Estudio sobre Marcos 15 y 16
Los capítulos 15 y 16 de Marcos
narrar al final del ministerio de Jesús y su sacrificio en la cruz. Inicia con
la comparecencia ante Pilato. A diferencia de los otros evangelios, en Marcos
transcurre el juicio, condenación y muerte de una forma muy rápida, poniendo la
atención sólo en pocos detalles, pero logra una gran impresión cuando se lee
despacio cada frase. Hay en ellas un eco profundo. Y nos revelan dos cosas
fundamentales en cada detalle: el
cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento, lo cual confirma que Jesús es el Mesías. Y revela el
profundo amor de Dios por la humanidad
al sufrir el Señor de la manera hasta llegar a la muerte.
Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna”.
Romanos 8:32: “El que no eximió ni a su propio Hijo sino que lo entregó por todos
nosotros…”
1 Corintios 15:3: “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme
a las Escrituras…”
Si bien, los momentos finales inician con el arresto del
Señor, luego con el interrogatorio en la casa de Anás y posteriormente el
juicio ante el concilio en la casa de Caifás, durante la noche, al amanecer,
después de un brevísimo consejo (muy de mañana), llevan a Jesús al pretorio,
que seguramente estaba en la Torre Antonia, una construcción militar junto al
templo.
Jesús ante
Pilato
(Mt. 27.1-2,11-14; Lc. 23.1-5; Jn. 18.28-38)
1 Muy de
mañana, habiendo tenido consejo los
principales sacerdotes con los ancianos, con los escribas y con todo el
concilio, llevaron a Jesús atado, y
le entregaron a Pilato.
2 Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondiendo él, le dijo: Tú lo dices.
3 Y los principales sacerdotes le acusaban mucho.
4 Otra vez le preguntó Pilato, diciendo: ¿Nada
respondes? Mira de cuántas cosas te acusan.
5 Mas Jesús ni aun con eso respondió; de modo que
Pilato se maravillaba.
De los hechos narrados en Marcos,
advertimos que los otros tres evangelios completan esta narración, dando
abundantes detalles, como el evangelio de Juan, que es el más extenso sobre el
juicio, crucifixión, resurrección que Mateo, Marcos y Lucas.
Por ejemplo,
no describe ese largo proceso que va desde su primera presentación ante Pilato,
de donde saldrá para ver a Herodes (nada dice de Herodes), y luego regresará de
nuevo con Pilato, la larga discusión de los judíos tratando de convencer y
obligar a que Pilato dicte la sentencia de muerte por crucifixión.
Y quizá por
ello no es claramente visible en Marcos el esfuerzo de Pilato por evitar la
muerte de Jesús, Su esposa le manda un mensaje (Mateo 27:19): “No tengas nada
que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él“.
Es evidente,
al leer estos hechos en los cuatro evangelios, que desde inicio del proceso hay
en Pilato un intento de liberarse de Jesús. Pilato estaba “entre la espada y la
pared”. Había cometido anteriormente varios errores que pudieron derivar en
problemas graves (como la construcción de un acueducto para llevar agua a
Jerusalén a expensas de la tesorería —corban— del templo de Jerusalén), y eso
le podría costar muy caro en sus ambiciones políticas.
Jesús
sentenciado a muerte
(Mt. 27.15-31; Lc. 23.13-25; Jn. 18.38--19.16)
6 Ahora bien, en el día de la fiesta les soltaba un
preso, cualquiera que pidiesen.
7 Y había uno que se llamaba Barrabás, preso con sus compañeros de motín que habían cometido homicidio
en una revuelta.
8 Y viniendo la multitud, comenzó a pedir que
hiciese como siempre les había hecho.
9 Y Pilato les respondió diciendo: ¿Queréis que os
suelte al Rey de los judíos?
10 Porque conocía que por envidia le habían entregado los principales sacerdotes.
11
Mas los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que les soltase más
bien a Barrabás.
12
Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué, pues, queréis que haga del que
llamáis Rey de los judíos?
13
Y ellos volvieron a dar voces: !!Crucifícale!
14
Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más:
!!Crucifícale!
15
Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a
Jesús, después de azotarle, para que fuese crucificado.
¿Quién era Barrabás y por qué pidieron que fuese liberado? Según
Marcos y Lucas, estaba encarcelado por haber participado en un motín en el que
se había cometido un homicidio (Mc 15:7; Lc 23:19); Juan indica que era un
bandolero (Jn 18:40); y Mateo, se refiere a él sencillamente como “un preso famoso”
(Mt 27:16). Barrabás había cometido sedición, es decir, había comandado un alzamiento público y colectivo contra la
autoridad, el orden público o la disciplina militar, sin llegar a la gravedad
de la rebelión ni la traición. El término se usa para referirse a conductas
que puedan ser estimadas por la autoridad legal como motivo de insurrección en
contra del orden establecido, lo cual era sumamente penalizado.
Es sorprendente como los
sacerdotes y los principales eligen lo
malo por lo bueno. Por eso escribe Juan 3:19: “Y esta es la condenación:
que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz,
porque sus obras eran malas”.
Barrabás es la representación de su elección
1)
Eligieron la guerra en vez de la paz
2)
La ilegalidad en vez de la legalidad
3)
El odio en lugar del amor
Una vez que
fue hecha la elección, Pilato ya no le queda otra que dictar sentencia. Nos dice
Marcos que “entregó a Jesús, luego que fuese azotado” para que lo crucificaran.
Dicen
los historiadores, que la sentencia la dictaba el juez (en este caso Pilato),
diciendo: “Ilum
ducci ad crucem placet”, es decir, “La sentencia es que este hombre
sea conducido a la cruz”. Y enseguida ordenaba a los solados y les ordenaba: “I, miles, expedí cruces”,
es decir, “Ve soldado y prepara la cruz”. Y enseguida ordenó que lo
azotaran. Mientras preparaban la cruz,
viene ese lapso de escarnio a manos de la cohorte romana al servicio de Pilato.
16 Entonces los soldados le llevaron dentro del
atrio, esto es, al pretorio, y convocaron a toda la compañía.
17 Y le vistieron de púrpura, y poniéndole una
corona tejida de espinas,
18 comenzaron luego a saludarle: !!Salve, Rey de los
judíos!
19 Y le golpeaban en la cabeza con una caña, y le
escupían, y puestos de rodillas le hacían reverencias.
20 Después de haberle escarnecido, le desnudaron la
púrpura, y le pusieron sus propios vestidos, y le sacaron para crucificarle.
Y hasta que terminan de burlarse de él, es que lo sacan del
pretorio para crucificarle. La cruz ya debió estar lista a las puertas del
pretorio. El señor iba muy debilitado por la larga desvelada y por los azotes. Y
por ello buscan quien pueda cargar la cruz, pues el reo, quien debía llevar el
madero, no está en condiciones.
Crucifixión y
muerte de Jesús
(Mt. 27.32-56; Lc. 23.26-49; Jn. 19.17-30)
21 Y obligaron a uno que pasaba, Simón de Cirene,
padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, a que le llevase la cruz.
Este hombre provenía de Cirene (una
antigua ciudad griega en la actual Libia, la más importante de las cinco
colonias griegas de la región). Marcos nos dice que era padre de Alejandro y
Rufo, personajes seguramente muy conocidos por los destinatarios del evangelio.
Se dice que estaba destinado a los romanos.
Cabe preguntar
¿Este Rufo es el menciona Pablo en Romanos 16:13? Y en Hechos 13:1 encontramos
una lista en la que se menciona a un Simón: “Hechos 13:1 Había entonces en la
iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de
Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo”. Si
Niger indica negro, y los africanos ese es su tono de piel, es posible que sea
el mismo. No lo sabemos.
Lo interesante
sería saber qué impacto tuvo en la vida de Simón de Cirene este contacto con
Jesús en estas situaciones tan terribles. Si
él era el padre de dos personas muy conocidas en la Iglesia, es muy probable
que este contacto haya cambiado su vida.
Crucifixión
22 Y le llevaron a un lugar llamado Gólgota, que
traducido es: Lugar de la Calavera.
23 Y le dieron a beber vino mezclado con mirra; mas
él no lo tomó.
24 Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre
sí sus vestidos, echando suertes sobre ellos para ver qué se llevaría cada uno.(
Salmo 22:18 “Repartieron entre sí mis
vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes”).
25 Era la hora tercera cuando le crucificaron.
26 Y el título escrito de su causa era: EL REY DE
LOS JUDÍOS.
27 Crucificaron también con él a dos ladrones, uno a
su derecha, y el otro a su izquierda. Isaías 53:12 “Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los
fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue
contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por
los transgresores”.
28 Y se cumplió la Escritura que dice: Y fue contado
con los inicuos.
29 Y los que pasaban le injuriaban, meneando la
cabeza y diciendo: !!Bah! tú que derribas el templo de Dios, y en tres días lo
reedificas,
30 sálvate a ti mismo, y desciende de la cruz.
31 De esta manera también los principales
sacerdotes, escarneciendo, se decían
unos a otros, con los escribas: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar.
32 El Cristo, Rey de Israel, descienda ahora de la
cruz, para que veamos y creamos. También los que estaban crucificados con él le
injuriaban.
(Salmo 22:6-8 “Mas yo soy
gusano, y no hombre; Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo. 7. Todos
los que me ven me escarnecen; Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo: 8.
Se encomendó al Señor; líbrele él; Sálvele, puesto que en él se complacía.”)
Este pasaje que nos muestra hasta
dónde llega el amor de Dios (De tal manera amo Dios) por los pecadores que
estuvo dispuesto a padecer en uno de los más crueles métodos de ejecución en la
historia de la humanidad.
Los hombres
han hecho siempre instrumentos terribles, espantosos, vergonzosos pues los
castigados los colgaban desnudos y moría lentamente. Tardaban, dicen, hasta una
semana en morir.
Hace años
visité una exposición en la ciudad de México de instrumentos de tortura usados
por la Santa Inquisición en la Edad Media. Sale uno horrorizado de tanta
crueldad. Pero la crucifixión se destaca
por el grado sumo de crueldad. Era el castigo máximo para los peores
delincuentes. Si consideramos que hasta el mismo Pilato se daba cuenta que era
una injusticia la acusación, el hecho de que muriera en la cruz era mayormente
atroz. (Y ellos volvieron a dar voces: !!Crucifícale!).
La tierra se
conmovió
33 Cuando vino la hora sexta, hubo tinieblas sobre
toda la tierra hasta la hora novena.
TRES HORAS DE OSCURIDAD
34 Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eloi,
Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me
has desamparado?
35 Y algunos de los que estaban allí decían, al
oírlo: Mirad, llama a Elías.
36 Y corrió uno, y empapando una esponja en vinagre,
y poniéndola en una caña, le dio a beber, diciendo: Dejad, veamos si viene
Elías a bajarle.
El señor estuvo desde la hora
tercera hasta la novena, es decir, de las 9 de la mañana hasta las 3 de la
tarde. Y era cerca de la hora novena cuando clamando a gran voz dijo: “Elí,
Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
Los presentes no entendieron ni siquiera lo que dijo, y confundieron su
exclamación: “llama a Elías”. Y aquí intentan de nuevo (v.23) darle un brebaje.
Primero fue vino con hiel (oivov,
vino dulce), que él rechazo, y aquí vinagre (oxos, vino suave ácido). Algunos estudiosos dicen que le dieron una
suerte de vino barato mezclado con agua llamado “posca”. Otros hablan de un
vino agrio con agua, al que le ponían un narcótico como la mirra o la hiel.
Bien a bien, no sabemos si simplemente fue vino agrio, el cual, como dice el
Evangelio de Juan, pidió que le dieran algo para calmar su sed antes de
entregar el espíritu, cumpliéndose así lo que dice el Salmo 69:21: “Me pusieron
además hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre”.
37 Mas Jesús, dando una gran voz, expiró.
38 Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de
arriba abajo.
39 Y el centurión que estaba frente a él, viendo que
después de clamar había expirado así, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo
de Dios.
Lucas sí nos informa qué dijo el Señor en esta segunda
exclamación (Lucas 23:46): “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y
habiendo dicho esto, murió”.
Entonces se
rasga el velo en dos que indica que la puerta de acceso a Dios ha sido abierta.
“Más a todos los que lo aceptan a los que creen en su nombre, —por
este sacrificio santo—, Dios les da potestad de ser hechos hijos de Dios”. Y es un
centurión quien percibe la magnitud de este hecho: “Verdaderamente este hombre
era hijo de Dios”.
Las mujeres
40 También había algunas mujeres mirando de lejos,
entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y
de José, y Salomé,
41 quienes, cuando él estaba en Galilea, le seguían
y le servían; y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.
Este es el momento más importante
en la historia del mundo, pues en este momento Cristo rompió las gruesas
cadenas de la esclavitud y abrió una gran puerta a la libertad humana.
Y conoceréis
la verdad y la verdad os hará libres.
Al final de su vida, de los 16
seguidores cercanos, ya sólo quedaban 3 mujeres, de las 4 más cercanas. Pedro
después de la negación estaba ausente y Juan se había ido por órdenes del Señor
a llevar a María fuera del círculo del terror. Pero no estaban solas, dice el
versículo 40 que “había algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales”.
Jesús es
sepultado
(Mt. 27.57-61; Lc. 23.50-56; Jn. 19.38-42)
42 Cuando llegó la noche, porque era la preparación,
es decir, la víspera del día de reposo,[a]
43 José de Arimatea, miembro noble del concilio, que
también esperaba el reino de Dios, vino y entró osadamente a Pilato, y pidió el
cuerpo de Jesús.
44 Pilato se sorprendió de que ya hubiese muerto; y
haciendo venir al centurión, le preguntó si ya estaba muerto.
45 E informado por el centurión, dio el cuerpo a
José,
46 el cual compró una sábana, y quitándolo, lo
envolvió en la sábana, y lo puso en un sepulcro que estaba cavado en una peña,
e hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro.
47 Y María Magdalena y María madre de José miraban
dónde lo ponían.
Como Jesús muere como a las 3 de
la tarde, sólo quedaban 3 horas para que iniciara el día de reposo y era
urgente proceder velozmente si querían sepultar al Señor. Si no, había que
esperar hasta el domingo. Además, ¿Quién se iba a atrever a pedir el cuerpo a
Pilato? Todos sus discípulos están dispersos, tristes, atemorizados. ¿Las
mujeres? ¿Juan?
Y en este momento aparecen dos personajes
importantes para que se cumpliese la palabra referente a su entierro (Isaías
53:9 “Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su
muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.”). El primero, y
que sólo menciona Marcos, es José de Arimatea.
¿Quién
es José de Arimatea? ¿Qué dicen las escrituras de él? Es sorprendente que todos
los evangelios lo mencionan y aportan datos que permiten construir un perfil
interesante.
Juan 19:38. José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secretamente por miedo de
los judíos…
Lucas 23: 50-51: “José, de Arimatea, ciudad de Judea, el cual era miembro del concilio, varón bueno y justo. Este, que
también esperaba el reino de Dios, y no había consentido en el acuerdo ni en
los hechos de ellos,
Marcos 15:34; “José de Arimatea, miembro noble del concilio, que también esperaba
el reino de Dios, vino y entró osadamente a Pilato…”
Mateo 27: 57: “Cuando llegó la noche, vino un hombre rico de Arimatea, llamado
José, que también había sido discípulo de Jesús”.
En
suma, era un hombre de Judea, rico, bueno y justo, miembro del concilio, quien
no había estado de acuerdo con el juicio, pero no dijo nada porque era
discípulo secreto de Jesús, pero esperaba el reino de Dios.
El otro personaje es Nicodemo, ese
fariseo, principal entre los judíos, que llegó de noche para tener uno de los
diálogos más interesantes con Jesús. Después de esta entrevista con Jesús,
Nicodemo, convencido, defiende a Jesús ante los principales sacerdotes y
fariseos.
Juan 7
50 Les dijo Nicodemo, el que vino a él de noche, el
cual era uno de ellos:
51 ¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero
no le oye, y sabe lo que ha hecho?
52 Respondieron y le dijeron: ¿Eres tú también
galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta.
Y finalmente, interviene en la sepultura de Jesús:
Juan 19
39 También Nicodemo, el que antes había visitado a
Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien
libras.
40 Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús, y lo
envolvieron en lienzos con especias aromáticas, según es costumbre sepultar
entre los judíos.
MARCOS 16
Después de un larguísimo día de reposo (los evangelios
guardan silencio de este día, nada nos cuentan de qué sucede con los
discípulos, dónde están, cómo están), viene el domingo, y cuando apenas rompe
el alba, parece que todo empieza de nuevo a animarse.
La
resurrección
(Mt. 28.1-10; Lc. 24.1-12; Jn. 20.1-10)
16 Cuando
pasó el día de reposo,[a] María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé,
compraron especias aromáticas para ir a ungirle.
2 Y muy de mañana, el primer día de la semana,
vinieron al sepulcro, ya salido el sol.
3 Pero decían entre sí: ¿Quién nos removerá la
piedra de la entrada del sepulcro?
4 Pero cuando miraron, vieron removida la piedra,
que era muy grande.
5 Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un
joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se
espantaron.
6 Mas él les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús
nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar
en donde le pusieron.
7 Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él
va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo.
8 Y ellas se fueron huyendo del sepulcro, porque les
había tomado temblor y espanto; ni decían nada a nadie, porque tenían miedo.
Aquí se cumple esta profecía:
Salmo 16:10 “Porque no dejarás mi alma en el Seol,
Ni permitirás que tu santo vea corrupción”.
Aquí vemos a tres mujeres, que
tal vez la noche previa, supongo después de las 6 de la tarde, o bien antes de
que saliera el sol (Cuando pasó el día de reposo), compraron especias
aromáticas y muy de mañana van al sepulcro para ungirle. Iban con una preocupación:
¿Quién nos moverá la piedra?
Mientras
ellas iban a informarles a los discípulos, nos dice Mateo (27:11-15), que los
guardias del sepulcro fueron con los principales sacerdotes a informarles lo
sucedido, y ellos les dieron dinero para que no hablaran, y que si hablaban dijeran
una mentira: “Sus discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros
dormidos”. Y así lo hicieron.
Y me imagino
la sorpresa cuando de pronto estas tres mujeres descubren que la piedra estaba
removida. Se acercan apresuradamente y sólo ven a un joven. ¿Cómo lo verían que
se asustaron? Y en este momento se enteran de que el Señor ha resucitado, pero
al parecer no lo entienden o no lo creen o siguen espantadas. Pero finalmente,
nos dice Mateo 28:8 que: “Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y
gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos”.
AQUÍ TERMINA EL EVANGELIO, PUES NO APARECE EN LOS
MANUSCRITOS ANTIGUOS DEL VERSICULO 9 AL 20.
Aun así, es interesante este texto notablemente agregado.
Jesús se
aparece a María Magdalena
(Jn. 20.11-18)
9 Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana, el
primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena, de quien
había echado siete demonios.
10 Yendo ella, lo hizo saber a los que habían estado
con él, que estaban tristes y llorando.
11 Ellos, cuando oyeron que vivía, y que había sido
visto por ella, no lo creyeron.
Jesús se aparece a dos de sus discípulos
(Lc. 24.13-35)
12 Pero después apareció en otra forma a dos de
ellos que iban de camino, yendo al campo. SE SUPONE QUE SON LOS DEL CAMINO DE
EMMAUS.
13 Ellos fueron y lo hicieron saber a los otros; y
ni aun a ellos creyeron. INCREDULIDAD INICIAL, UNA REACCIÓN LÓGICA HUMANA.
Jesús comisiona a los
apóstoles
(Mt. 28.16-20; Lc. 24.36-49; Jn. 20.19-23)
La iglesia no está sola
14 Finalmente se apareció a los once mismos, estando
ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque
no habían creído a los que le habían visto resucitado. (Juan 20:19)
La iglesia tiene una tarea
15 Y les dijo: Id
por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas
el que no creyere, será condenado.
La iglesia tiene una fuente poder, que no obra por sí mismo sino de
Dios.
17 Y estas señales seguirán a los que creen: En mi
nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;
18 tomarán en las manos serpientes, y si bebieren
cosa mortífera, no les hará daño;
La iglesia tiene una misión sanadora, es decir, que alivia los
problemas físicos de la gente.
…sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
Es decir, alivia los males físicos. Incluso lo hace de forma
reactiva. Quien tiene a Cristo nace en él la compasión, la misericordia.
La ascensión
(Lc. 24.50-53)
19 Y el Señor, después que les habló, fue recibido
arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios.
20 Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes,
ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían.
Amén.
Todo este fragmento final es como una síntesis de los otros
evangelios.