miércoles, 25 de julio de 2018

JUAN EL BAUTISTA Y LA GENEALOGÍA DE JESÚS

ESTUDIO DEL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS
CAPÍTULO 3

Este capítulo 3 narra el ministerio de Juan el Bautista y la genealogía del Jesús por la línea genealógica de María.
El relato del ministerio de Juan el bautista lo podemos dividir en varias secciones para su mejor análisis y estudio:

            -Ubicación histórica política
            -Cumplimiento profético
            -Desempeño ministerial
            -Aclaración ministerial
            -Encarcelamiento y
            -El bautismo de Jesús

PREDICACIÓN DE JUAN EL BAUTISTA
(Mt. 3.1-12; Mr. 1.1-8; Jn. 1.19-28)
Lucas (su nombre viene de Luce, luz, iluminado, luminoso), como buen historiador, a pesar de que era médico, es la ubicación histórica de los hechos importantes que aborda en su relato. Este capítulo empieza ubicando los sucesos en el tiempo haciendo referencia a los gobiernos de ese momento en estricto orden jerárquico, tanto civiles como religiosos.

PRIMERA PARTE: UBICACIÓN HISTÓRICA POLÍTICA
1  En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César (14 ac-37 dc), siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia (Abilene),
2 y siendo sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.

Y lo hace en orden jerárquico:
–Emperador –
–Gobernador – (y tetrarcas de las provincias cercanas)
– Sumo Sacerdotes (2) (el legal y el virtual, es decir, había un poder detrás del trono).

Y como podemos ver, no ahonda en este tema. Es simplemente un referente para ubicar en el tiempo y en el espacio el relato, para dejar claro la historicidad de un hecho real, no ficticio, no inventado, de la historia del Señor. Llama la atención que menciona a dos sumos sacerdotes, cuando debiese estar sólo uno. La explicación es simple:

Anás (también Ananus​ o Ananías)​ era hijo de Set, y fue designado sumo sacerdote entre los años 6 y 15 d. C. por el procurador romano Quirino, hasta que el procurador romano Valerio Grato (el que después dejaría su cargo a manos de Poncio Pilato) le quitó su puesto para más tarde concedérselo a Caifás (año 18), su yerno, y quien fue destituido posteriormente por  el procurador Vitelio en el año 36.

Anás, a pesar de que el procurador Valerio Grato lo destituyó, siguió manteniendo el poder de manera real, aunque oficialmente era su yerno, Caifás, el Sumo sacerdote, tal y como lo vemos en el juicio del Jesús que primero es llevado con Anás y luego con Caifás. Y fue quien incitó a la gente que pidieran a Barrabás. Parece que Caifás era sólo un monigote.

SEGUNDA PARTE: CUMPLIMIENTO PROFÉTICO

Vino a Juan la palabra y entonces salió a clamar, a gritar dicen algunas versiones, un mensaje importante, un mensaje de sensibilización y un acto simbólico público, en cumplimiento de una profecía.

3 Y él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados,
4 como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice:
    Voz del que clama en el desierto:
    Preparad el camino del Señor;
    Enderezad sus sendas.
5 Todo valle se rellenará,
   Y se bajará todo monte y collado;
   Los caminos torcidos serán enderezados,
   Y los caminos ásperos allanados;
6 Y verá toda carne la salvación de Dios.

Lucas, a diferencia de Mateo y Juan, escribe la profecía de manera más extensa. Veamos lo que dice la profecía de Isaías.

Isaías 40:3:5
3 Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.
4 Todo valle sea alzado (rellenado) (levantando a los humildes), y bájese todo monte y collado (rebajado: gentes como los fariseos y escribas, serían humillados); y lo torcido se enderece (los que eran falto de honradez, como los recaudadores de impuestos, verían su carácter corregido), y lo áspero se allane (los soldados y otros de temperamento áspero y violento, serían domados, afinados).
5 Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne (judíos y gentiles) juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado.

Según nos dice Mateo (3): “Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre”. Y nos dice desde qué lugares venían a oír su mensaje y a bautizarse: “Y salía a él (gente de) Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados”.

DESMPEÑO MINISTERIAL (SERVICIO)

7 Y decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: !Oh generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?
8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.
Juan se daba cuenta que en muchos no había sinceridad en el acto de bautizarse. Acostumbrados a los rituales, buscaban alcanzar el favor de Dios cumpliendo un acto externo y no interno y que no se justificaran diciendo “Tenemos Abraham como padre”. Y eso exactamente le dicen a Jesús tiempo después (Juan 8-37-38) Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre. Respondieron y dijéronle: Nuestro padre es Abraham. Por ello Juan lanza duras advertencias:

9 Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego (juicio).

No importa el árbol ni su vigor, ni su majestuosidad, sino el fruto. Y no cualquier fruto, sino BUEN FRUTO, de esmerada calidad.
Es interesante que, al mencionar este BUEN FRUTO, Juan no hace hincapié en actos religiosos o ritualistas, e incluso en la vestimenta, la asistencia al templo, ni de peregrinaciones, ni cumplimiento de fiestas o de días especiales como el sábado, sino en la conducta diaria. Es allí, en la vida cotidiana, donde se deben ver los frutos.

10 Y la gente le preguntaba, diciendo: Entonces, ¿qué haremos?

MISERICORDIA (Benignidad, bondad)

11 Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo.

Estas enseñanzas, aun cuando hemos decidido seguir a Cristo, nos siguen sacudiendo. ¿Llevamos una vida cristiana como los judíos de aquel tiempo, ritualista, o de compromiso con el prójimo? Aún sigue vigente este relamo de Dios:

Oseas 6:6-7
6 Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos.
7 Mas ellos, cual Adán, traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra mí.

LOS PUBLICANOS
Hoy podríamos decir, los funcionarios públicos, no importa la jerarquía. Y todos en nuestro trabajo de alguna forma somos funcionarios públicos, es decir, le servimos a alguien, a un usuario, a un ciudadano, a un cliente… ¿Qué debemos hacer?

12 Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos?
13 Él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado.

SOLDADOS
Los encargados de vigilar, castigar y corregir.

14 También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario.

Como podemos ver, la extorsión (las mordidas), las calumnias (acusaciones falsas), y la ambición son prácticas viejas y arraigadas en el ser humano.
De esta manera, sensibilizando a la gente a ver no al prójimo, no a lo externo, sino a verse a sí mismos y tomar conciencia de su situación pecadora, era el trabajo de preparación para la llegada del rey. De esta manera, podían aprovechar, oír, ser alcanzados. En otras palabras, son las que dice el apóstol Santiago: “Muéstrame tu fe con tus hechos”.
En Gálatas 5:22-23, vemos que los frutos del espíritu: “gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza son conductuales y pueden verse fácilmente.
Juan estaba, como un agricultor, preparando el terreno, quitando malas hierbas, pedruscos, rellenado irregularidades del terreno en el cual debía caer la buena semilla. Ninguno que no se sensibilice de su situación como pecador será buena tierra para que la semilla del Señor crezca y se multiplique. Un evangelio que no sacude al ser humano y lo desnuda como pecador, no puede llevar salvación. El carcelero de Filipo es un buen ejemplo. Él se da cuenta de su condición y le dice a Pablo la pregunta más importante, más angustiosa, más necesitada: ¿Qué debo hacer para ser salvo? Se había dado cuenta de su condición perdida. Esa es la condición sine qua non para ser salvo. Más a todos los que le recibieron. Y estos que lo recibieron fueron quienes, haciendo caso a la proclama de Juan, fueron receptivos al mensaje de Jesús. Y fueron, seguramente, quienes formaron parte de las primeras iglesias que nacieron como hierba con agua abundante, como hongos, decían mi madre. En tiempo de lluvias, brotaban abundantemente en esos campos de Cuajimalpa las cabezas blancas de los hongos. Y mi madre nos mandaba a recoger una enorme cantidad de ellos.
            Así en el tiempo de la cosecha apostólica, en al que se agregaban muchos, como en esa primera cosecha que nos narra Hechos

Hechos 2
41 Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.
42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

ACLARACIÓN MINISTERIAL
15 Como el pueblo estaba en expectativa, preguntándose todos en sus corazones si acaso Juan sería el Cristo,
16 respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
17 Su aventador está en su mano, y limpiará su era, y recogerá el trigo en su granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.
18 Con estas y otras muchas exhortaciones anunciaba las buenas nuevas al pueblo.

Estos cuatro versículos dan cuenta del impacto del mensaje de Juan. “El pueblo estaba a la expectativa”, diciéndose “No será este el Cristo”. Categóricamente contesta: No. Su bautismo era de arrepentimiento, es decir, de preparación. Vendría pronto el de salvación, el del espíritu santo, donde el Señor pondrá las cosas en claro, y todos los simuladores de la fe serán como esa paja quemada en el fuego. En el Señor no hay impunidad; hay perdón, pero no impunidad.

ENCARCELAMIENTO DE JUAN
19 Entonces Herodes el tetrarca, siendo reprendido por Juan a causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano, y de todas las maldades que Herodes había hecho,
20 sobre todas ellas, añadió además esta: encerró a Juan en la cárcel.

Aquí Lucas se nos adelanta un poco y da un salto en el tiempo para decirnos que su proclama sacudió desde abajo, hasta las más altas esferas. El eco de su resonar sacudió al mismísimo tetrarca y a su ilegítima esposa. Juan no se detuvo ante nadie y ante nada. Al mismo jerarca le hizo notar su pecaminosa situación.  Y el resultado no se dejó esperar, un resultado que tuvo un fin funesto y terrible.

EL BAUTISMO DE JESÚS
(Mt. 3.13-17; Mr. 1.9-11)
21 Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús (hijo) fue bautizado; y orando, el cielo se abrió,
22 y descendió el Espíritu Santo (Espíritu Santo) sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo (El padre) que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.

Dios habla directamente. Esta es la primera. La segunda es en el monte de la transfiguración (Luc: 9:35) y cuando los griegos acudieron a Felipe (Jn 12:20.28). Aunque Jesús no necesitaba ser bautizado porque no tenía de qué arrepentirse, ni de hacer actos que mostraran ese arrepentimiento, lo hace como un signo de humildad y de aceptación a su plena humanidad que se deja ser bautizado, y a partir de entonces inicia su ministerio.
Y enseguida, para confirmar esa plena humanidad y esa plena legitimidad genealógica, Lucas escribe esa genealogía que daba fe de su origen, en cumplimiento con las escrituras, en la línea de antecedentes genealógicos de María.

Genealogía de Jesús (Mt. 1.1-17)
23 Jesús mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años, hijo, según se creía, de José, hijo de Elí,
24 hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Melqui, hijo de Jana, hijo de José,
25 hijo de Matatías, hijo de Amós, hijo de Nahum, hijo de Esli, hijo de Nagai,
26 hijo de Maat, hijo de Matatías, hijo de Semei, hijo de José, hijo de Judá,
27 hijo de Joana, hijo de Resa, hijo de Zorobabel, hijo de Salatiel, hijo de Neri,
28 hijo de Melqui, hijo de Adi, hijo de Cosam, hijo de Elmodam, hijo de Er,
29 hijo de Josué, hijo de Eliezer, hijo de Jorim, hijo de Matat,
30 hijo de Leví, hijo de Simeón, hijo de Judá, hijo de José, hijo de Jonán, hijo de Eliaquim,
31 hijo de Melea, hijo de Mainán, hijo de Matata, hijo de Natán,
32 hijo de David, hijo de Isaí, hijo de Obed, hijo de Booz, hijo de Salmón, hijo de Naasón,
33 hijo de Aminadab, hijo de Aram, hijo de Esrom, hijo de Fares, hijo de Judá,
34 hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abraham, hijo de Taré, hijo de Nacor,
35 hijo de Serug, hijo de Ragau, hijo de Peleg, hijo de Heber, hijo de Sala,
36 hijo de Cainán, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé, hijo de Lamec,
37 hijo de Matusalén, hijo de Enoc, hijo de Jared, hijo de Mahalaleel, hijo de Cainán,
38 hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios.

Hay una diferencia de esta genealogía de la que aparece en Mateo en función de José. Y allí encontramos a Jeaconías (Mateo 3: 11: Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo de la deportación a Babilonia), sobre el cual pesaba una profecía:

PROFESÍA SOBRE JOAQUÍN O JECONÍAS O CONIAS
Jeremías 22:24-30

24 donde dice: Vivo yo, dice Jehová, que si Conías hijo de Joacim rey de Judá fuera anillo en mi mano derecha, aun de allí te arrancaría.
25  Te entregaré en mano de los que buscan tu vida,  y en mano de aquellos cuya vista temes;  sí,  en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia,  y en mano de los caldeos.
26  Te haré llevar cautivo a ti y a tu madre que te dio a luz,  a tierra ajena en que no nacisteis;  y allá moriréis.
27  Y a la tierra a la cual ellos con toda el alma anhelan volver,  allá no volverán.
28   ¿Es este hombre Conías una vasija despreciada y quebrada?   ¿Es un trasto que nadie estima?  ¿Por qué fueron arrojados él y su generación, y echados a tierra que no habían conocido?
29  ¡Tierra,  tierra,  tierra!  oye palabra de Jehová.
30 Así ha dicho Jehová:  Escribid lo que sucederá a este hombre privado de descendencia,  hombre a quien nada próspero sucederá en todos los días de su vida;  porque ninguno de su descendencia logrará sentarse sobre el trono de David,  ni reinar sobre Judá.

Como consecuencia de su pecado, Joaquín o Jeconías o Conías Dios lo castigó por medio de que ninguno de sus descendientes se podría sentar sobre el trono de David para reinar sobre Judá. Esta maldición recaía sobre José el esposo de María la virgen, quien era descendiente de David a través de Joaquín, o Jeconías, o Conías, según el texto que leímos en Mateo 1:11.
La gran pregunta es: ¿Cómo podría Jesús ser el Mesías, o el Cristo, o el Rey de Judá, si uno de sus antepasados fue Joaquín, o Jeconías o Conías, sobre quien pesaba la maldición que ninguno de sus descendientes podría sentarse en el trono de David para reinar sobre Judá?
La respuesta es que José, el esposo de María, no fue el padre biológico del Señor Jesús, quien fue concebido por el Espíritu Santo en el vientre de la virgen. El derecho de sangre que el Señor Jesús tiene sobre el trono de David vino a través de María, la virgen, por medio de Natán, el hermano de Salomón, mas no por medio de Salomón, de quien desciende Joaquín, o Conías o Jeconías, de tal manera que esta maldición no tiene efecto sobre el Señor Jesús.
De modo que, Dios jamás levantó la maldición sobre Joaquín o Conías o Jeconías. Ciertamente que este hombre tuvo algunos privilegios en el exilio, cuando ya era anciano, pero eso no significa que hubiera prosperado ni que Dios le hubiera quitado la maldición que pesaba sobre él. 2 Reyes 24:27-30 dice: “Aconteció a los treinta y siete años del cautiverio de Joaquín rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veintisiete días del mes, que Evil-merodac rey de Babilonia, en el primer año de su reinado, libertó a Joaquín rey de Judá, sacándolo de la cárcel…”




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