INTRODUCCIÓN
Este capítulo abarca 1) la transfiguración, 2) la curación
de un muchacho endemoniado, 3) anuncia por segunda vez su muerte, 4) resuelve
una controversia entre los discípulos de quien será el mayor y enseña que ante
él sólo hay dos posturas: a su favor o en contra, no hay puntos intermedios. 5)
qué hacer con aquello que nos perturba, que nos aleja de Dios, que nos puede
hacer caer. Es una dura lección sorprendente, pero que nos enseña el costo al
que debemos estar dispuesto para seguir a Cristo en verdad. Y 6) dos enseñanzas
importantes con la sal: el pacto de sal y la importancia de la sal en la vida
de los creyentes.
Los que no gustarán
de la muerte, hasta ver el reino de dios
En este capítulo viene un versículo que se puede agrupar en
el tema del capítulo 8, donde les anuncia su muerte, después de que Pedro le
declara como el Mesías.
1. También les dijo: De cierto os digo que hay
algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el
reino de Dios venido con poder.
Es un versículo sorprendente y difícil de entender, pero
podemos interpretar que se refiera a la llegada del Espíritu Santo, quien se
presenta con mucho poder en el Pentecostés y manifestaciones maravillosas. Y en
efecto, la mayoría fueron testigos de esta inminencia del Reino de Dios,
excepto Judas.
La transfiguración
(Mt. 17.1-13; Lc. 9.28-36)
En seguida nos narra un hecho extraordinario: su
transfiguración y la presencia física de Moisés y Elías. Moisés representa la
Ley y Elías a los profetas, dice William MacDonald. Esto nos recuerda una
enseñanza del Señor en Mateo 22:36-40: “Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento
de la Ley?” Y Él le contestó: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y
con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y primer mandamiento.
Y el segundo es semejante a éste: Amaras a tu prójimo como a ti mismo. De estos
dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas.” Los dos grandes pilares
de nuestra fe están reunidos en la persona misma de Cristo. La vida cristiana
consiste en AMAR A DIOS y AMAR ALA PRÓJIMO. La fe cristiana no opera sólo con
un pilar, ambos configuran su esencia.
2. Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y
a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de
ellos.
Los discípulos privilegiados son Pedro, Jacobo y Juan (ambos
como sabemos eran hermanos, hijos de Zebedeo). Estos discípulos serán testigos
de hechos muy importantes en el ministerio del Señor y jugaron papeles
relevantes en la propagación del ministerio. Si bien, Jacobo fue muerto por
Herodes a espada (Hechos 12: 2). Este privilegio les permitió ser grandes
testigos: “Lo que vimos y oímos se lo anunciamos también a ustedes para que
compartan nuestra vida, como nosotros la compartimos con el Padre y con su Hijo
Jesucristo”. 1 Juan 1:3)
3. Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy
blancos, como la nieve, tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer
tan blancos.
4. Y les apareció Elías con Moisés, que hablaban con
Jesús.
La blancura extraordinaria de los vestidos del Señor son
símbolo de la pureza que existe en el plano celestial. Es el tipo de vestido
que deben portar los invitados a las bodas del cordero y solamente Cristo es
quien puede revestirnos de esa forma, de modo “que ningún blanqueador puede
lograrlo”. (Juan
15:3: “Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado”
y Efesios 5:26:
“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se
entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el
lavamiento del agua por la palabra…”)
5 Entonces Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es
para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, otra
para Moisés, y otra para Elías.
6 Porque no sabía lo que hablaba, pues estaban
espantados.
7 Entonces vino una nube que les hizo sombra, y
desde la nube una voz que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd.
8 Y luego, cuando miraron, no vieron más a nadie
consigo, sino a Jesús solo.
Esa nube indica la
presencia de Dios, es como la nube que acompañó al pueblo de Israel por el
desierto. Y de esa voz se oye la voz, la misma voz que habló en el bautismo de
Jesús, la voz del mismo Dios que confirma quién es Jesús: “Este es mi hijo
amado”… Y ordena categóricamente: “A Él Oíd”.
9 Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a
nadie dijesen lo que habían visto, sino cuando el Hijo del Hombre hubiese
resucitado de los muertos.
10 Y guardaron (se les quedó dando vuelta en la
cabeza) la palabra entre sí, discutiendo qué sería aquello de resucitar de los
muertos.
Esta es la segunda vez que en Marcos el Señor les anuncia su
muerte. La primera vez es justo después de esa grandiosa declaración de Pedro
reconociendo quién era Jesús. Dice en Marcos
8:31: “Y comenzó a enseñarles que le
era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los
ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y
resucitar después de tres días”.
11 Y le preguntaron, diciendo: ¿Por qué dicen los
escribas que es necesario que Elías venga primero?
12 Respondiendo él, les dijo: Elías a la verdad
vendrá primero, y restaurará todas las cosas; ¿y cómo está escrito del Hijo del
Hombre, que padezca mucho y sea tenido en nada?
13 Pero os digo que Elías ya vino, y le hicieron
todo lo que quisieron, como está escrito de él.
¿A qué se referían los discípulos? Como todos los judíos
sabían, antes de viniera el Señor en su gran día, lo antecedería Elías, según
la profecía de Malaquías
4:1-4:
“Porque viene el día, ardiente
como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen el mal serán como
paja; y el día que va a venir les prenderá fuego,” dice el Señor de los
ejércitos “que no les dejará ni raíz ni rama. Pero para ustedes que temen
(reverencian) Mi nombre, se levantará el sol de justicia con la salud en sus
alas; y saldrán y saltarán como terneros del establo. Y ustedes pisotearán a
los impíos, pues ellos serán ceniza bajo las plantas de sus pies el día en que
Yo actúe,” dice el Señor de los ejércitos.
“Acuérdense de la ley de Mi siervo
Moisés, de los estatutos y las ordenanzas que Yo le di en Horeb para todo
Israel. Yo les envío al profeta Elías antes que venga el día del Señor, día
grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y
el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que Yo venga y hiera la tierra
con maldición (destrucción total).”
¿Qué no tenían claro? Los tiempos y algunos hechos. Sí, iba
a venir primero Elías con esa misión para hacer volver, es decir, arrepentirse,
como lo expresó el profeta Isaías.
Isaías 40:3-5
3 Voz que clama en el desierto:
Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.
4 Todo valle sea alzado, y bájese
todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane.
5 Y se manifestará la gloria de
Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado.
¿Quién lo reconoció? Nadie. Él era quien manifestará la
Gloria del Señor, es decir, a Cristo, y lo hizo en el momento del bautismo. Y
todos los que estaban ahí, pecadores, simples mortales, lo vieron y oyeron la
voz de Dios. “La boca de Jehová ha hablado”.
Y tampoco habían entendido la profecía de Isaías,
en el capítulo 53:5-12,
donde afirma que iba a sufrir y morir (ir al matadero) por nuestros pecados.
Jesús sana a un
muchacho endemoniado
Y tan pronto descienden del anticipo de la GLORIA. Los
discípulos estaban espantados, pero al mismo tiempo encantados: “bueno es para
nosotros que estemos aquí”, bajan a la realidad humana. Esa realidad donde debe
actuar el cristiano. Hubo en la Edad Media esa tendencia de “apartarse del
mundo” para dedicarse a Dios y muchos monjes construyeron los llamados “Santos
Desiertos” donde vivían supuestamente en adoración y contemplación continua. El
Señor nos enseña que la “santidad”, es decir, el vivir “apartados para Dios”,
se hace en el corazón, pero las manos deben estar haciendo el trabajo que nos
corresponde, pues el Señor nos apartó para sí.
Tito 2:14
…quien se dio a sí mismo por
nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo de su
propiedad, celoso de buenas obras.
(Mt. 17.14-21; Lc. 9.37-43)
14 Cuando llegó a donde estaban
los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que
disputaban con ellos.
15 Y en seguida toda la gente,
viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron.
16 El les preguntó: ¿Qué disputáis
con ellos?
17 Y respondiendo uno de la
multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo,
18 el cual, dondequiera que le
toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y
dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron.
19 Y respondiendo él, les dijo:
!!Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta
cuándo os he de soportar? Traédmelo.
A los discípulos el Señor les había dado poder (Marcos 6:7: “Después llamó a los doce,
y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus
inmundos”), y estaban allí, discutiendo con los escribas, IMPOTENTES.
20 Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a
Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba,
echando espumarajos.
21 Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que
le sucede esto? Y él dijo: Desde niño.
22 Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua,
para matarle; pero si puedes hacer algo,
ten misericordia de nosotros, y ayúdanos.
23 Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo
le es posible.
24 E inmediatamente el padre del muchacho clamó
(dice el NT intertextual: “Habiendo
gritado”) y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.
25 Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba,
reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando,
sal de él, y no entres más en él.
26 Entonces el espíritu, clamando (gritando y mucho) y sacudiéndole con
violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está
muerto.
27 Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó; y
se levantó.
28 Cuando él entró en casa, sus discípulos le
preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera?
29 Y les dijo: Este género con nada puede salir,
sino con oración
y ayuno.
Oración y ayuno, no significan que ambas prácticas sean como
ensalmos, como fórmulas mágicas, sino que para hacer las buenas obras de Dios y
con su poder, se necesita tener una gran cercanía con él. ¿Y de qué manera
entablamos una relación estrecha con Dios? Oración, oración y ayuno, es decir,
apartarnos de satisfacer nuestros deseos carnales para tener una intimidad con
Dios. El apóstol Pablo recomendaba:
1
Tesalonicenses 5:16-18
16 Estad siempre gozosos.
17 Orad sin cesar.
18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad
de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
Jesús anuncia otra
vez su muerte
(Mt. 17.22-23; Lc. 9.43-45)
Esta es la tercera vez. Ya vimos que a la segunda fue
anunciada solamente a Pedro, Jacobo y Juan. Aquí es a todos los discípulos.
30 Habiendo salido de allí, caminaron por Galilea; y
no quería que nadie lo supiese.
31 Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del
Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de
muerto, resucitará al tercer día.
32 Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían
miedo de preguntarle.
La muerte y resurrección como que nos les quedaba claro a
los judíos pese a que hay varias citas, por ejemplo en Salmos.
Salmo 16:9-10:
«Se alegró, por tanto, mi corazón, y se gozó mi
alma; mi carne también reposará confiadamente; porque no dejarás mi alma en el
Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción.»
¿Quién es el mayor?
(Mt. 18.1-5; Lc. 9.46-48)
Y una prueba que no entendían es que seguían pensando en
términos terrenales, tal y como se organizaban los reyes y los reinados humanos.
33 Y llegó a Capernaum; y cuando
estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino?
34 Mas ellos callaron; porque en
el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor.
Entonces el Señor le enseña que significa ser grande en el
Reino de Dios:
35 Entonces él se sentó y llamó a los doce, y
les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el
servidor de todos.
36 Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y
tomándole en sus brazos, les dijo:
37 El que reciba en mi nombre a un niño como este,
me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que
me envió.
Señor usa un símbolo muy claro: un niño. Los derechos
infantiles son un invento moderno. En la sociedad romana “…los niños eran
posesiones de sus padres y no tenían ningún derecho. En muchos casos se les
veía como futura mano de obra para la familia. Y como tal eran junto con las
mujeres, los esclavos y los extranjeros, seres humanos de segunda categoría.
Incluso el padre (dentro de la ley de Patria Potestas) podía matar al hijo sin
que nadie le levantara cargos.
Entonces toma a este ser vulnerable y les dice: “Quien
recibe a un niño en mi nombre”, es decir, no como un ser cualquiera sino como
un enviado por Dios para hacerle el bien. Esto significa que amar a Dios es: “Y
amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Los sirvientes en el mundo son los que
tienen la menor escala social. No es así en el Reino de Dios. Justo los mayores
son y serán los que ene l nombre del Señor le hacen un servicio amoroso a sus
prójimos, a todos, sin distingos.
El que no es contra
nosotros, por nosotros es
(Lc. 9.49-50)
¿Quién detenta la verdad absoluta de Dios?
38 Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto
a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo
prohibimos, porque no nos seguía.
39 Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque
ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí.
40 Porque el que no es contra nosotros, por nosotros
es.
41 Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi
nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.
Ningún ser humano. Sólo Dios. Pablo escribe en Corintios:
“En parte sabemos…” Es decir, nuestro saber es muy limitado. Cuando anduve en
OM varias veces estuve en iglesias pentecostales y en una de ellas, en
Aguascalientes, el Señor me dio enormes lecciones. Cuando estemos con el Señor
todo eso limitado terminará y conoceremos en plenitud y él nos enseñará cuántas
de nuestras ideas han sido equivocadas.
Ocasiones de caer
(Mt. 18.6-9; Lc. 17.1-2)
42 Cualquiera que haga tropezar a uno de estos
pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino
al cuello, y se le arrojase en el mar.
43 Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala;
mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al
fuego que no puede ser apagado,
44 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego
nunca se apaga.
No hay consecuencia más terrible del pecado qu quien induce
a pecar, particularmente a los inocentes, a los niños, a quienes desconocen
ciertas regiones de maldad. Y maestros del pecado hay muchos, desde padres de
familia (usted es hombrecito, no se deje, haga…), maestros, amigos, compañeros
de trabajo, escritores, conductores de radio o televisión, etc.). Que el Señor
nos guarde de abrirle los ojos al pecado a un niño.
45 Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo;
mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno,
al fuego que no puede ser apagado,
46 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego
nunca se apaga.
47 Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo;
mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser
echado al infierno,
48 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego
nunca se apaga.
¿Qué nos puede hacer caer? Esta fuerte ilustración del Señor
a tres áreas importantes de la vida. Comenta William MacDonald: “La mano puede sugerir nuestras acciones; el pie,
nuestro andar; el ojo, las cosas que deseamos.
La sal en la vida
cristiana
El uso más primitivo de la sal es la conservación de los
alimentos, por lo cual en la antigüedad se trataba de un producto muy
apreciado. Incluso se le llegó a llamar “oro blanco”.
De “sal” viene la palabra
salario, (del latín salarium). A los
soldados de la antigua Roma se les retribuía su trabajo con una porción de sal.
La importancia simbólica de la
sal es por se dice que la sal tiene por lo menos catorce mil usos benéficos
diferentes. En cantidades adecuadas la sal ayuda a regular el ritmo cardiaco,
previene espasmos musculares, evita la osteoporosis, regula el sueño y mantiene
el equilibrio de azúcar en la sangre. De hecho, el cuerpo humano no puede vivir
sin sal. Sin embargo, el exceso en la ingesta de sal produce males como la
hipertensión.
La presencia de sal en un
alimento puede generar un sabor agradable o desagradable según la porción que
contiene: menos sal o más sal de la necesaria hace que un alimento sea desagradable
al paladar.
49 Porque todos serán salados con fuego, y todo
sacrificio será salado con sal.
¿Salados con fuego? ¿Sacrificio salado? Nunca había puesto
atención a este versículo. Ni tampoco las indicaciones en el Pentateuco.
Levítico
2:13
13 Y sazonarás con sal toda ofrenda que presentes, y
no harás que falte jamás de tu ofrenda la sal del pacto de tu Dios; en toda
ofrenda tuya ofrecerás sal.
Números
18:19
Todas las ofrendas elevadas de las cosas santas, que
los hijos de Israel ofrecieren a Jehová, las he dado para ti, y para tus hijos
y para tus hijas contigo, por estatuto perpetuo; pacto de sal perpetuo es delante de Jehová para
ti y para tu descendencia contigo.
¿Qué es el pacto de sal? Los comentaristas no refieren que,
en el Oriente, el tomar la sal era una garantía, una promesa de fidelidad. De
modo que el pacto de sal simboliza el compromiso de Dios de cumplir su
palabra y sus promesas. En el Antiguo
Testamento hay una indicación del uso de la sal en los sacrificios:
50 Buena es la sal; mas si la sal se hace insípida,
¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros mismos; y tened paz los unos con
los otros.
El Señor subraya su pacto con sal, esta sal debe haber en
nuestra vida. La sal significa una vida de santidad de tal fuerza que sazone el
medio ambiente en el que nos movemos.
Mateo 5
13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal
se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser
echada fuera y hollada por los hombres.
14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad
asentada sobre un monte no se puede esconder.
15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un
almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.
16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean
vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Parafraseando
al Señor podemos decir que sólo podemos hacer SUS BUENAS OBRAS si en nosotros
hay sal, es decir, su espíritu. “Ya no vivo yo, sino vive Cristo en mi”. “No
tenemos oro ni plata pero lo que tenemos te damos; en el nombre de…”
Tito 2:14
…quien se dio a sí mismo por
nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo de su
propiedad, celoso de buenas obras.
Juan 15:
1-2
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo
pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo
limpiará, para que lleve más fruto.
¿Cómo
es la sal desvanecida?
1 Corintios 13
1. Si yo
hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal
que resuena, o címbalo que retiñe.
2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los
misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase
los montes, y no tengo amor, nada soy.
3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer
a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de
nada me sirve.