viernes, 15 de diciembre de 2017

PRINCIPE DE PAZ

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado,
y el principado sobre su hombro;
y se llamará su nombre Admirable, Consejero,
Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Isaías 9:6


Entre los muchos nombres de Cristo que aparecen en el libro de Isaías destaca: Príncipe de paz.

La palabra PRÍNCIPE viene de la palabra latina prínceps, compuesta de la raíz primus (el primero) y la raíz del verbo capio, capere (coger, tomar). Por lo que príncipe es el que toma el primero (como deferencia de dignidad), aunque se entiende popularmente como “el que es tomado o elegido como el primero”.

En el idioma hebreo Príncipe, Ñar o nâÑî, significa “Varón de rango o autoridad por su relación en una familia real o por designación”.

Abrahán fue reconocido como un poderoso "príncipe" (Gn. 23:6). Los jefes de las tribus de Israel eran "príncipes" (Nm. 1:16). A veces se habla de los reyes de las naciones como de príncipes (2 R. 20:5; Dn. 10:13), como también de los principales consejeros de los gobernantes (Est. 1:14).

Antes de desentrañar qué significa este título, analicemos la palabra PAZ. En hebreo paz corresponde a la palabra Shalom. Si bien significa paz”, en realidad en hebreo es algo mucho más profundo. En el Antiguo Testamento, cuando se usa la expresión shalom especialmente en los saludos, se refiere a un bienestar material y de espíritu: «La paz esté contigo» o «La paz esté con vosotros». La palabra “armonía”, se acerca más al significado original.

La armonía es cuando todo coincide, como en un concierto, todos los instrumentos, perfectamente ensamblados, aunque toquen notas diferentes, en su conjunto producen un sonido hermoso. Indica que no sólo hay ausencia de pleito, de conflicto, sino concordancia, unidad, sincronía. Pero cuando no hay armonía, es notoria la inestabilidad, el riesgo, el conflicto, la controversial, la lucha. Y esta puede ser exterior (conflicto con la pareja, con los vecinos, con los jefes, etc.) o interior, dentro de nosotros mismos.

El hombre, desde tiempos inmemoriales, ha sufrido la ausencia de paz, tanto la paz interior como la del entorno. Muchos de los pueblos de la región del medio oriente dirimían sus diferencias con la guerra. Basta revisar los libros de Reyes y Crónicas para darnos cuenta la beligerancia de esos pueblos, beligerancia que subsiste hasta hoy. Los pueblos árabes han estado en una guerra constante por siglos.

En el caso de la ausencia de paz interior, para tratar de alcanzar cierto equilibrio el hombre ha hecho uso de ciertas sustancias como el vino o las drogas, que ya se conocían desde la antigüedad, para acallar la guerra interna. Hasta la fecha, la gente difícilmente tolera la vida sin apoyos químicos: somníferos, analgésicos, tranquilizantes, alcohol, tabaco, drogas, etc.

El apóstol Santiago, escribió hace unos dos mil años: ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? (conflicto exterior) ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? (conflicto interior) Santiago 4:1. Es decir, hay una relación externo-interno. El apóstol nos dice que ese conflicto exterior vine de nuestro conflicto interior.

Es por ello que uno de los problemas que aqueja al hombre moderno es la ausencia de paz interior, que se refleja en la ausencia de paz exterior, es decir, en su relación con los otros, con su familia, conocidos, vecinos, etc. Esto nos lleva a vivir vidas atormentadas y confrontadas.

En el ser humano hay tres niveles existenciales: corporal / emocional / y espiritual.

Cuando nos enfermamos el cuerpo pierde la paz, dentro se entabla una lucha entre los glóbulos blancos y aquellos gérmenes, bacterias o virus que nos atacan. Cuando alcanzamos la salud, nos sentimos bien. Hay paz.

Cuando nuestro estado emocional se altera (un disgusto, una frustración, una pérdida, un sentimiento de soledad o de inutilidad) hay un conflicto interno, sentimientos contrarios chocan haciéndonos entrar en estados de exaltación (enojo, rabia, odio, amargura, soledad) y tratamos de dejar de sentir esos sentimientos y luchamos a vece sin éxito. Cuando ese conflicto se arregla, hay paz.

Cuando nuestro espíritu se enferma, tendemos a hacer cosas malas: injuriar a otros, robar, matar, ofender, destruir a otros o a nosotros mismos, es decir, hay un declive en el aspecto moral, el cual si no se corrige nos puede destruir. En el momento que nuestro espíritu sana, hay paz.

Muchas veces, la falta de paz en alguno de estos planos existenciales afecta a los otros. Cuando nos enfermamos también tendemos a sentirnos tristes o deprimidos y en ocasiones sentimos rabia contra los que están bien y entonces se engendra en nosotros el deseo de hacerle daño a alguien. ¿Han visto las casetas telefónicas destruidas, las bardas pintarrajeadas, los anuncios de los paraderos de camiones rotos, los asientos de los camiones, etc.? Hay dentro un desequilibrio emocional que empuja al mal.

Pero cuando alguien tiene una poderosa salud espiritual no importa que los otros niveles sean afectados, no pierde el equilibrio. Vemos en ocasiones que hay personas con discapacidad, que son altamente generosos y tienen rasgos de bondad poco vistos. Y se vuelven seres admirables. Los mártires de la fe son la prueba que una sólida salud espiritual los lleva a soportar las pruebas más terribles con serenidad.

La falta de esta paz interior ha hecho que proliferen religiones o prácticas un tanto esotéricas: yoga, medicina holística, religiones, etc., que prometen la paz. Y han crecido exponencialmente. Y esto sucede porque hay algo descompuesto en ser humano, como afirmaría Erich Fromm, el eminente psicólogo norteamericano en su libro Miedo a la libertad.
¿Por qué tienen Cristo ese título? ¿Qué significa? Antes que nada, hay que señalar que a Cristo lo vemos dueño de sí mismo, sereno. Y la muestra más grande de la paz que había en él fue la que mostró en todo ese dolorosísimo proceso rumbo a la Cruz del Calvario. Dice el evangelio:

Mateo 27:12-14
12 Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, nada respondió.
13 Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?
14 Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho.

 Esta actitud ya la había predicho siglos antes el profeta Isaías

Isaías 53:7
7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.

Cristo, en la Biblia, aparece como un ser con absoluto equilibrio. En la prueba máxima, cuando estaba en la cruz, alcanzó a expresar:

Lucas 23:34
34 “…Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

Y leemos en los evangelios que ante el maltrato, las burlas, los azotes, no abrió su boca.

¿Saben por qué? Porque él tenía una paz interior poderosas, paz que provenía de Dios. Por eso es el PRÍNCIPE DE PAZ, el primero que tenía la absoluta paz de Dios. Y esa paz Él podía transmitirla a sus discípulos primero y luego a quienes decidan ser parte de Él.

Al final del evangelio de Juan Cristo les promete a sus seguidores darle PAZ no como el mundo la da, como los políticos, o la gente.

Juan 14:27
27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

Cuando una persona atormentada por cualquier celo (puede ser religioso) y no tiene paz, como dice en la Biblia que los sacerdotes “respiraban odio” encuentra a Cristo, el príncipe de paz, todo ese desequilibrio desaparece.

Cristo no sólo es el primero de poseer esa paz (como príncipe que era) sino además otorga esa paz a sus seguidores. Un don que sigue vigente. Millones de personas en el mundo, que han aceptado este don descubren que existe otra vida, una vida plena, una vida de armonía. Y a medida que esa paz va inundando a esa vida, todo su alrededor empieza cambiar.

Pablo le dijo al carcelero de Filipo:

Hechos 16:31
31 “… Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.”

Es decir, tú y ellos entrarán a la paz de Dios, a la armonía.

Cuando un endemoniado se encontró con Jesús en la región de Gadara, el Señor lo liberó y le dio PAZ. Vean que cuando descubren a ese hombre furioso, ahora está a los pies de Cristo, con un semblante radiante de paz.

Lucas 8:35
Y salieron a ver lo que había sucedido; y vinieron a Jesús, y hallaron al hombre de quien habían salido los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido, y en su cabal juicio; y tuvieron miedo.

Saulo de Tarso cuya violencia lo llevó a perseguir a los cristianos de Jerusalén hasta Damasco, una ciudad al norte a una distancia de 360 kilómetros, tiene un encuentro con el príncipe de paz, y allí acaba su odio, su rabia, su ausencia de paz interior, y se convierte en un servidor de Cristo al grado de no importarle su seguridad física. Ante las advertencias de peligro, el apóstol Pablo expresó:

Hechos 20
22 Y ahora, he aquí que yo, encadenado en el espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me acontecerá;
23 salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio solemne, diciendo que me esperan cadenas y tribulaciones.
24 Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar solemne testimonio del evangelio de la gracia de Dios.

Y eso sucedía porque…

Filipenses 4:7
7 Y la paz de Dios, que sobrepasa a todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

¿Queremos encontrar una paz que sobrepasa todo entendimiento? ¿Queremos de dejar de estar molestos enojados por las injusticias que vemos o padecemos? ¿Queremos salir por la mañana y disfrutar del sol, el canto de los pájaros, del verdor de los árboles, de la risa de los niños, de nuestro trabajo que sabemos le será de ayuda a alguien?

Es el momento de tener un encuentro con el príncipe de paz.

Juan 1:12
“Más a todos los que le recibieron (y reciban) a los que creen en su nombre, le dios la potestad de ser hechos Hijos de Dios”,

Y con ello obtener su paz.

Nuestra ausencia de paz, nuestra inestabilidad emocional y espiritual viene de una relación en conflicto con Dios. Cuando hacemos las cosas que nos dañan y dañan a otros (la Biblia la denomina pecado) no tenemos paz con Dios ni con nosotros y con nuestros semejantes. Cristo quiere que todos conozcan su paz, que entren a su paz.

Romanos 5:1
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;

Cuando dejamos de tener pleito con Dios, cuando aceptamos su perdón, cuando decidimos cambiar para hacer su voluntad, cuando decidimos seguirle, un beneficio inmediato es su PAZ. Y entonces volvemos s respirar y sentimos que la vida fluye:

Juan 10:10
El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Pare de sufrir, dicen en la tele. No con tranquilizantes, ni con ejercicios, ni con sesiones de yoga, ni con religiones, ni con consultas al psicólogo, sino entablando una relación de armonía con aquel que nos hizo, que nos creó y que diseñó un mundo hermoso (y vio que todo era hermoso) para fuésemos felices en él.

Qué Dios le ayude a usted a encontrarle a Él y a encontrar su paz, una paz duradera, eterna, perfecta, no como el mundo (o las terapias o los fármacos) le dan.

Qué Dios le bendiga enormemente.



domingo, 18 de junio de 2017

EL SERMÓN DEL MONTE Fortaleza para la adversidad o cómo aprender a vivir


Compendio de la doctrina de Cristo / Carta Magna del reino / El manifiesto del rey

Mateo consigna muy al inicio del su evangelio un enorme discurso, un discurso capital que inicia de manera muy elocuente:

Mateo 5:1-2. 
Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:

Estos dos primero versículos destacan la importancia del discurso, de la enseñanza:
1)   Sentándose les enseñaba. Sentarse significa, enseñanza oficial, es decir, lo hace desde el asiento de la autoridad.
2)   Abriendo su boca: No es una perífrasis En griego tiene un doble significado. a) Se usa para un pronunciamiento solemne, grave y dignificado         
                   b) Para que indicar que una persona abre su corazón como la de un maestro  que la usa en una enseñanza íntima

Esta intención se verifica al final, en el 7:28 “Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas”.

Estas enseñanzas las podemos englobar en 8 ejes generales. Estos 8 ejes engloban prácticamente toda la esfera de la vida humana, cuya resultado es enseñarnos a vivir con dignidad, y fortaleza.

Inicia su discurso con las 9 bienaventuranzas.

Aspectos esenciales de la vida
La bienaventuranza de los pobres de corazón
La bienaventuranza de los que lloran
La bienaventuranza de los mansos
La bienaventuranza del espíritu hambriento de justicia
La bienaventuranza de los misericordiosos
La bienaventuranza del corazón limpio
La bienaventuranza de los pacificadores
La bienaventuranza de los perseguidos por la justicia
La bienaventuranza de los perseguidos por Cristo

Continúa con algo que le he llamado…

La utilidad del cristiano
La sal de la tierra
La luz del mundo

Pero todo ello se realiza bajo la ley de Dios. Vivir en Cristo no anula la ley, sino la confirma de una mera viva y real.

La ley: la norma de la vida
Jesús y la ley (La ley eterna)

Pero los cristianos deben ir más allá de la ley, del mero cumplimiento.
Oíste que fue dicho… Pero yo digo MÁS ALLÁ DE LA LEY.
Sobre la ira
Sobre el adulterio
Sobre el divorcio
Sobre los juramentos
Sobre la venganza
Sobre los enemigos
            El amor cristiano
                        1.Su significado
                        2. Su razón de ser

Y atañe a todas las esferas de la vida, desde la vida social hasta la espiritual.

Relaciones sociales
Sobre el orgullo y la humildad: “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres… “
El juzgar a los demás: “NO juzgar para no se juzgados…”
Hacer con los demás lo que queremos para nosotros: La regla de oro.

Relaciones divinas
Como orar--- Padre nuestro
Como ayunar: acto íntimo y personal
Como manejar las riquezas: En el que las riquezas son un ventaja pero al mismo tiempo un problema que no siempre sabe resolver bien el ser humano.

Para quien trabajar
Tesoros en el cielo: “No hagáis tesoros en la tierra…”
Dios en las riquezas: Nadie puede servir a dos amos.
Confianza en Dios para el futuro: “No os angustiéis qué has de vestir o de comer…”
Pedid y se os dará (Dios responderá)

Tampoco habrá que descuidar  nuestros sentidos y nuestra atención.

Guarda tus sentidos
El ojo: la lámpara del cuerpo.
Guardarse de los falsos profetas: cuida tus oídos.
La puerta angosta y la puerta ancha. “¿Vox populi…?

CONCLUSIÓN
“Cualquiera que oye estas palabras y las pone en práctica…”

Cfr. Proverbios 10:25
Como pasa el torbellino, así el malo no permanece;
Mas el justo permanece para siempre.

Analicemos bien lo que dice este texto: Aunque le habla a sus discípulos, como vemos en el 5:1-2, había mucha más gente oyendo quienes reaccionaron ante estas palabras: “La gente estaba admirada de su doctrina”.

Jesús dice CUALQUIERA, su mensaje es universal. Y ese cualquiera debe hacer dos cosas: OÍR, que es el primer paso, y HACER. He aquí las dos palabras claves. Venir cada domingo a oír las predicaciones no servirán de nada si proceder a la acción.

Dice que oye ESTAS PALABRAS. ¿Cuáles? Pues toda la enseñanza que acababa de dictar. Es decir, que si bien no son palabras mágicas y tienen el poder de hacer que CUALQUIER ser humano tiene la posibilidad de lograr que su vida sea sólida, vital, fuerte, trascendente.

Ahora OIR, no significa ESCUCHAR, sino estar atento a cada una de ellas, darles toda la importancia, como gemas o pepitas de oro, es decir, apreciarlas en su justa dimensión, como sabiduría de lo alto, como palabras de vida, como valiosos tesoros.

Esto me recuerda al Salmista que dice: “Tu palabra es más que el oro y que el oro refinado.”

Ya que las hemos aceptado como verdades, habrá que proceder a ajustar nuestra vida y nuestras acciones a ella.

Ahora bien, no es mi intención agotar en este bosquejo todo el Sermón del Monte, sino verlo en forma panorámica. Entremos ahora a los detalles.

Jesús y la ley

Mateo: 5:17-20
17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
20 Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.


Jesús fue acusado de violar la Ley: no cumplía con el lavado de las manos, sanaba a los enfermos en sábado y fue crucificado por quebrantar la ley, sin embargo, él no vino a cumplir la enredosa reglamentación que los judíos había generado, entrampando en una red inhumana a los hombre. Si a mostrar cuál era el verdadero sentido de la Ley, y que resumió admirablemente en este versículo:

Mateo 22
34 Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una.
35 Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo:
36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?
37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
38 Este es el primero y grande mandamiento.
39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

En esto consistía la Ley, en que llevara a todos finalmente a Amar a Dios y al Prójimo.

Jesús y la ira

Mateo 5: 21-26
21 Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio.
22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.
23 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,
24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.
25 Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.
26 De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.

El asesinato es la culminación de un proceso que empieza con un enojo. Ese enojo puede ir creciendo, como una yerba mala, y si no se le detiene a tiempo puede enraizar y generar un árbol peligroso, muy peligroso. Este enojo que no se soluciona es ya el principio de un asesinato y por ello ya es culpable.

Me llama la atención que dice “tu hermano tiene algo contra ti”. No dice que si tenemos algo contra un hermano, sino que éste anda molesto enojado. Eso significa que nosotros posiblemente cometió algo que lo hizo estar así. Y antes de que pase a mayores, hay que detenerlo.

Además, una ofrenda, una oración a Dios no funciona si no hay intermediación, reconciliación con el hermano.

La palabra griega que se usa para enojo es orguizesthai, que viene del orgué, el cual significa la ira que se hace ha hecho vieja, que se ha arraigado.

Sobre el adulterio

Mateo 5
27 Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio.
28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
29 Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
30 Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.

La ley era muy dura contra este pecado.

Levítico 20:10
10 Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos.

Llama la atención la distorsión de esta ley. A la mujer adúltera que le llevan a Jesús y quieren apedrearla, no se ve que el hombre que estaba con ella lo hayan traído para apedrearlo también.

Como muchos pecados, tienen un proceso de maduración. Por eso Jesús, de nuevo, va a la raíz del problema: Cualquiera que mire a una mujer…

La palabra usada en este pasaje para hacer caer, es skandalon, que quiere decir “el soporte del cebo”. Era el palito o brazo en que se fijaba el cebo, por lo que esta palabra llegó a significar “cualquier cosa que causa la destrucción de una persona”. Y eso es lo que hay que eliminar, puede ser el ojo, pero también actitudes, inclinaciones, etc.

Sobre el divorcio.

Mateo 5:
31 También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio.
32 Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.

La institución del matrimonio en tiempos de Jesús estaba naufragando. La fórmula para divorciarse era muy simple. Sólo se le extendía una carta que decía:

Sea esto por mi parte tu escritura de divorcio y carta de despedida y acta de liberación, para que te puedas casar con cualquiera.

Y todo lo que tenía que hacer el marido era entregar este papel a su mujer en presencia de dos testigos y quedaba divorciada.

La ley, para los casos de divorcio, decía:  

Deuteronomio 24:1

24  Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa.

Para esta ley había dos escuelas: Sammy, que era muy estricta severa interpretaba que la causal “alguna cosa indecente” tenía sólo una referencia sexual, es decir, a causa de adulterio; sin embargo, había otra tendencia, la de  Hil.lel que era mucho más laxa: “un hombre se podía divorcias de su esposa y ésta estropeaba la comida poniendo demasiada sal, o si aparecía en público con la cabeza descubierta, si hablaba con hombre en la calle, si era alborotadora, si hablaba sin el debido respeto a los padres, de su marido en su presencia, si era meticona o pendenciera, etc. Seguramente era utilizada mucho más esta segunda, de ahí la advertencia del Señor sobre el tema y la indicación que sólo en caso de fornicación.

Ahora bien, en el ambiente cultural del contexto también naufragaba el matrimonio. Para los griegos era una institución para que la mujer se encargara de la casa y los hijos y se le tenía en una severa restricción, recluida en su casa, sin contacto social, pero el hombre era todo lo contrario: llevaba una vida disoluta y licenciosa. Los romanos, contagiados por los griegos, adoptaron una cultura similar de disolución.

Sobre los juramentos

Mateo 5:33-37
33 Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos.
34 Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios;
35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
36 Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello.
37 Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.

La ley al respecto decía:

Números 30:2
2 Cuando alguno hiciere voto a Jehová, o hiciere juramento ligando su alma con obligación, no quebrantará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca.

Deuteronomio 23:21

21 Cuando haces voto a Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo; porque ciertamente lo demandará Jehová tu Dios de ti, y sería pecado en ti.

Pero en los tiempos del Señor una manera de usar el de manera frívola, que seguramente venía del contagios cultural de otras naciones y consistía en empezar una aseveración de manera trivial diciendo: “Por mi vida”, “por mi cabeza”, “Que no vea el consuelo de Israel…”. Esta costumbre ha llegado hasta nosotros que solemos decir: “Por mi madrecita que está en el cielo…”

Había otra costumbre, que se puede denominar como “juramentos evasivos”. Ellos decían que los juramentos eran vinculantes cuando incluía el nombre de Dios, pero cualquiera que no mencionará a Dios, no.  Estos son los que se pueden denominar “evasivos”, es decir, se buscaba ingeniosamente una manera de evitar pronunciar el nombre de Dios jurando or el cielo o por la tierra o por Jerusalén o por la propia cabeza”, y de esta manera no estaban obligados a cumplirlo.

El Señor corrige este desorden indicando que no debemos jurar por nada, sin embargo nuestra conducta, para aseverar que cumpliremos, no debe basarse en juramentos sino en un simple SI o un simple NO. Debemos ser personas absolutamente confiables y responsables. En las cortes de EU juran con una mano sobre la Biblia, de modo que si el testigo miente se le puede acusar de perjurio, es decir, de traicionar un juramento. No es este el comportamiento de un cristiano.


El amor hacia los enemigos

Mateo 5: 38-48
38 Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
39 Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;
40 y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa;
41 y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.
42 Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.
43 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?
47 Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?
48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

La ley del Talión, también es conocida como la ley de la venganza restringida, y se cree que Dios la instituyó para evitar las venganzas extendidas, es decir, los exterminios de pueblos o familias por la ofensa de una persona. Hoy todavía se da esta situación. Entonces esta era una ley de misericordia, para centrar el pago sólo en el que ofendió y en la medida que ofendió. Digamos que funciona en cierta medida para el control de la sociedad, sin embargo, no es la conducta que norma al cristiano. La solicitud del Señor es que haya en nosotros un espíritu de perdón y de amor.

Dicen que la venganza es dulce, peor la venganza deja un regusto amargo terrible y secuelas. Hay pueblos en los que las venganzas se dan por generaciones. Tu matas a uno, nosotros a otro, y así sucesivamente. La ley del perdón y el olvido es una manera de detener esta espiral de violencia. La tendencia natural es la venganza pero el poder de Dios que capacita a sus hijos para amar esto es posible. Sin él, nada podríamos hacer.

El Señor mismo en la cruz del calvario dio una muestra de este amor: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”.

Este pasaje toca el punto central de la fe cristiana: el amor, que el apóstol Pablo en Corintios 13 escribe de manera sublime:

Recordemos una frase: “Si no tengo amor… NADA SOY”. Lo único que certifica que somos de Cristo no es nuestra doctrina sino el AMOR”.

ESTUDIO SOBRE APOCALIPSIS 20: Los mil años

Jeremías Ramírez El tema principal de este capítulo 20 es ese periodo de tiempo denominado “Milenio” y que ha sido causa de enorme discusión...