lunes, 27 de mayo de 2019

ESTUDIO SOBRE HECHOS CAPÍTULO 13: INICIO DEL MINISTERIO DE SAN PABLO


Si algo podemos admirar en este arranque del cristianismo es ese ímpetu por proclamar el evangelio. Esos primeros hombres tenían tal entrega que dejaban todo y estaban dispuestos a enfrentar el rechazo, las agresiones, las expulsiones e incluso la muerte. Y cabría preguntar por qué tal ardor evangelístico, y por qué no sucede lo mismo hoy.   
            La respuesta es simple pero difícil de apropiarse de ella. Ellos habían conocido profundamente a Jesús (no sólo como ser humano sino como ser divino, aunque muchos de ellos no lo vieron físicamente, pero convivían con él profundamente) y habían recibido el Espíritu Santo en plenitud, y esta relación con Jesús los habían transformado de manera profunda y radical y veían los resultados en sus vidas de manera directa y poderosa. Y veían, además, el peligro y la miseria que acechaba a quienes no tenían a Jesús.
            Hoy, el mundo y sus encantos y sus falacias, nos han encandilado de modo que ya no vemos ni a Dios ni la miseria del mundo; más bien creemos que el mundo no es tan malo; que tiene muchas cosas buenas, agradables, satisfactorias, apetecibles y nada hay de pecaminoso disfrutar todo lo que nos ofrece (estamos como Eva cuando vio el fruto prohibido), y no vemos que alguien sin Cristo esté en problemas y tampoco si muere sin conocerlo. Ellos, los apóstoles y los primeros cristianos, sí veían ese peligro, esa fatalidad, esa miseria, esa horrenda expectación de muerte.
Para que en este siglo XXI haya una revolución creo que primero habrá redescubrir al Dios todo poderoso que hizo los cielos y la tierra, que mantiene el equilibrio del cosmos y de la naturaleza y que la vida sin él hay sólo queda una expectación de muerte terrible. Segundo, experimentar un cambio en nuestras vidas tan radical que deseáramos que nuestros seres queridos tengan esa nueva vida. Es decir, que vivir en Cristo es tan extraordinario.
            Si lo anterior no ha sucedido es que vivimos en un mundo que creemos es fantástico lleno de satisfactores, comodidad, sorprendentes descubrimientos científicos y una tecnología tremendamente impactante.
Stanislaw Lem, el escritor polaco de ciencia ficción, en su novela El congreso de futurología narra la historia de un hombre es herido de gravedad en una revuelta social en Sudamérica y es puesto en hibernación. Cientos de años despierta y encuentra que el mundo es maravilloso, fantástico, es el paraíso, hasta que alguien le dice que todo lo que ve es una alucinación. El gobierno dispersa en el aire un gas que hace ver un paraíso inexistente. Y si quiere saber la realidad, ellos tienen una vacuna. Se la pone y, en efecto, descubre que el mundo está en la miseria.
            Satanás ha soltado esa droga y nos impide ver la realidad trágica del hombre. Para ver esa realidad es necesario ser vacunado por Dios para darnos cuenta de la urgencia médica espiritual en que está todo el mundo.
            El llamado es entonces:
Por lo cual dice:
Despiértate, tú que duermes,
Y levántate de los muertos,
Y te alumbrará Cristo.
Efesios 5:14:

Ahora, vayamos y conozcamos a detalle como estos primeros hombres empezaron la titánica lucha por difundir el evangelio, lucha que, gracias a ella, nosotros, habitantes del siglo XXI, nos ha alcanzado la bendición de conocer su palabra y algunos de conocer a Cristo.

Bernabé y Saulo comienzan su primer viaje misionero
1 Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo.
2 Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.
3 Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.

Esta Antioquía es la de Siria, y este primer viaje tendrá una parada muy interesante en otra Antioquía, la de la región de Psidia, en la región de Galacia, hoy Turquía.
            Antioquía de Siria se había desarrollado una vigorosa iglesia que tenía de todo: profetas y maestros de diversa índole social y origen geográfico. Y mientras ministraban y ayunaban fueron advertidos por el Espíritu Santo para enviar a dos de ellos en el inicio de una misión de largo alcance: “Apartarme a Bernabé y a Saulo para la obra que los he llamado”.  Hoy, la voz de Dios no se escucha, y si queremos que se escuche habría que hacer lo que estos hombres estaban haciendo: “Ministrando y ayunando”, es decir, plenamente entregados a Dios. Esa es la condición para escuchar a Dios y para que Él nos hable. Quizá hoy nos habla, pero no escuchamos por el ruido del mundo que hemos alojado en nuestras almas.
            Y la iglesia obedeció de inmediato. No esperaron a recabar fondos, a buscar patrocinios, ni nada de eso. Sólo ayunaron y oraron y les impusieron las manos.

Inicia el viaje
4 Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre.
5 Y llegados a Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan de ayudante.

El primer paso fue descender a la ciudad portuaria Seleucia (En ese tiempo era conocida como Seleucia Pieria, y que era el puerto de Antioquía.) y de inmediato embarcase hacia la isla Chipre, que no está lejos, y desembarcar en otra ciudad portuaria: Salamina. Llegando ahí de inmediato se ponen a trabajar. Entran a las sinagogas y empiezan a enseñar el mensaje del evangelio, siguiendo lo que Pablo escribió en Romanos 1:16: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego”.
¿Cómo era mensaje? No lo dice el relato, pero cuando llegan a Antioquía de Psidia podemos leer los aspectos fundamentales de este mensaje. Al parecer, no permanecen mucho tiempo, sino que en breve se ponen en marcha hacia Pafos.

Primer enfrentamiento
6 Y habiendo atravesado toda la isla hasta Pafos, hallaron a cierto mago, falso profeta, judío, llamado Barjesús,
7 que estaba con el procónsul Sergio Paulo, varón prudente. Este, llamando a Bernabé y a Saulo, deseaba oír la palabra de Dios.
8 Pero les resistía Elimas, el mago (pues así se traduce su nombre), procurando apartar de la fe al procónsul.
9 Entonces Saulo, que también es Pablo[1], lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos,
10 dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?
11 Ahora, pues, he aquí la mano del Señor está contra ti, y serás ciego, y no verás el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él oscuridad y tinieblas; y andando alrededor, buscaba quien le condujese de la mano.
12 Entonces el procónsul, viendo lo que había sucedido, creyó, maravillado de la doctrina del Señor.

Ah, pero el camino de Dios siempre hay quien está dispuesto a escuchar y al mismo tiempo está lleno de obstáculos.  Lucas no nos dice cómo de Salamina cruzaron la isla hasta Pafos que está del otro lado de la isla. Y media entre Salamina y Pafos una distancia de unos 140 kilómetros, e invirtieron en ese viaje al menos una semana, pues como no indica que hayan navegado, es casi seguro que atravesaron la isla caminando.
            Cuando llegan a Pafos, aunque no lo dice el pasaje, debieron de empezar sus actividades en la sinagoga y seguramente allí tienen contacto con el mago judío Barjesus (hijo de Jesús, aunque más bien era hijo del diablo), y este tenía relaciones con el procónsul Sergio Paulo. El procónsul, al saber de Pablo y del impacto que seguramente estaba causando con sus enseñanzas, lo manda llamar. Se ve que es un hombre con hambre espiritual, pues, como varón “prudente” (“inteligente” (sunetöi) traduce la Biblia Textual), mandar llamar a Pablo y Bernabé para saber su mensaje sobre Dios.
            Este, que también era conocido como Elimás (palabra árabe que quiere decir “habilidoso”), boicotea la enseñanza de Pablo y éste, molesto, le anuncia que “he aquí la mano del Señor está contra ti, y serás ciego, y no verás el sol por algún tiempo”. El hecho sorprende al procónsul, y lo empuja a aceptar como verdadero lo que enseña Pablo. No sabemos si ello implicaba que aceptara a Jesús como Señor. Tal vez si se convirtió pero el relato no lo dice.
            No sabemos cuánto tiempo pasaron Pablo y Bernabé (y Juan Marcos) en Pafos y con el procónsul; es probable que no fuesen muchos días, pues se embarcan de nuevo.

Pablo y Bernabé en Antioquía de Pisidia
13 Habiendo zarpado de Pafos, Pablo y sus compañeros arribaron a Perge de Panfilia; pero Juan, apartándose de ellos, volvió a Jerusalén.
14 Ellos, pasando de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y entraron en la sinagoga un día de reposo y se sentaron.
15 Y después de la lectura de la ley y de los profetas, los principales de la sinagoga mandaron a decirles: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad.

Y también, al parecer no se detienen en la ciudad portuaria de Perge. Algunos arguyen que Pablo enfermó de Malaría y la costa empeoraba su salud y esto los obliga a dirigirse a una zona alta, es decir, a Antioquía de Psidia, que estaba hacia el norte a unos 190 kilómetros, y a a 440 metros de altura. Para llegar allí tuvieron que seguir una ruta a través de las montañas, ruta célebre por su bandidaje, y debieron emplear al menos 140 horas de viaje.
Antioquía de Psidia estaba ubicada en Frigia, cerca del límite con Pisidia, en el Asia Menor que se extendía al sur del actual sultán Dagh (montaña baja ubicada en el lado occidental de la meseta de Anatolia o Asia Menor). Fue fundada por Seleuco I Nicátor (301-280 antes de Cristo), quien la llamó así en honor a Antíoco, su padre, Después de la derrota de los seléucidas por los romanos (190 antes de Cristo), Antioquía se transformó en una ciudad libre, pero ciento cincuenta años más tarde fue entregada a Amintas, rey de Pisidia.
Cuando el reino gálata llegó a ser una provincia romana en el 25 antes de Cristo, Antioquía formó parte de ella. Algunos años más tarde la ciudad fue hecha colonia por Augusto y se le dio el nombre adicional de Cesarea. Estaba unida por caminos militares con otras ciudades-colonias de Pisidia con el fin de controlar esa área. Cerca de la ciudad había un gran templo de la diosa luna frigia, a quien se le atribuían poderes sanadores. Numerosas propiedades y esclavos pertenecieron a este templo. El año 713 d.C., Antioquía de Pisidia fue destruida por los árabes, y hoy sólo quedan sus ruinas.
            Y siguiendo la estrategia de ir primero a predicarle a los judíos, Pablo y Bernabé acuden el primer día de reposo a la sinagoga. Y al final de las lecturas, que seguían un programa específico, se invitaba a algún visitante famoso a compartir sus enseñanzas. Los dirigentes de la sinagoga se acercan a Pablo y lo invitan. Al parecer no saben aún quién es.

Discurso de Pablo en Antioquía de Psidia
16 Entonces Pablo, levantándose, hecha señal de silencio con la mano, dijo:
Varones israelitas, y los que teméis a Dios, oíd:

Esta invitación nos recuerda la invitación al Señor a leer las escrituras en una sinagoga. En aquel caso, leyó un fragmento del profeta Isaías.
            Este pasaje no nos revela por qué hay cierto alboroto, que hace que Pablo pida silencio. ¿Se veía enfermo?

17 El Dios de este pueblo de Israel escogió a nuestros padres, y enalteció al pueblo, siendo ellos extranjeros en tierra de Egipto, y con brazo levantado los sacó de ella.
18 Y por un tiempo como de cuarenta años los soportó en el desierto;
19 y habiendo destruido siete naciones en la tierra de Canaán, les dio en herencia su territorio.

Como en los discursos de Esteban y de Pedro con el centurión, se remonta al pasado para darle fundamente histórico, escritural y profético a su anuncio.
Las naciones mencionadas en el versículo 19 se detallan en Deuteronomio 7:1: “Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que tú…”

20 Después, como por cuatrocientos cincuenta años, les dio jueces hasta el profeta Samuel.
21 Luego pidieron rey, y Dios les dio a Saúl hijo de Cis, varón de la tribu de Benjamín, por cuarenta años.
22 Quitado éste, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.

Salmo 89: 19-29
Entonces hablaste en visión a tu santo,
Y dijiste: He puesto el socorro sobre uno que es poderoso;
He exaltado a un escogido de mi pueblo.
 Hallé a David mi siervo;
Lo ungí con mi santa unción.
 Mi mano estará siempre con él,
Mi brazo también lo fortalecerá.
No lo sorprenderá el enemigo,
Ni hijo de iniquidad lo quebrantará;
Sino que quebrantaré delante de él a sus enemigos,
Y heriré a los que le aborrecen.
Mi verdad y mi misericordia estarán con él,
Y en mi nombre será exaltado su poder.
 Asimismo, pondré su mano sobre el mar,
Y sobre los ríos su diestra.
El me clamará: Mi padre eres tú,
Mi Dios, y la roca de mi salvación.
Yo también le pondré por primogénito,
El más excelso de los reyes de la tierra.
Para siempre le conservaré mi misericordia,
Y mi pacto será firme con él.
Pondré su descendencia para siempre,
Y su trono como los días de los cielos.

Justo en este punto inicia la revelación de Jesús como salvador, como mesías, como hijo de Dios.

23 De la descendencia de éste, y conforme a la promesa, Dios levantó a Jesús por Salvador a Israel.
24 Antes de su venida, predicó Juan el bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel.
25 Mas cuando Juan terminaba su carrera, dijo: ¿Quién pensáis que soy? No soy yo él; mas he aquí viene tras mí uno de quien no soy digno de desatar el calzado de los pies.

Y entonces se lanza a fondo y de manera directa.

26 Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros teméis a Dios, a vosotros es enviada la palabra de esta salvación.
27 Porque los habitantes de Jerusalén y sus gobernantes, no conociendo a Jesús, ni las palabras de los profetas que se leen todos los días de reposo, las cumplieron al condenarle.
28 Y sin hallar en él causa digna de muerte, pidieron a Pilato que se le matase.
29 Y habiendo cumplido todas las cosas que de él estaban escritas, quitándolo del madero, lo pusieron en el sepulcro.
30 Mas Dios le levantó de los muertos.
31 Y él se apareció durante muchos días a los que habían subido juntamente con él de Galilea a Jerusalén, los cuales ahora son sus testigos ante el pueblo.

Y Pablo y Bernabé son los mensajeros de estas buenas nueva.

32 Y nosotros también os anunciamos el evangelio de aquella promesa hecha a nuestros padres,
33 la cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesús; como está escrito también en el salmo segundo: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy.
34 Y en cuanto a que le levantó de los muertos para nunca más volver a corrupción, lo dijo así: Os daré las misericordias fieles de David.
35 Por eso dice también en otro salmo: No permitirás que tu Santo vea corrupción.
36 Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción.
37 Mas aquel a quien Dios levantó, no vio corrupción.
38 Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados,

Y finalmente, el anuncio más importante: “que por medio de él se os anuncia perdón de pecados…”

39 y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.
40 Mirad, pues, que no venga sobre vosotros lo que está dicho en los profetas:
41 Mirad, oh menospreciadores, y asombraos, y desapareced;
Porque yo hago una obra en vuestros días,
Obra que no creeréis, si alguien os la contare.

Pablo, en este v. 41, cita a Habacuc 1-5: “Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis”.

Efecto del discurso de Pablo
42 Cuando salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el siguiente día de reposo les hablasen de estas cosas.
43 Y despedida la congregación, muchos de los judíos y de los prosélitos piadosos siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes hablándoles, les persuadían a que perseverasen en la gracia de Dios.

El impacto de esta revelación causó asombro y expectación entre los asistentes ese día a la sinagoga, prosélitos y algunos judíos, y quería seguir oyendo, y los invitan a que regresen el siguiente sábado, pero algunos siguieron preguntando a Pablo y por ello Pablo y Bernabé, fuera de lugar, siguen instruyendo a los a que “perseveren en la gracia de Dios”.
           
Una semana después
44 El siguiente día de reposo se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios.
45 Pero viendo los judíos la muchedumbre, se llenaron de celos, y rebatían lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando.
46 Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles.
47 Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo:
    Te he puesto para luz de los gentiles,
    A fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra.
48 Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.

Todo ello estaba profetizado. Veamos algunos pasajes:
Lucas 2:29-32: “Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra; Porque han visto mis ojos tu salvación, La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; Luz para revelación a los gentiles, Y gloria de tu pueblo Israel.

Isaías 49:6: “dice: Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra.

Jeremías 1:5: “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.”

Consecuencias de sus predicaciones
49 Y la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia.
50 Pero los judíos instigaron a mujeres piadosas y distinguidas, y a los principales de la ciudad, y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de sus límites.
51 Ellos entonces, sacudiendo contra ellos el polvo de sus pies, llegaron a Iconio.
52 Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo.

Sacudir el polvo de los pies era un símbolo de eliminar la responsabilidad, y esto fue lo que Jesús mismo le dijo que hicieran sus discípulos cuando fuesen rechazados.
Pero la frase final es elocuente: “Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo”, que es la manera en que Lucas cierra el relato con un sumario contundente.
Para revitalizar a la iglesia del siglo XXI estaa es la medicina: “Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo”. Mientras la iglesia languidece al compás del mundo, difícilmente logrará un poderoso despertar.

Dios los bendiga y los llene de su Espíritu.










[1] Dice un comentarista que en el judaísmo helenista, era relativamente frecuente portar un doble nombre: uno griego y otro hebreo. Saúl es hebreo, Saulo o Saulos, griego. Pero esto no explica el por qué además escribe Lucas que también se llamaba Pablo.
Cabe señalar que "Saulo" (en griego Saulos, forma helenizada del hebreo Sha'ul) aparece a veces como Soulos en la traducción de los LXX. Como es bien sabido, Saúl /Saulo es el nombre del primer rey de Israel, de la tribu de Benjamín, y Paulos es la helenización del nombre latino Paulus, que significa literalmente “pequeño”.
Otro dice que “El nombre Paulos es la forma griega del conocido cognomen romano Paulus, utilizado por la gens Emilia.  Solo se puede conjeturar respecto de la forma en que Pablo obtuvo este nombre romano. Y para ello es posible que tuviera relación con la ciudadanía romana que su familia poseía por habitar en Tarso. También es posible que algún antepasado de Pablo adoptara ese nombre por ser el de un romano que lo manumitió (los liberó de la esclavitud). Si bien Paulus significa en latín ‘pequeño’ o ‘exiguo’, no se relaciona con su contextura física o con su carácter.
Cabe señalar que la forma de nominar a las personas entre los romanos seguía esta fórmula: praenomen + nomen + cognomen (es decir, nombre + apellido + apodo).
—El praenomen corresponde a lo que hoy nosotros llamamos el nombre propio de cada persona.
—El nomen, nombre o “gentilicio”, es la designación según la “gens” o tribu a la que pertenecía cada uno. Al principio, en la antigua Roma, había grandes clanes o tribus de latinos dispersos en aldeas del Lacio, que se fueron congregando poco a poco tras la fundación de Roma, hasta formar el gran pueblo que fue más tarde. Cada ciudadano recibía como segunda parte de su nombre el “gentilicio”. Por ejemplo: Marco Tulio era de la tribu, o gens, Tulia.
—Y cognomen es la designación específica —a veces un apodo— con el que llamaba concretamente a una “familia” dentro de cada gens o tribu. A veces este cognomen era un apodo, bien para la familia entera o para un miembro ilustre de ella.
Dice FF Bruce que “Como ciudadano romano, Pablo tendría tres nombres: praenomen, nomen gentile y cognomen. Pablo (pequeño) era su cognomen. El praenomen y el nomen gentile del apóstol no se han preservado lamentablemente; el nomen gentile probablemente nos hubiera dado alguna indicación de las circunstancias en las cuales su familia adquirió́ la ciudadanía romana.


martes, 21 de mayo de 2019

CÓMO LIMPIAR EL FUTURO

"¿Con qué limpiará el joven su camino? pregunta el salmista y responde de inmediato: " Con guardar tu palabra". (Salmo 119:9). Y es tan conocido este pasaje que lo recitamos con enorme facilidad, sin embargo, qué quiere decir.

Y en el terreno de las interpretaciones nos encontramos con respuestas tan dispares. Hay quien cree que es la manera en quedar libre del pecado, sin embargo eso no dice el salmo.

Hagamos un breve análisis. Hay tres palabras en las que hay que poner atención: "limpiará", "camino" y "guardar". 

Con "limpiar el camino" nos está hablando de que en el transcurrir de la vida hay siempre problemas y obstáculos que nos estorban nuestro desarrollan. Y sin temor a equivocarme puedo afirmar que los obstáculo son generados por el pecado. Hay obstáculos que se generan por las rivalidades o por circunstancias fortuitas, como un accidente, sin embargo hasta en estas circunstancias juega un papel relevante el pecado, es decir, la mentira, el robo, la deslealtad (una variante de la mentira), la agresión, la falta de respeto, la indiferencias, el egoísmo, la envidia... 

Pensemos un poco cuantas de estos pocos pecados que he enlistado se han convertido en problema en la búsqueda de nuestras metas personales, profesionales, sociales, espirituales. Y será fácil descubrir muchos ejemplos.

Ahora bien, ¿cómo limpiar el camino, es decir, como quitar los obstáculos, las piedras, los baches, las piedras, los charcos del camino? El salmista dice: "con guardar tu palabra".

Si empezamos a ceñir nuestras acciones acorde a las demandas de la palabra de Dios, es decir, dejamos de mentir, de agredir, de envidiar, de ignorar, o bien, hablando en positivo, siendo solidario, amoroso, sensible, servicial, dispuesto a ayudar a quien lo necesite, todos esos obstáculos irán desapareciendo.

El apóstol Pablo le decía a Timoteo que fuese un soldado que no tuviera nada que avergonzarse. Es decir, sin nada reprochable que obstaculizara su labor como dirigente de la iglesia, como paradigma de conducta a otros, como vocero de la palabra, como persona confiable a quien consultar. Nadie se acercaría a alguien que hace fraude o miente o agrede.

¿Queremos progresar como si fuésemos en autopista? Guardemos todas la ordenanzas de Dios, todos los mandamientos, todas las ordenanzas, y el panorama se allanará maravillosamente.

Sé que cumplir todas las demandas de la palabra es algo prácticamente es imposible, pero si damos el primer paso, Dios dará los siguientes, es decir, Él nos dará la inteligencia, la sabiduría y las fuerzas necesarias para lograrlo.

Guardemos su palabra y limpiemos con ello nuestro futuro. Seamos soldados de Cristo que no tengamos nada de qué avergonzarnos.

Dios les bendiga y los guarde.


ESTUDIO SOBRE APOCALIPSIS 20: Los mil años

Jeremías Ramírez El tema principal de este capítulo 20 es ese periodo de tiempo denominado “Milenio” y que ha sido causa de enorme discusión...