pero Esteban inicia un largo discurso, no para defenderse, sino para aclarar las cosas, y hace un recuento de la historia de Israel para traer ala memoria de sus jueces la manera en que opera Dios entre los hombres.
Este discurso lo podemos separar en varias secciones:
a)    Abraham
b)    Moisés
c)    José
d)    David
e)    Los profetas
f)     La acusación en contra de los dirigentes judíos.

Y Al hacer este recuento histórico, Esteban tenía un objetivo muy claro: poner en relieve los hechos terribles que estaban cometiendo los dirgentes judíos.

ABRAHAM

Y él dijo: Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán, 
y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te mostraré.
Entonces salió de la tierra de los caldeos y habitó en Harán; y de allí, muerto su padre, Dios le trasladó a esta tierra, en la cual vosotros habitáis ahora.
Y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie; pero le prometió que se la daría en posesión, y a su descendencia después de él, cuando él aún no tenía hijo. 
Y le dijo Dios así: Que su descendencia sería extranjera en tierra ajena, y que los reducirían a servidumbre y los maltratarían, por cuatrocientos años. 
Mas yo juzgaré, dijo Dios, a la nación de la cual serán siervos; y después de esto saldrán y me servirán en este lugar.
Y le dio el pacto de la circuncisión; y así Abraham engendró a Isaac, y le circuncidó al octavo día; e Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas.

1.    Abraham respondió al llamado.
Abandonar la casa, el terruño y salir a la aventura sin saber para dónde se va si es un acto de fe. Y aunque Abraham va acompañado de su padre y no llega hasta donde Dios le indicaba que debía llegar, sino hasta que muere su madre.

2.    Era un hombre de fe
Sí, era un hombre de fe, y que a pesar de ellos cometió errores, dudó, tuvo miedo, a cada paso que daba su fe se iba fortaleciendo. La gran prueba la tuvo en el monte Moriah cuando Dios le pide que sacrifique a su único hijo. Esta hazaña de fe es incomparable.

3.    Era un hombre de esperanza[4]
Aunque no le dio heredad y la única posesión las tuvo que comprar (la cueva enterraría a su esposa) tenía una esperanza: tener descendencia y que esta se multiplicaría como la arena del mar y tendría por heredad esa tierra.

JOSÉ:
Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él,
10 y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa.
11 Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y grande tribulación; y nuestros padres no hallaban alimentos.
12 Cuando oyó Jacob que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres la primera vez.
13 Y en la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos, y fue manifestado a Faraón el linaje de José.
14 Y enviando José, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su parentela, en número de setenta y cinco personas.
15 Así descendió Jacob a Egipto, donde murió él, y también nuestros padres; 
16 los cuales fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que a precio de dinero compró Abraham de los hijos de Hamor en Siquem.

Aquí empieza Esteban a argumentar sobre las personas incómodas. José no era agradable a su hermanos porque Dios le revelaba su voluntad. Por eso lo vendieron y de esclavo pasó a ser un reo. No sabemos cuántos estuvo con Potifar, ni cuantos en la cárcel, pero debieron ser muchos. Cuando se reencontró de nuevo con sus hermanos, ya no lo reconcieron.
         Pero en cada circunstancia la mano de Dios estaba con él y le dio dos dones maravillosos: GRACIA Y SABIDURÍA:
         Gracia (gr. kharis): Conjunto de cualidades por las que las personas o las cosas que las poseen resultan atractivas o agradables.
         Sabiduría: José era inteligente, fue puesto para organizar y administrar el grano y repartirlo con justicia, supo ser confiable y sagaz en todo lo que le encargaban. E inlcuso, recibir de Dios revelaciones importantes en momentos claves.  

MOISÉS:
17 Pero cuando se acercaba el tiempo de la promesa, que Dios había jurado a Abraham, el pueblo creció y se multiplicó en Egipto, 
18 hasta que se levantó en Egipto otro rey que no conocía a José.
19 Este rey, usando de astucia con nuestro pueblo, maltrató a nuestros padres, a fin de que expusiesen a la muerte a sus niños, para que no se propagasen.
20 En aquel mismo tiempo nació Moisés, y fue agradable a Dios; y fue criado tres meses en casa de su padre.
21 Pero siendo expuesto a la muerte, la hija de Faraón le recogió y le crió como a hijo suyo.
22 Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras. 
23 Cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años, le vino al corazón el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. 
24 Y al ver a uno que era maltratado, lo defendió, e hiriendo al egipcio, vengó al oprimido. 
25 Pero él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les daría libertad por mano suya; mas ellos no lo habían entendido así. 
26 Y al día siguiente, se presentó a unos de ellos que reñían, y los ponía en paz, diciendo: Varones, hermanos sois, ¿por qué os maltratáis el uno al otro? 
27 Entonces el que maltrataba a su prójimo le rechazó, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros? 
28 ¿Quieres tú matarme, como mataste ayer al egipcio? 
29 Al oír esta palabra, Moisés huyó, y vivió como extranjero en tierra de Madián, donde engendró dos hijos.

Características de Moisés
1.    Agradable a Dios (Había en él un sentido de la justicia y una disposición a escuchar a Dios). V. 20. Los demás aspectos derivan de este.
2.    Sabio, poderoso en palabras y obras. Lo que decía lo hacía, y era inteligente y sagaz (v22).
3.    No olvidaba a su pueblo, tenía un gran sentido de identidad familiar y étnica: “le vino al corazón visitar a sus hermanos”. (v.23)
4.    Comprendía de alguna forma que era líder y que era instrumento de Dios para la liberación de Israel. (v.25) “El pensaba que Dios les daría libertad por mano suya”.
5.    Y lograba entender cuando estaba fuera de tiempo: Moisés huyó

EL LLAMADO DE MOISÉS
30 Pasados cuarenta años, un ángel se le apareció en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza. 
31 Entonces Moisés, mirando, se maravilló de la visión; y acercándose para observar, vino a él la voz del Señor
32 Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Y Moisés, temblando, no se atrevía a mirar
33 Y le dijo el Señor: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra santa. 
34 Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su gemido, y he descendido para librarlos. Ahora, pues, ven, te enviaré a Egipto.

Moisés era además:
1.    (V.31) Sensible. No desechó esa señal de Dios, sino que se “maravilló”. Cuantos ven las grandes obras de Dios y son indiferentes.
2.    Reverente: Tembló y bajó la mirada (v32).

Cuarenta años realizó un trabajo humilde pero importante: guiar animales. No por nada es una de las metáforas recurrentes en la Biblia. “Jehová es mi pastor”. En esa labor aprendio a conducir seres vivos, servirles, guiarlos y en el momento preciso, Dios lo llamó: “Ahora, pues, ven, te enviaré a Egipto”. Era, aunque príncipe egipcio, humilde, reverente. Para este entonces tenía ya  80 años.

LA PEREGRINACIÓN EN EL DESIERTO
35 A este Moisés, a quien habían rechazado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez?, a éste lo envió Dios como gobernante y libertador por mano del ángel que se le apareció en la zarza. 
36 Este los sacó, habiendo hecho prodigios y señales en tierra de Egipto, y en el Mar Rojo, y en el desierto por cuarenta años.
37 Este Moisés es el que dijo a los hijos de Israel: Profeta os levantará el Señor vuestro Dios de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis.  (Deuteronomio 18:15) citas o referencias)
38 Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y que recibió palabras de vida que darnos; 

1.    A Moisés su pueblo lo había rechazado, como a muchos profetas, y como a Cristo mismo. “A lo suyo vino y los suyos no lo recibieron” (Juan 1:11)
2.    Moisés liberó a su pueblo “haciendo prodigios y señales”. Prodigios y señales hizo el Señor y sus discípulos, y el mismo Esteban. Hechos 6:8; “…hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo”.
3.    Y predigo la venida del Señor: Deuteronomio 18:15: “Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis…”
4.    Recibió palabras de vida que darnos.

DESOBEDIENCIA E IDOLATRIA DE ISRAEL
39 al cual nuestros padres no quisieron obedecer, sino que le desecharon, y en sus corazones se volvieron a Egipto, 
40 cuando dijeron a Aarón: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.
41 Entonces hicieron un becerro, y ofrecieron sacrificio al ídolo, y en las obras de sus manos se regocijaron.

Pero su isrealitas NO QUISIERON OBEDECER. Y sus corazones volvieron hacia atrás cuando Moisés se tardaba en regresar, e hicieron un ídolo. La desobediencia de este pueblo rebelde viene de larga data, es su sello distintivo.

IDOLATRÍA DE ISRAEL
42 Y Dios se apartó, y los entregó a que rindiesen culto al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas:
    ¿Acaso me ofrecisteis víctimas y sacrificios en el desierto por cuarenta años, casa de Israel? 
43 Antes bien llevasteis el tabernáculo de Moloc, y la estrella de vuestro dios Renfán (Saturno), Figuras que os hicisteis para adorarlas. Os transportaré, pues, más allá de Babilonia.

Dios los dejó 40 años por incrédulos, pero durante esos años les dio lo necesario, y además estuvo con ellos todo el tiempo: de día, la nube; de noche, la columna de fuego. Y sin embargo, adoraron a las figuras celestes.
         Rhefán: diosa estelar adorada por los antiguos israelitas (Hch. 7:43). Este versículo es una cita tomada de Amos 5:26 Antes bien, llevabais el tabernáculo de vuestro Moloc y Quiún, ídolos vuestros, la estrella de vuestros dioses que os hicisteis. Y probablemente es uno de los nombres babilónicos de Saturno.
         Moloc: o Molec, es bien conocido en la Biblia por ser el dios a quien parece que se realizaban sacrificios de niños en un santuario de las afueras de Jerusalén. Y esta idloatría fue la raíz del exilio babilónico muchos años después.

EL TABERNÁCULO… POCO LE HICERON CASO.
44 Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto, como había ordenado Dios cuando dijo a Moisés que lo hiciese conforme al modelo que había visto.
45 El cual, recibido a su vez por nuestros padres, lo introdujeron con Josué al tomar posesión de la tierra de los gentiles, a los cuales Dios arrojó de la presencia de nuestros padres, hasta los días de David. 
46 Este halló gracia delante de Dios, y pidió proveer tabernáculo para el Dios de Jacob.
47 Mas Salomón le edificó casa;
48 si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta: 

49 El cielo es mi trono,
Y la tierra el estrado de mis pies.
¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor;

¿O cuál es el lugar de mi reposo?
50 ¿No hizo mi mano todas estas cosas?

51 !!Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.
52 ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores; 
53 vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis. 

1.    La fidelidad de Dios harto manifiesta al arrojar a los gentiles de delante de ellos. Quisieron contruirle casa —pues el tabernáculo era portátil, frágil— lo cual se logró hasta Salomón, sin entender que Dios no habita en en templos hechos por el hombre. El mismo Salomón dijo en 1 reyes 8:27: Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado? Y en Isaías 66:1 Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo?
2.    Orgullosos y necios. Dice en Deuteronomio 9:6: Por tanto, sabe que no es por tu justicia que Jehová tu Dios te da esta buena tierra para tomarla; porque pueblo duro de cerviz eres tú. Esto significa: Testarudos, obstinado, pero además, son “incircuncisos de corazón y de oídos” y esto se aplica a quienes no quieren oír la Palabra de Dios y tienen corazones en los cuales no puede penetrar la buena nueva (Deuteronomio 10:16: Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.
3.    Persiguidores de profetas y asesinos de los mensajeros… esos son los atepasados directos de estos saduceos, estos miembros del Sanedrín. Y quienes continuaron por esa misma línea, y “vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores”
4.    Este es el inicio de la acusación directa. Ellos, no Esteban, son los blasfemos y asesinos, como lo fueron su padres.

LA REACCIÓN VIOLENTA
54 Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él. 
55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, 
56 y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. 
57 Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. 
58 Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. 
59 Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. 
60 Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado (Lucas 23:24). Y habiendo dicho esto, durmió.

ELLOS: crujían los dientes. Es un sonido horrible, como si estuvieran moliendo piedras, y si a esto le agregamos un rostro enrojecido y desfigurado de coraje, el espectáculo es terrible.

ESTEBAN: Con un semblante maravilloso, aun más que en el 6:15: “…su rostro como el rostro de un ángel”, pues ahora tiene una visión impresionante: ve los cielos abiertos… ABIERTOS. ¿Alguien ha visto los cielos abierto para mirar esa otra realidad, esa inimaginable realidad, y además, ver allí a Jesús y a Dios? Algún día lo veremos, pero Esteban, en el momento más oscuro, vio lo que nadie, excepto el apóstol Pablo, ha visto.  2 Corintios 12:2-4: Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.

ELLOS: Aunque no vieron, no soportaron lo que decía Esteban, y gritaban desaforados, se tapaban los oídos, y se fueron contra Esteban violentamente, lo sacaron de la ciudad y lo desnudaron.

ESTEBAN: Entregaba su espíritu a las manos de Dios, y, de rodillas, le pedía que no tomara a los miembros del Sanedrín este terrible pecado.

CONCLUSIÓN:
Aquí se consumaba el primero de los miles de asesinatos que se han dado, muchos en nombre de Dios, en contra de los siervos de Cristo. Su ejemplo de integridad y enteresa a la hora de su sacrificio nos deja un legado y una enseñanza invaluable. Ahora no hemos sufrido persecución muchos que vivimos en ciudades, pero quizá es porque no hemos llevado nuestra fe y obediencia hasta los niveles que estos siervos de Dios lo llevaron. Y si nos alcanza el martirio, el testimonio de Esteban es nuestro paradigma, nuestro modelo. Que toda la Gloria sea a Dios.




[1] Su nombre proviene de la palabra Στέφανος (stéfanos), que en griego antiguo significa "victorioso".
[2] DIACONO, del griego διακονος, diakonos, y luego del latín diaconus, «servidor».
[3] Aunque no lo menciona, seguramente era Caifás.
[4] La palabra esperanza (Tikvá), en hebreo, implica la expectativa de obtener lo que se desea, ya que la palabra hace referencia a un “cordón” o una “cuerda”, y viene de la raíz hebrea kavah, que significa unir, recolectar, es decir: esperar algo unido con una cuerda. Esto nos da la idea de un objeto concreto: una cuerda tejida. Una cuerda no es solamente algo que vemos con nuestros ojos, sino que es algo que podemos agarrar con nuestras manos. En otras palabras, la esperanza es algo real, es algo a lo que podemos agarrarnos. La esperanza no es algo fuera de nuestro alcance.

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