sábado, 15 de marzo de 2014

¿DADLES VOSOTROS DE COMER?



No tienen necesidad de irse;
dadles vosotros de comer
Mateo 14:16

En el pasaje de la alimentación de los 5 mil generalmente ponemos atención en el acto más espectacular: el milagro de cómo el Señor multiplica cinco panes y dos peces. Ahora que mi madre estuvo enferma el pasaje del versículo 14: 16 me estuvo dando vueltas como si trajera un clavo ardiente.
Me preguntaba, por qué el Señor les dio esta orden. ¿Los estaba calando? ¿Quería ver sus reacciones? ¿Les estaba gastando una broma? ¿Quería demostrarles que él si era capaz, que él tenía poder y ellos no?
Pero leyendo con atención el pasaje vemos que no hay visos de broma ni de ponerlos a prueba. Y la respuesta de los apóstoles es muy peculiar: “No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces” (v. 17).
Y me preguntaba si el Señor en efecto les estaba pidiendo que ellos hicieran el milagro, que ellos los alimentaran, que ellos dieran el paso de fe. Pero los apóstoles respondieron desde su falta de fe, desde su lógica humana, desde su perspectiva “realista, naturalista” dirían algunos: “No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces” (v. 17).
Y me preguntaba además si la misma orden la sigue dando el Señor a su Iglesia ante los graves problemas del mundo: resuelvan ustedes los problemas. Y nosotros contestando: “No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces” (v. 17).
            Martin Luther King, dijo en uno de sus discursos: “Como cristianos no debemos pensar únicamente en nuestros tronos del cielo, sino en los tugurios y ghetos que atrofian el alma; no sólo en los caminos del cielo por lo que corren torrentes ‘de leche y miel’, sino también en los millones de hombres que por toda la tierra se acuestan en la noche  sin haber saciado su hambre”. (Minestrini, Walter, Martin Luther King, rebelde por amor, Editorial Mensajero, p. 51)
            Como veremos más adelante, Pedro y los discípulos aprendieron a ver las cosas desde la óptica sobre naturalista, desde la óptica de fe y del poder de Dios y no del suyo que terminaba en lo que NO tenemos ni oro ni plata. Al cojo le dijeron mucho más que simple dinero, le dieron la solución su problema: “En el nombre de Jesucristo de Nazareth, levántate y anda”. (Hechos 3:6)
            Al tratar de emular estos hechos, me he visto completamente impotente, sin capacidad de hacer muchas de las cosas que el Señor dijo que podríamos hacer “porque Él iba al padre”. (Juan 14: 12)
            Pero hay un pasaje en Mateo 7: 21-23 que me ha estado dando vueltas. Si es esta posibilidad de hacer actos espectaculares el indicador de que somos hijos de Dios plenos y llenos de él, de lo cual el Señor se pueda sentirse orgulloso.
            Pero este pasaje que dice:

“No todo el que dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” (Mateo 7:21-23)

            ¿Si la capacidad de hacer milagros no es el distintivo de ser parte de él, entonces cuál? Releyendo el pasaje de Juan 14: 12 (De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.), me pregunto que fue lo más importante que el Señor hizo. Y a mi cabeza vienen pasajes como este Juan 3:16:

“De tal manera amó Dios al mundo que Dio a su hijo unigénito para que todo aquel que en el cree no se pierda más tenga vida eterna”

            Y este otro (Marcos 6:34)

Y saliendo Jesús vio gran multitud, y tuvo misericordia de ellos, porque eran como ovejas sin pastor; y les comenzó a enseñar muchas cosas.

            Y deduzco que lo más importante fue el amor, un profundo amor incluso por aquellos que lo rechazaron y lo llevaron a la cruz, esos que en la Biblia se denominan “las ovejas perdidas del pueblo de Israel”
            La iglesia de hoy ¿tiene amor por las ovejas perdidas de la iglesia de Laodicea? Es más, ¿tiene amor por los propios hermanos? ¿Existe hoy lo que en Hechos surgió como el “servicio de la mesas”, es decir, la diaconía?
            Santiago nos advierte que

“15 Y si el hermano o la hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les diereis las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿qué les aprovechará? 17 Así también la fe, si no tuviere las obras, es muerta en sí misma. (Santiago 2: 15-16)

            Ahora que mi madre estaba enferma me di a la tarea de buscar quién, ante la ausencia de mis hermanos, podría cuidarla. Hay muchos servicios de enfermería, algunos fraudulentos que emplean pseudo enfermeras y dan poca confianza. En el internet hay muchas de estas empresas pero no dan mayor datos lo que despierta sospechas. Y en mi búsqueda me preguntaba si la iglesia, si los hermanos en Cristo en el DF, donde hay miles de iglesias, no habría algunos que hubiesen instaurado una diaconía para atender los hermanos desvalidos. Y me dio tristeza al observar a mi derredor, aquí en ciudad donde vivo que como cristianos no hemos organizado un servicio de amor para atender a los hermanos desvalidos.
            Cuando un hermano está en problemas sólo vamos al Señor, cuando bien nos va, pero ¿el Señor no nos estará diciendo “Dadles vosotros de comer”? ¿Alívienlos ustedes?
            Una forma en que la Iglesia primitiva mostró el amor de Dios fue creando estos servicios de misericordia. ¿Qué hacemos hoy que iguale esta demostración de amor?
            La causa no está del todo perdida. En mi búsqueda encontré la Alianza Médica Cristiana, que tiene dos sedes: Toluca y Quintana Roo. Y están buscando aliados en toda la república para extender una mano misericordiosa a los necesitados.
            El lema de esta Alianza es el pasaje de Jeremías 33:6

“Yo les traeré sanidad y medicina, los curaré y les revelare abundancia y paz”

            Y entonces me surgió la idea de comenzar un servicio de Diaconía a partir de un simple catálogo en donde estemos los hermanos inscritos y nuestros oficios, de modo que “podamos servirnos unos a otros en el amor de Cristo”
            El Señor no busca que hagamos milagros espectaculares sino que cuando veamos, oigamos, sintamos el llamado de Dios a través de ver a alguno de nuestros hermanos en necesidad, digamos: “Heme aquí, envíame a mí”. Es decir, que nos convirtamos en prójimos del desvalido. Hay que orar para que el Señor nos guíe como hacer extensivo su amor, principalmente, a los de la familia de Cristo y luego a los demás.

JRV, 2014


martes, 4 de marzo de 2014

COMO EL AGUA

Si el agua fuera rebelde, nunca podríamos disfrutar del mar, de los lagos, de los ríos. Obediente, el agua adopta la forma de su continente: si este es redondo, el agua será así, o rectangular, como una alberca o bien adoptar la forma de una serpiente al adaptarse a las caprichosas formas de las hondonadas en una pendiente.

Nosotros podemos ser como el agua; cuando adoptamos obedientemente una forma bella que los demás admiran es porque hemos permitido ser agua en las manos de Dios. Entre las manos de Dios, el, como gran artistas, hace de nosotros hermosas obra de arte. E incluso, cuando ve que en obediencia nos parecemos a Cristo, nuestro gran continente, seguramente esto sucederá: "Y vio Dios que era bueno..."

domingo, 2 de marzo de 2014

SALVANDO AL SOLDADO RYAN

Esta película, ubicada en la Segunda Guerra Mundial, narra la historia de un comando de ocho soldados que va en busca del soldado, James Francis Ryan. Tras una búsqueda exhaustiva (en el cual mueren dos integrantes del comando) localizan a Ryan. Este forma parte de un grupo de soldados agotados que defienden un importante puente de que caiga en poder de los alemanes. Cuando le informan que vienen por él pues es buscado por sus familiares, Ryan se niega a abandonar a sus compañeros y esto obliga a que el comando se integre al grupo defensor. 
     En la refriega, el grupo defensor y el comando de búsqueda son diezmados pero logran defender con éxito el puente. En la refriega el capitán Miller, quien dirigía el comando, es herido de muerte. En plena agonía se acerca Ryan y el capitán le susurra unas palabras que no oímos. Ryan, conmovido, ve como muere el capitán prácticamente en sus brazos. 
       Años, después, vemos a un envejecido Ryan visitando la tumba del capitán Miller y ahí nos enteramos lo que le susurró el capitán a Ryan: "«James… hágase usted digno de esto… merézcalo». Y el viejo Ryan le viene a dar el parte al capitán y le dice: "He vivido dignamente".
        Esto nos pide Cristo a nosotros. El bajó de los cielos en rescate por nosotros y dio su vida y nos pide que vivamos una vida ejemplar. 
       Pablo le dice a los Efesios (5:15): "Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios". Y en Colosenses 1:10: "...para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo".
      Para que valga la pena el rescate que Cristo hizo por nosotros "hasta la muerte y muerte de cruz", andemos dignamente, merezcamos esta salvación tan grande.

NOTA: Salvando al soldado Ryan, Steven Spielberg, 1998.

ESTUDIO SOBRE APOCALIPSIS 20: Los mil años

Jeremías Ramírez El tema principal de este capítulo 20 es ese periodo de tiempo denominado “Milenio” y que ha sido causa de enorme discusión...