viernes, 18 de febrero de 2022

ESTUDIO SOBRE APOCALIPSIS 8



Jeremías Ramírez

Hemos llegado al momento culminante, al fin de los vaticinios de Dios sobre el juIcio que caerá sobre la humanidad con la apertura del séptimo sello… “Y cuando abrió el séptimo sello…” todo el universo se queda en suspenso.

El séptimo sello
1 Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. 

En los seis sellos anteriores habíamos visto, a través de los ojos de Juan, lo que sucede tras la ruptura de cada uno ellos. 
  • Con el PRIMER SELLO aparece un caballo blanco y el el jinete trae un arco que simboliza el poder de la conquista bélica. 
  • Con el SEGUNDO SELLO aparece un caballo bermejo y su jinete tiene el poder “…de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros.
  • Con el TERCER SELLO aparece un caballo negro, y su jinete “el que lo montaba tenía una balanza en la mano…” que simboliza el comercio injusto que acarrea el hambre pues en seguida se anuncia la alza de los precios de lo alimentos básicos, no así el aceite y el vino.
  • Con el CUARTO SELLO aparece un caballo pálido, “…y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra.
  • Con el QUINTO SELLO: aparecen los mártires de la gran tribulación que gimen pidiendo ¿Hasta cuándo, Señor, juzgas vengas nuestra sangre?
  • Con el SEXTO: hay una destrucción cósmica, pues hubo. “…un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar”.

Y cuando finalmente se abre el SÉPTIMO SELLO, de pronto, se hace un gran silencio  sobrecogedor que llena de pavor y de expectación. Es como la calma antes de una gran tormenta, pues intuimos que al final de ese silencio viene la muerte. Por ello, este silencio de media hora es el más terrible que podrá experimentar la humanidad, pues anuncia el momento culminante del castigo que no se compara con los sellos anteriores. 

2 Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas. 

Cuando el silencio termina, Juan observa que a los siete ángeles que están ante Dios reciben SIETE TROMPETAS, trompetas que anunciarán los más terribles castigos a medida que van tocando pues se van intensificando. Justo L. González dice que “las trompetas son señal de la presencia e intervención de Dios. 
    En el Antiguo Testamento la presencia de Dios se anunciaba con el sonido de trompetas o con el sonido de bocina muy fuerte, como en Éxodo 19:16-19: “Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento. Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte. Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera. El sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz tronante”. 
    O en los ritos solemnes que se anunciaban con trompetas (Levítico 23:24): “Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes séptimo, al primero del mes tendréis día de reposo, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación.”, o en la alabanza de Israel ante los hechos gloriosos, como en Salmos 47:5: “Subió Dios con el sonido de trompeta. Y la trompeta también proclama la acción divina como en Isaías 18:3: “Vosotros, todos los moradores del mundo y habitantes de la tierra, cuando se levante bandera en los montes, mirad; y cuando se toque trompeta, escuchad”. Y muy particularmente en el Día del Señor, como nos dice en Joel 2:1: “Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano”.  
    Todo esto nos indica que el propósito de las trompetas que están a punto de sonar, así como la destrucción que anuncian, son advertencias para llamar al pueblo al arrepentimiento y a la obediencia, afirma Justo L. González.  

3 Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. 
4 Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. 
5 Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto.

Antes de que los SIETE ángeles hagan sonar sus instrumentos, aparece súbitamente otro ángel, con un incensario de oro, para recibir MUCHO incienso en ese recipiente para AÑADIRLO a las oraciones de los santos. El olor fragante que el humo del incienso produce “sube o llega a la presencia de Dios. 
    Luego, el ángel toma el incensario, LO LLENA DE FUEGO DEL ALTAR, fuego divino, y lo arroja a la tierra, provocando TRUENOS, VOCES, RELAMPAGOS Y UN TERREMOTO.
    Aquí vemos que las oraciones de las santos no son palabras vacías que se perdieron en el tiempo sino que se conservan y son también parte activa del anuncio del juicio porque las acciones buenas son en si mismas factores de juicio. La razón es simple: la maldad del mundo es más evidente al contrastarlo con la bondad de Dios y de sus hijos. Para Dios son muy importantes las oraciones que con corazón sincero elevamos a Dios pues Él las atesora como incienso de olor grato, el cual, en este caso, dice Justo L. González, “…regresan en parte como expresión de la ira de Dios”. 
    Entonces estos TRUENOS, VOCES, RELAMPAGOS Y UN TERREMOTO son el anuncio audible en el mundo para indicar que el juicio va a comenzar. Y entonces…

Las trompetas
6 Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas.

Tan pronto el anuncio del juicio ha terminado, los siete ángeles levantan sus instrumentos, los colocan en sus labios y se disponen a anunciar los juicios y+uno tras otro.

7 El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde.

Hay que advertir que cuando se abre el CUARTO SELLO, al jinete del caballo pálido se le dio el poder sobre la CUARTA PARTE de la tierra. Pero, ahora, “la mayoría de los males que surgen cuando suena cada una de las primeras cuatro trompetas alcanzan la tercera parte. Ha aumentado el grado de destrucción. Es decir, la advertencia se va haciendo cada vez más severa y las destrucciones son cada vez más amplias. Sin embargo, la destrucción no es total porque esto no es más que el preludio del fin.
Cuando suena la primer trompeta cae GRANIZO Y FUEGO, MEZCLADOS CON SANGRE y se quema la tercera parte de los árboles y TODA la hierba verde. 
La SÉPTIMA PLAGA de Egipto (Ex. 9:23-26) fue precisamente granizo y fuego, el cual “hirió toda la tierra de Egipto, todo lo que estaba en el campo, así hombre como bestias y hasta los árboles y la hierba”. Aquí la tercera parte pero de TODO EL MUNDO.

8 El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. 
9 Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida.

Aquí la devastación llega a la tercera parte de los animales marinos y de los navíos humanos.

10 El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas. 
11 Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas.

    La segunda y tercer trompeta tienen similitud con la primera plaga de Egipto (Éxodo 7:19): “Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Toma tu vara, y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos y sobre sus estanques, y sobre todos sus depósitos de aguas, para que se conviertan en sangre, y haya sangre por toda la región de Egipto, así en los vasos de madera como en los de piedra”.
Pero hay una diferencia entre esa plaga que sólo afectó a las aguas de Egipto. En cambio, la de Apocalipsis, “la plaga se extiende por toda la tierra”. En Egipto, se oponen a Dios el faraón y sus seguidores. Aquí, la “…inmensa mayoría de la humanidad”.
La estrella que cae al sonido de la tercera trompeta tiene por nombre: “Ajenjo” y hace que la tercera parte de las aguas se amarguen TODAS LAS FUENTES DULCES de las aguas del mundo.    
Cabe señalar que el ajenjo es una hierba muy amarga con propiedades medicinales, pero también es, en cierto grado, venenosa, pues es capaz de marchitar las plantas que crecen a su lado, aunque los israelitas temían más al aJenjo por su sabor. 
    En Deuteronomio 29:18 leemos: “No sea que haya entre vosotros varón o mujer, o familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jehová nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de esas naciones; no sea que haya en medio de vosotros raíz que produzca hiel y ajenjo…”. 
    Con el ajenjo, Dios amenazó a los falsos profetas que (Jeremías 9:14): “…se fueron tras la imaginación de su corazón, y en pos de los baales, según les enseñaron sus padres”. Y entonces Dios les dice (Jeremías 23:15): “Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos contra aquellos profetas: He aquí que yo les hago comer ajenjos, y les haré beber agua de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió la hipocresía sobre toda la tierra”. 
    El ajenjo, dice William Barclay, representa siempre la amargura del juicio de Dios. Pero es quizá el grado nocividad del ajenjo por el que muchos hombres mueran por estas aguas.

12 El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y asimismo de la noche.

Veamos lo que ha sucedido en cada toque de una de las trompetas hasta la cuarta trompeta:
  1. Con la primer trompeta es afectada la tierra
  2. Con la segunda y el tercera, se extiende la afectación al mar y a todas las fuentes de las aguas
  3. Con la cuarta trompeta, es afectado el firmamento, el cielo, los astros: el sol, la luna y las estrellas en su tercera parte para que la luz que estos astros emitan se reduzca una tercera parte. Es decir, hay un anuncio de las inminente tinieblas que envolverán a la humanidad de esos días. Es decir, la luz del día tendrá una luminosidad reducida, y la noche será más oscura de lo que ya es.
En resumen: nada permanece inalterado y seguro: ni la tierra ni el mar, ni siquiera el sol y las estrellas, afirma Justo L. González. Este nuevo desastre es paralelo a la novena plaga de Egipto: (Éxodo 10:21-23): “Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tanto que cualquiera las palpe. Y extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto, por tres días. Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días; mas todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones”.
Al terminar la cuarta trompeta parecería que las calamidades se han extendido a toda la creación: la tierra, el mar y el firmamento, pero todavía falta más, porque en el versículo 13 hay un anuncio de mayores calamidades.

13 Y miré, y oí a un ángel volar por en medio del cielo, diciendo a gran voz: ¡Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres ángeles!

En la versión Reina Valera nos dice que un ángel vuela solitario en medio del cielo y grita: ay, ay, ay, anunciando los tres toques de trompeta que aún faltan y que traerán calamidades aún más terribles, doliéndose de antemano por aquellas personas que morarán en la tierra en ese tiempo. Estas personas están a punto de experimentar las más terribles catástrofes aún desconocidas para los hombres que las han vivido a lo largo de la historia enfrentando las mayores calamidades, pues estás serán mucho más terribles.
Algunos dicen que el Coronavirus es parte de estos castigos, pero por la pandemia han muerto 5.6 millones de personas, de un total de 7.8 billones, es decir, que la cantidad de fallecidos es apenas del 0.00007 por ciento, muy lejos de alcanzar el 1%, mientras que en el Apocalipsis la afectación de el entorno natural será del 33%, por lo que podemos pensar que quienes mueran por estas plagas deberá ser un porcentaje similar. 
En todo caso, el coronavirus es una pequeña advertencia de lo que puede suceder cuando llegue la Gran tribulación. Nosotros aún estamos en el tiempo de la gracia, por ello es muy importante ponernos a cuenta con Dios, como leemos en Joel 2:10-12: “Delante de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor. Y Jehová dará su orden delante de su ejército; porque muy grande es su campamento; fuerte es el que ejecuta su orden; porque grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá soportarlo? Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento”.
    Hoy estamos en el tiempo de la gracia, por lo que de suma importancia no desechar esta oportunidad, como dice en Hebreos 2:1-4: “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad”.


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