sábado, 5 de diciembre de 2015

ACUERDATE DE TU CREADOR O LOS SUFRIMIENTOS DE LA VIDA

En Eclesiastés 12 hay una recomendación que he leído muchas veces, desafortunadamente sin entender su profundidad: "Acuérdate de tu creador en los días de tu juventud, antes de que vengan los días malos y lleguen los años de los cuales digas: No tengo contentamiento".

La edad finalmente nos revela su profundidad. De joven o de mediana edad uno cree que va a llegar a la ancianidad de la misma integridad física, tal vez con uno que otro achaque, con cierta debilidad de piernas, algunas arrugas y canas... hasta que rebasando a los 50 se presentan los desgaste por una serie de malos hábitos de ejercicio y alimenticios, e incluso, intelectuales y empieza uno a sufrir dolores, algunos muy intensos, que nos hacen pensar que la vida debería acortarse. Hay quienes, ante un sufrimiento inaudito, deciden suicidarse.

Y no hay un sólo ser humano que no llegue a la vejez con uno o varios padecimientos. Es entonces que, si hemos sido creyentes o al menos visitantes frecuentes de una iglesia que este pasaje empieza a revelarse.

Es muy importante para el ser humano acordarse de Dios. Pero ¿qué significa acordarse? Por cierto, no significa "recordar", recordar que existe, que nos ama, que murió por nosotros, que vivió una vida ejemplar, etc. Sino acordarse que él pide ser parte integral de nuestra vida, es decir, lo que se encuentra en Proverbios: "Dame hijo mío tu corazón"(Proverbios 23:26). Eso es acordarse, acordarse de que está a la puerta y llama, que nos busca como ovejas perdidas, para entrar en nuestra vida y finalmente, dejarlo entrar para que viva Cristo en nosotros.

Y esta es tan fundamental en nuestra vida pues nos dotará de una fortaleza inigualable para los días malos, esos días en que no hay nada que nos consuele, esos días donde el dolor se hace patente y las fuerzas se han ido retirando poco a poco. El Señor entonces nos sostendrá con su diestra.

Steve Green, en gran cantante cristiano, cuenta que su padre (un misionero en Argentina) al final de su vida le detectan el Mal de Parkinson, que aparte de torturarlo con dolores, lo fue inmovilizando e incluso perder el habla. Y en esas circunstancias terribles descubrieron como Cristo lo sostenía. Cuenta que cuando ya no hablaba, su esposa de pronto lo oyó hablar en voz alta. Al entrar en el cuarto que estaba, su padre oraba en voz alta oraciones de agradecimiento: "Dios tu eres bueno", y sólo su padre sabía qué estaba viviendo con Cristo en medio de su dolor que podía exclamar "Dios eres bueno".

¿Eres joven o de mediana edad o casi anciano y aún no te llegan los días malos? Entonces, acuérdate de tu creador, hazlo parte de ti, únete a él con todo el corazón y vive la vida nueva que él te de.

¿Ya te llegaron los días malos? Búsca a Dios, aún estas con vida y no todo está perdido. Aún en esas circunstancias, Cristo te ama. Te ser´difícil seguir sus pasos, el dolor hará tambalear tu fe, pero si te aferras a él con todo tu corazón, encontraras las fuerzas y el consuelo que necesitas.


martes, 25 de agosto de 2015

MISION IMPOSIBLE: Usted puede.




Por Jeremías Ramírez Vasillas

Misión imposible fue primero una serie de televisión y luego se hicieron versiones cinematográficas en donde los protagonistas realizan tareas que van más allá de las posibilidades humanas, y sin embargo salen avante para beneplácito de los espectadores.
       Los últimos sucesos en mi vida me hicieron enfocar mi atención en acciones que realizan los hijos de Dios y que van más allá de las escenas imaginadas para esas películas. Recordé varios pasaje:

·      Enfrentan fieras: Sansón

  • ·     Sobreviven a hornos de fuego: Daniel y sus amigos
  • ·      Caminan en medio del mar sobre un lecho seco: Moisés y los israelitas.
  • ·      Enfrentan gigantes: Josué y Caleb
  • ·      Derriban muros con trompetas y vueltas: Josué y los israelitas
  • ·      Caminan sobre el agua: Pedro, aunque por breve tiempo
  • ·      Caminan por valles de muerte y sobreviven: Corrie Tem Bum (cristiana holandesa durante la II Guerra
  •      Mundial), logra rescatar judíos y salir ilesa, y otras acciones increíbles.

Hay una cita retadora en Jeremías que me hace estremecer. Dice:

Jeremías 12:5
Si corriste con los de a pie y te cansaron, ¿cómo contenderás con los caballos?

¿Se dan cuenta de este reto? ¿Quién puede correr y competir con los caballos? El hombre más veloz, Usain Bolt, alcanza a correr 37 km/hr. Un caballo corre de 75 a 70 kilómetros por hora. ¿No es esta una misión imposible?

¿Y no es aún más imposible esta hazaña de Sadrac, Mesac y Abed-nego?

Daniel 3
3  El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia.
2 Y envió el rey Nabucodonosor a que se reuniesen los sátrapas, los magistrados y capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, para que viniesen a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado.
3 Fueron, pues, reunidos los sátrapas, magistrados, capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado; y estaban en pie delante de la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor.
4 Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas,
5 que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado;
6 y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo.
7 Por lo cual, al oír todos los pueblos el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado.
8 Por esto en aquel tiempo algunos varones caldeos vinieron y acusaron maliciosamente a los judíos.
9 Hablaron y dijeron al rey Nabucodonosor: Rey, para siempre vive.
10 Tú, oh rey, has dado una ley que todo hombre, al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, se postre y adore la estatua de oro;
11 y el que no se postre y adore, sea echado dentro de un horno de fuego ardiendo.
12 Hay unos varones judíos, los cuales pusiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos varones, oh rey, no te han respetado; no adoran tus dioses, ni adoran la estatua de oro que has levantado.
13 Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que trajesen a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Al instante fueron traídos estos varones delante del rey.
14 Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed-nego, que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado?
15 Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?
16 Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto.
17 He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará.
18 Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.
19 Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y se demudó el aspecto de su rostro contra Sadrac, Mesac y Abed-nego, y ordenó que el horno se calentase siete veces más de lo acostumbrado.
20 Y mandó a hombres muy vigorosos que tenía en su ejército, que atasen a Sadrac, Mesac y Abed-nego, para echarlos en el horno de fuego ardiendo.
21 Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, sus calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo.
22 Y como la orden del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego.
23 Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo.
24 Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey.
25 Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.
26 Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego.
27 Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían.
28 Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y que no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios.
29 Por lo tanto, decreto que todo pueblo, nación o lengua que dijere blasfemia contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, sea descuartizado, y su casa convertida en muladar; por cuanto no hay dios que pueda librar como éste.
30 Entonces el rey engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia.

Y la toma de Jericó fue también increíble y sorprendente. Nos dice la Palabra durante siete días dieron vueltas alrededor de la ciudad los siete sacerdotes, llevando las siete bocinas de cuerno de carnero, pasaron delante del arca de Jehová, y tocaron las bocinas; y el arca del pacto de Jehová los seguía. Y los hombres armados iban delante de los sacerdotes que tocaban las bocinas, y la retaguardia iba tras el arca, mientras las bocinas sonaban continuamente. Y el último día…

Josué 6: 20 Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron.

Pero ahora quisiera detenerme en Pedro. Pedro fue un apóstol singular. Era un hombre burdo pero con una mente ágil, visionario en cierta forma, e impulsivo.

¿Creía en Dios? Sí.
¿Creía que Jesús era Dios o el hijo de Dios? Sí.
¿Tenía fe? Claro que sí, y mucha fe, como vamos a ver ahorita, pero…

Mateo 14:22-33 
JESÚS CAMINA SOBRE EL AGUA
22 Después de esto, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca, para que cruzaran el lago antes que él y llegaran al otro lado mientras él despedía a la gente. 23 Cuando la hubo despedido, Jesús subió a un cerro, para orar a solas. Al llegar la noche, estaba allí él solo, 24 mientras la barca ya iba bastante lejos de tierra firme. Las olas azotaban la barca, porque tenían el viento en contra. 25 A la madrugada, Jesús fue hacia ellos caminando sobre el agua. 26 Cuando los discípulos lo vieron andar sobre el agua, se asustaron, y gritaron llenos de miedo:
—¡Es un fantasma!
27 Pero Jesús les habló, diciéndoles:
—¡Calma! ¡Soy yo: no tengan miedo!
28 Entonces Pedro le respondió:
—Señor, si eres tú, ordena que yo vaya hasta ti sobre el agua.
29 —Ven —dijo Jesús.
Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Jesús. 30 Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse, gritó:
—¡Sálvame, Señor!
31 Al momento, Jesús lo tomó de la mano y le dijo:
—¡Qué poca fe tienes! ¿Por qué dudaste?
32 En cuanto subieron a la barca, se calmó el viento. 33 Entonces los que estaban en la barca se pusieron de rodillas delante de Jesús, y le dijeron:
—¡En verdad tú eres el Hijo de Dios!

Yo creo que Pedro tenía mucha más fe que muchos de nosotros. Y mucha más que sus compañeros. Nadie se atrevió a imitarlo. “Si eres tú, ordena”. El Señor sólo dijo: “Ven”. Y Pedro fue. ¿Usted se atrevería a dar un paso en el agua? Yo no.  Pedro dio varios. Dice el v.29: “empezó a caminar”. Y todo iba bien hasta que le pegó el viento y “tuvo miedo”. Es decir, su atención se desvió del Señor al viento y entonces…

¿Y si yo le dijera que el Señor lo llamó a usted y a mí a hacer hazañas como ésta o mayores y más increíbles, imposibles, que pensaría…?

Juan 14:9-14
Lo que les he dicho, no lo dije por mi propia cuenta. Yo sólo hago lo que el Padre quiere que haga. Él hace sus propias obras por medio de mí. 11 Créanme cuando les digo que mi Padre y yo somos uno solo. Y si no, al menos crean en mí por lo que hago. 12 Les aseguro que el que confía en mí hará lo mismo que yo hago. Y, como yo voy a donde está mi Padre, ustedes harán cosas todavía mayores de las que yo he hecho. 13 Yo haré todo lo que ustedes me pidan. De ese modo haré que la gente vea, a través de mí, el poder que tiene Dios el Padre. 14 Yo haré todo lo que ustedes me pidan.

Pero, ¿cuál es el secreto para hacer estas cosas imposibles? “El que confía en mí”.

Si revisamos el pasaje de Pedro, nos damos cuenta que su “error fue” haberse distraído con el viento, con las adversidades, y dejar de ver al Señor.

Dice Hebreos 12

12  Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
3 Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.

¿Sabían ustedes que no sabemos vivir confiando en Dios, es decir, con los ojos puestos en Jesús?

Confiamos en nosotros, en nuestros empleos, en los bancos, en el gobierno, en los familiares, en los amigos, en nuestra suerte… en nuestro dinero, en nuestras relaciones, en nuestro status, en nuestra inteligencia, en nuestros títulos, etc.
            El ser humano en general no sabe vivir teniendo a Dios como eje de su vida. Y lo malo es que los cristianos tampoco. Es nuestra fe, a veces, tan pequeñita como un átomo.
            ¿Cómo aprendemos a confiar en Dios, a mirarlo a él, a tener los ojos puestos en él? Simple: confiando. Pedro tuvo la gran oportunidad de aprender en ese caminar en el mar y no pudo, pero hubo muchos momentos en que finalmente aprendió.
            Estas circunstancias que he vivido me pusieron en un callejón. O confiaba en Dios o confiaba. Es decir, son las circunstancias adversas, las de callejón sin salida, las imposibles, las que nos permiten aprender a confiar en Dios.
            Nadie se sube a una bicicleta por primera vez creyendo que se va a caer. Nadie puede enfrentar “el valle de sombra de muerte sin temor alguno” sin tener miedo. Sólo es posible después de aprender a caminar con Dios, de hacerlo el centro de nuestra vida, que aprendemos a enfrentar las misiones imposibles y salir airoso.
            Yo aprendí a manejar cuando, desesperado en una fila del pesero, me dije: “Qué necesidad tengo de estar aquí si tengo auto”. Fui por el él y a partir de ese día manejé... Aunque choqué.
            Y si se fijan, es la misma pregunta que se hizo el hijo pródigo. (Lucas 17) Y volviendo en sí, dijo: !!Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.
            Es decir, qué necesidad… Y lo mismo podemos decir nosotros. Qué necesidad de vivir como un pagano, como un gentil, si soy el hijo de un rey.

Romanos 8: 38…
28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.
31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
36 Como está escrito:
    Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
    Somos contados como ovejas de matadero.
37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

De ahí que Pedro nos dijera que tuviéramos sumo gozo cuando anduviéramos en diversas pruebas, pues la prueba de la fe…
            Hermano, usted está llamado a ser un héroe que enfrente misiones imposibles, pero lo que nos falta es entrenamiento, ese entrenamiento que nos dan las pruebas. A Josué Dios le dijo que se “esforzara y que fuera valiente”. Lo mismo nos dice ahora.

A Jeremías (1) le dijo:
4 Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo:
5 Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
6 Y yo dije: !!Ah! !!ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño.
7 Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande.
8 No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová.
9 Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca.
10 Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.
17 Tú, pues, ciñe tus lomos, levántate, y háblales todo cuanto te mande; no temas delante de ellos, para que no te haga yo quebrantar delante de ellos.
18 Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortificada, como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda esta tierra, contra los reyes de Judá, sus príncipes, sus sacerdotes, y el pueblo de la tierra.
19 Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte.

Y a Pedro, una vez pasado su examen doctoral, le dijo: “¿Me amas? Apacienta mis ovejas”. Que tarea más difícil. Hermanos, bienvenido al mundo de Dios, al mundo de lo imposible posible. “porque yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo”.

Qué Dios les bendiga.


miércoles, 19 de agosto de 2015

PREDICACIÓN



En hebreo la palabra predicación se dice Charaz, que significa “enhebrar perlas”. Una buena disertación de un orador o un maestro es entregar perlas a sus oyentes, sobre todo cuando la disertación, la charla, la proclamación es de la palabra de Dios. Quizá por ello en Romanos escribe el apóstol Pablo:

Romanos 10:15 
¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!

Pero si predicación de la verdad es "enhebrar perlas", hay que tener cuidado de quienes parecen que enhebran perlas pero es todo lo contrario.

Lucas 12. La levadura de los fariseos
1  En esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
2 Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse.
3 Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas.

Jesús enfatiza la levadura de los Fariseos la cuál califica de "hipocresía". ¿A qué se refería el Señor? Veamos. Hipocresía viene del griego hypo que significa "máscara" y crytes, "respuesta". Es decir, respuesta enmascarada, no clara, no verdadera, las cuales además tienden a contaminar, pues las malas enseñanzas son como los virus: se contagian y es necesario vacunarse.


EL MIEDO DE VIVIR

Un novelista quien escribió un interesante relato sobre el tiburón blanco decía en su discurso cuando recibió el Premio Nacional de Novela 2013, del Gobierno de Guanajuato, que los animales todos viven con miedo. Viven en alerta permanente pues en cualquier momento pueden ser presas de algún animal que busque alimentarse con él.

En los seres humanos este miedo no este miedo no es continuo, pues las normas de convivencia generadas por la civilización protegen de cierta manera a los seres humanos. Y entre mayor grado de desarrollo exista, mayor tranquilidad hay en sus integrantes. Pero en las sociedades donde las normas se degradan, aparece el miedo pues la vida corre mayor peligro, sobre todo cuando alguien puede poseer algo valioso que otro desea o bien que obstruya los planes que otro tiene, por ejemplo, en las luchas políticas o de comercio.

La historia nos da muestras suficientes de esta situación, como por ejemplo, en el Imperio Romano del I siglo antes de Cristo. Julio César, el hombre más poderoso de Roma, estuvo sujeto a conspiraciones que un 15 de marzo del año 44 antes de Cristo fue asesinado a puñaladas por sus adversarios políticos, a plena luz del día, y rodeado de la élite política del momento y de un tumulto de gente. Y esto se ha repetido muchas veces en la historia.

Jesús era en su tiempo un hombre incómodo para los dirigentes judíos, es decir, la casta sacerdotal conocidos como Fariseos, quienes ardorosamente buscaban matar a Jesús. Él lo sabía y varias veces se les escabulló. A pesar de este inminente peligro que finalmente se llevó a cabo, el nos enseñó que no debemos temer a quien mata el cuerpo. Sin embargo el Señor dice:

Mateo 10:26-31
4 Mas os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer.
5 Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed.

Pues afirma, Dios tiene sumo cuidado de nosotros.

Lucas 12: 6 
¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios.

Un par de pajarillos costaban, en aquel tiempo, un cuarto (Mateo 10:29) y si alguien compraba 4, el quinto se lo regalaban. Aun este quinto sin valor Dios no lo tiene olvidado.

Lucas 12:7
Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos.

Un cálculo que se ha hecho al respeto nos dice que en la cabeza de las personas varía dependiendo del color de modo que:

Rubios= 145 mil
Oscuro=120 mil
Pelirrojo=90 mil

Como cristianos, muchas veces el miedo viene de quienes no aceptan nuestra fe y para no ponernos en riesgos silenciamos nuestra identidad cristiana. Pero el Señor nos insta a que no nos ocultemos.

Lucas 12: 8-9
Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios; mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.

Sin embargo, este pecado es perdonado, pues Pedro lo negó 3 veces y obtuvo el perdón aunque el  costo que tuvo que pagar fue muy alto. Pero hay un pecado que no tiene perdón:

Lucas 12:10 
A todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado.

El término blasfemia proviene del griego "blaptein", que significa injuriar, y "pheme", que significa reputación.

Muchos injuriaron al Señor, por ejemplo, al pie de la cruz, pero los Fariseos incluso se atrevieron a decir que Jesús hacía las cosas con el poder de Satanás… Y sólo se puede blasfemar de alguien que habiéndolo conocido, habla cosas injuriosas a sabiendas y con mala intención.

Qué decir
11 Cuando os trajeren a las sinagogas, y ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis por cómo o qué habréis de responder, o qué habréis de decir;
12 porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir.

El rico insensato
13 Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia.
14 Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?
15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.

Ejemplo: la insensatez de la riquezas materiales
16 También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho.
17 Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos?
18 Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes;
19 y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate.
20 Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?
21 Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.

El afán y la ansiedad y la necesidad de fe.
(Mt. 6.25-34)
22 Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis.
23 La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido.
24 Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves?
25 ¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura un codo?
26 Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás?
27 Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.
28 Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?
29 Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud.
30 Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas.
31 Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.

Dios nos da lo que necesitamos, no lo que deseamos y algunas veces el hombre se rebela contra Dios, es decir, no valora lo que Dios le da, como los israelitas ante el Maná.

Tesoro en el cielo
(Mt. 6.19-21)
32 No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.
33 Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye.
34 Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

Invertir realmente para el futuro…

El siervo vigilante
35 Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; (el corazón inflamado del Señor. “No ardía nuestro corazón, dijeron los discípulos del camino de Emmaus)
36 y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida.
37 Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles.
38 Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos.
39 Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa.
40 Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.

El siervo infiel (la insensatez de no ser fiel)
(Mt. 24.45-51)
41 Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos?
42 Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración?
43 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.
44 En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes.
45 Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse,
46 vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles.
47 Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes.
48 Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.

Jesús, causa de división
(Mt. 10.34-36)
49 Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido?
50 De un bautismo tengo que ser bautizado; y !!cómo me angustio hasta que se cumpla!
51 ¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino disensión.
52 Porque de aquí en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos, y dos contra tres.
53 Estará dividido el padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra.

¿Cómo no reconocéis este tiempo?
(Mt. 16.1-4; Mr. 8.11-13)
54 Decía también a la multitud: Cuando veis la nube que sale del poniente, luego decís: Agua viene; y así sucede.
55 Y cuando sopla el viento del sur, decís: Hará calor; y lo hace.
56 !Hipócritas! Sabéis distinguir el aspecto del cielo y de la tierra; ¿y cómo no distinguís este tiempo?

Aprender a interpretar los tiempos.

Arréglate con tu adversario
(Mt. 5.25-26)
57 ¿Y por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?
58 Cuando vayas al magistrado con tu adversario, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre al juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel.
59 Te digo que no saldrás de allí, hasta que hayas pagado aun la última blanca.


lunes, 3 de agosto de 2015

LAS DIFICULTADES DE LA FE



Hebreos 11: 1
La fe es la certeza de los que se espera (futuro), la convicción de lo que no se ve (como tantas cosas que no vemos que ahí están)… Por ejemplo, ese plano en el que Pablo ve ciertas revelaciones y contempla el tercer cielo (2ª de Corintios 12) … O esa realidad de seres que acompañan al creyente y a la iglesia, y que se hacen visibles para el que tiene fe, como Eliseo que ve el ejército de Dios que está con él, pero su criado no lo ve.

¿Es difícil creer?

Hechos 16:30-33
30 y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?
31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.
32 Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.
33 Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos.

La fe es así de simple, muy simple y está al alcance de todo ser humano y no se requiere de iniciaciones, revelaciones místicas, ungimientos, etc. , sin embargo, al mismo tiempo es tan difícil… De lo contrario, la fe fuera una realidad y se reflejaría en las maravillas en la iglesia y en la vida cotidiana.

El Señor dijo: Mateo 17:20
“…si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible”.

El paso de la incredulidad a la fe es muchas veces un tránsito sumamente difícil y conlleva otras de un proceso largo.

Muchos creen o no creen…

Marcos 9:27:
“Creo, ayuda  mi incredulidad…”

21 Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño.
22 Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos.
23 Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
24 E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.

O parece que si creen, pero…

Mateo 17
14 Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo:
15 Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua.
16 Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar.
17 Respondiendo Jesús, dijo: !!Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá.

Pareciera que la poca fe (otra forma en que el Señor se refiere a la incredulidad) fue un fenómeno con el que se encontró con frecuencia durante su ministerio.

Pedro, cuando se hundía, le dijo:

Mateo 14: 30-31
30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: !!Señor, sálvame!
31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: !!Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

Y cuando elucubraban sus discípulos…

Mateo 16:6-8
6 Y Jesús les dijo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos.
7 Ellos pensaban dentro de sí, diciendo: Esto dice porque no trajimos pan.
8 Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan?

O ante la manifestación de poder del Señor

Mateo 8:
23 Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron.
24 Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía.
25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: !!Señor, sálvanos, que perecemos!
26 El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.
Si tuvieres fe como un grano de mostaza

O de su resurrección

JUAN 20
24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.
25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.
26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros.
27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
28 Entonces Tomás respondió y le dijo: !!Señor mío, y Dios mío!
29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
Cuanto tiempo estoy con vosotros y me dices muéstranos al padre

Muéstranos al Padre y nos basta…

Juan 14
8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.
9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?

Los caminantes de Emmaús…

Juan 24
15 Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos.
16 Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen.
17 Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes?
18 Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días?
19 Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;
20 y cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le crucificaron.
21 Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido.
22 Aunque también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del día fueron al sepulcro;
23 y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que él vive.
24 Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.
25 Entonces él les dijo: !!Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!

Y, por el contrario, se maravilló de la fe de otros…

Le dijo a la mujer griega, sirofenicia de nación, que le rogó por su hija que tenía un espíritu inmundo: (Marcos 7:29) “Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija”.

Al centurión que no le permitió al Señor ir a su casa, sino que le pidió solamente que pronunciara una palabra (Mateo 8:10): “De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe”.

A la mujer que le tocó el vestido para sanar de una larga y tormentosa enfermedad de flujo de sangre: (Mateo 5:33)
33 Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad.
34 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.
La mujer de Pilato

Pero hay otros que se resisten y les gana la incredulidad…

Hechos 26
27 ¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees.
28 Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano.
29 Y Pablo dijo: !!Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas!

Un poco de información para saber quién era este Rey Agripa

Agripa II (27-100), llamado originalmente Marco Julio Agripa (en latín Marcvs Jvlivs Agrippa) fue un antiguo gobernante de Judea durante la época del dominio romano.

Bisnieto de Herodes el Grande, e hijo de Herodes Agripa I que había sido rey de Judea hasta su muerte en el 44 d. C. (mencionada en Hechos 12). Agripa II se había criado en la corte del emperador Claudio, pero debido a que tenía sólo diecisiete años cuando murió su padre, no le dieron el reino que éste tenía. Más tarde, cuando murió su tío, el rey Herodes de Calcis, le dieron su principado. El rey Herodes de Calcis se había casado con la hermana de Agripa II, Berenice. Más tarde Claudio le dio a Agripa II la responsabilidad de nombrar al sumo sacerdote de los judíos, y cambió Calcis por algunos principados en la Palestina del norte. Agripa II también recibió el título de rey.

Este rey, (como leímos) quedó registrado en la Biblia por su encuentro con Pablo (Hch 25.13-26.32), a quien reconoció de haber estado a punto de hacerlo cristiano, de no haber sido por las presiones políticas y familiares.

En excavaciones recientes en los cimientos del Muro de los Lamentos se han encontrado monedas acuñadas por Agripa II. Los arqueólogos Ronni Reich y Eli Shukrun concluyen que el muro fue construido por Agripa II, no por su abuelo Herodes el Grande como se creía hasta el momento.

Para el carcelero de Filipo al parecer fue un paso rápido y contundente. De inmediato pide el bautismo, aunque no sabemos qué tanto había oído. Quizá en su corazón iba creciendo la plantita de la fe y estaba esperando un elemento, un solo evento que iluminara su corazón… y ese evento llegó.

Otros es un poco más lento…

Felipe y el etíope

HECHOS 8
26 Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.
27 Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar,
28 volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías.
29 Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro.
30 Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees?
31 El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él.
32 El pasaje de la Escritura que leía era este:
    Como oveja a la muerte fue llevado;
    Y como cordero mudo delante del que lo trasquila,
    Así no abrió su boca.
33 En su humillación no se le hizo justicia;
Mas su generación, ¿quién la contará?
Porque fue quitada de la tierra su vida. m
34 Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún otro?
35 Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús.
36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?
37 Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.
38 Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.

No sabemos cuanto tiempo este hombre estuvo cavando en la mina espiritual hasta que el Señor le manda  Felipe para que le explicara las escrituras llega Felipe y no sabemos cuánto tiempo estuvo viajando con él has que de pronto ve agua y él mismo pide el bautismo.

¿Y qué podemos decir ahora? ¿Qué tan importante es la fe?

Hay tantas necesidades en el mundo que hombre de fe pueden hacer grandes cosas. Como iglesia del Señor uno de nuestro más caros distintivos debiese ser la fe. Sin embargo, parece que el signo de nuestro tiempo es la falta de fe. Como seguidores de Cristo, al menos dejemos la puerta abierta a la fe. Cuando el Señor le dice a Pedro que eche la red en el momento menos propicio para la pesca, Pedro le dijo (Lucas 5:5): “Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red”. En tu palabra, echaremos la red.

Una fe que nos lleve a reconocer su autoridad, una fe que nos lleve a doblegarnos a su autoridad, como leemos en 1 Pedro 5:6: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo”.

Y de esta forma ser instrumentos poderosos y útiles de él.

Termino con esta frase que le dijo a Tomás “Bienaventurados los que no vieron y creyeron”.

Hermanos, creamos. Si la incredulidad nos asedia, hagamos nuestra esa súplica de los apóstoles (Lucas 17:5): “Señor, auméntanos la fe”.

Y el Señor, que les respondió con una metáfora: “Si tuvieres fe como un grano de mostaza…” les respondió… a su tiempo. En los hechos leemos esa respuesta, abundante y generosa.


NOTA
Diccionario biblico: Candace



(gr. Kandák, tal vez "princesa de los sirvientes").



Título de la reina de Nubia o Etiopía* (Hch. 8:27), cuya capital estaba en MeroN, a unos 208 km al norte de Khartum y entre la 5a y la 6a cataratas delNilo.  Estrabón, Dion Casio y Plinio dan los títulos de varias reinas meroíticas como Ka(n)take o Ka(n)dakit.  Descubrimientos recientes en el

cementerio real de Nubia (en MeroN y Barkal) indican que la reina mencionada en los Hechos era Amanitere (cuyo título aparece en un cartucho como Kntky, "Candace") y que reinó desde el 25 d.C. hasta el 41 d.C.  Un eunuco de su corte (ya fuera judío de nacimiento o prosélito), que había ido a Jerusalén para asistir a una de las fiestas judías, se convirtió al cristianismo mediante la obra evangelizadora de Felipe (vs 26-39).














domingo, 2 de agosto de 2015

¿ESTA USTED CONTENTO CON SU VIDA?

Si le preguntáramos esto a la gente en la calle, la mayoría respondería que sí. Pero si les señalamos algunos aspectos negativos de su estilo de la vida de inmediato buscarían justificarse.

Sin embargo, en ciertos momentos reconocería que su forma de vivir no es bueno, que le gustaría cambiar, que está harto de ciertas situaciones.

Es por ello que cada inicia un año, muchas personas hacen listas de propósito: este año si hago ejercicio, este año me regreso a estudiar, hago la tesis, busco otro trabajo, dejo de comer comida chatarra, dejo los refrescos o el cigarro o el alcohol.

Pero estos lindos propósitos nunca llegan a realizarse, salvo en raras ocasiones. Digamos que es una bonita forma de engañarnos a nosotros mismos.

Pero algo que si no dicen estos propósitos es que hay cosas en nuestra vida que no nos gustan y nos gustaría cambiar, incluso, irnos a vivir a otro lado, cambiar de trabajo, cambiar de cara o de cuerpo o de vida, etc.

¿Por qué sentimos esto?

Porque en el fondo sabemos que nuestras vidas no están bien, y que debe haber una vida mejor en alguna parte que nos permita ser más felices.

Muchos piensan que si ganaran mucho dinero, serían felices. Y cuando ya lo tienen, se dan cuenta que no. Otros piensan que si encontraran al hombre o a la  mujer ideal, serían felices. Pero ese ideal nunca llega o si llega, pronto advertirán que no es como creía que era. Quizá por ello en los setentas se hizo tan popular una canción de los Rolling Stone: I Can´t get satisfaction (No puedo lograr la satisfacción).

Y son esas circunstancias de insatisfacción, las que llevan a muchas personas a prestar oídos a ciertas doctrinas o religiones que prometen la ansiada felicidad, a través de ejercicios místicos, el fengshui, la meditación, el yoga, o la práctica de religiones orientales y emotivas…

Y esto ha sucedido siempre. El ser humano antiguo y moderno se parecen: tienen hambre de algo que les permita encontrarle sentido a la vida.

En la Biblia hay muchos personajes que viviendo en ese estado de insatisfacción, logran cambiar de vida, cambiar de rumbo. Veamos algunos casos.

MEFI-BOSET

Mefi-boset era un lisiado. Fue hijo de un príncipe. Y cuando su abuelo y su padre mueren en la guerra, su nana, temerosa de que maten a los herederos, huye con él y en huida se le cae y queda lisiado. Ustedes conocen a los lisiados cuya condición los lleva a veces a vivir en la indigencia. Al parecer esta era la vida de Mefiboset, una vida triste, deprimente y sin futuro. Pero cuando el Rey David sube al trono busca a los descendientes de su amado amigo Jonatán y descubren que hay uno: Mefi-boset. Y lo trae a palacio y le cambia la vida haciendo efectiva la promesa que le había dado a su padre.

SAQUEO
Saqueo era un hombre bajito, recaudador de impuestos (y por lo tanto odiado por la sociedad) que llevaba una vida incómoda, por su mala fama debido a su trabajo. No era un hombre feliz, tal vez ni amigos tenía, ni esposa. Un día oyó que Jesús venía a visitar a su aldea. Fue aprisa y cuando llegó al sitio se encontró que ya había mucha gente y no lo dejaban ver a Jesús. Entonces vio una solución: se trepó a un árbol y desde allí iba a poder verlo bien. Cuando Jesús llegó bajo las ramas en donde estaba Saqueo, levantó la vista y lo vio. Le dijo: baja de ahí que voy a tu casa. Y de pronto, no sólo lo vio sino que era su invitado. Qué privilegio que este hombre famoso, que hacia milagros y enseñaba la palabra de Dios estaba en su casa. Era como si un artista famoso de pronto nos viera en a calle y nos dijera que le gustaría visitarnos. ¡Qué honor! La presencia de Cristo en su casa iluminó su alma de ladrón y aprovechado y en ese momento declaró que iba a regresarle a todos lo que les había robado. Saqueo había sido cambiado y ahora tenía una nueva vida.

EL ETIOPE
El Etíope era un personaje importante, era un funcionario extranjero de alto nivel que se sentía insatisfecho con su vida. Y para hallar algo que cambiara su vida viajo a Jerusalén para prender de los sabios y de los teólogos la verdad que necesitaba saber. Pero no halló nada. Regresaba triste y desconsolado a su patria leyendo un rollo de un profeta, a Isaías. Era un hombre rico que se daba el lujo de poseer un libro propio. Entonces Felipe fue llevado por Dios con este etíope y le preguntó: ¿entiendes lo que lees? El etíope dijo que no si no había quien se lo explicara. Felipe le explica y este hombre encuentra esa verdad que andaba buscado. De modo que cuando vio un poco de agua, pidió ser bautizado. Ya había luz en su alma.

PABLO
Pero quizá el caso más dramático es el de Pablo. El era un estudioso y celoso judío que odiaba a los cristianos y perseguía y los tomaba presos. Este Pablo, que era llamado Saulo de Tarso, persiguiendo a unos cristianos rumbo a Damasco, una voz lo paró en seco, una voz que retumbaba y le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Y de inmediato Saulo reconoció que era Dios quien le hablaba y preguntó: ¿Quién eres Señor? Y la voz le contestó: Jesús, a quien tu persigues. Y en ese momento la vida de Saulo sufrió un vuelco. Ese perseguidor, años después, aparece como uno de los más grandes proclamadores de Cristo. Si no hubiera preguntado a esa voz ¿qué quieres que yo haga? Y lo hizo, nunca lo hubiéramos conocido. Hoy en todo el mundo lo conoce como San Pablo.

 Estos 4 ejemplos de vida no sólo nos enseñan el descontento, la frustración, el vacío que hay en la vida de los humanos, pero además nos muestran de que hay una respuesta efectiva a esa búsqueda y ansia de cambio.

Mefi-boset encuentra el favor de rey cuando es descubierto. Saqueo, al recibir la inesperada visita de Jesús, su sola presencia y sus palabras (que no aparecen escritas en la Biblia) iluminaron su vida y se vio constreñido a cambiar, a armonizar sus actos con los dictados de Dios. El Etíope, cuando le son reveladas y explicadas las escrituras, encuentra respuestas a sus dudas y su vida se ve transformada por esa verdad que Felipe le predica, y Pablo, ante el llamado de Jesús, su vida da un giro de 180 grados. Antes odiaba y perseguía, ahora ama a Dios y a los cristianos y el sufre ahora persecución y maltrato, pero también plenitud de vida, sentido, propósito, y un destino feliz en el cielo.

Y es que todos, nos acercamos a Cristo, de una u otra forma, cambiamos nuestra forma de vida cuando descubrimos las respuestas definitivas a nuestras necesidades. Cuando Jesús fue a Samaria encuentra a una mujer a quien le pide que le dé agua. Y él le promete darle “agua viva” para que no tenga sed jamás, es decir, satisfacer todas sus necesidades y eliminar todas sus angustias.

Y es que Cristo es una persona que nos ama, que nos busca, y que cuando decidimos seguirlo, CAMBIA PROFUNDA Y DEFINITIVAMENTE NUESTRA VIDA. Y él quiere cambiarnos para darle sentido a nuestras vidas y borra la  frustración. ¿Que nos pide? Realmente casi nada; que estemos dispuestos a seguirle y a hacer lo que nos pide que hagamos. Cuando lo hacemos experimentamos un cambio que nos llene el alma de plenitud.

El Etíope lo vivió a medida que Felipe iluminaba su corazón con sus explicaciones. Lo mismo le sucedió a Saqueo y a Pablo. ¿Quiere usted tener una nueva vida?

Mire lo que dice la Biblia:

2 Corintios 5:17
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

Venga, acepte a Cristo, cambie su vida. Regálese una vida nueva y una vida nueva a su familia y a sus hijos.

Que Dios les bendiga.


ESTUDIO SOBRE APOCALIPSIS 20: Los mil años

Jeremías Ramírez El tema principal de este capítulo 20 es ese periodo de tiempo denominado “Milenio” y que ha sido causa de enorme discusión...