Jeremías Ramírez Vasillas
Afirma el Kennet E. Bailey, teólogo y lingüista estadounidense, que la primera carta de Corintios es una obra maestra. No le falta razón. En un recorrido a detalle de esta carta podemos ver la cuidadosa construcción argumental de una enorme cantidad de enseñanzas. Es un tratado de teología teórico práctico de enorme riqueza.
En este último capítulo, el más personal, no pierde la oportunidad para esclarecer, sobre todo en los últimos versículos, aspectos importantes para la fe cristiana.
Gracias estudios profundos, como el Bailey, cuyo libro se titula Pablo a través de los ojos meditarréaneos, sobre esta carta, es que podemos extraer la enorme riqueza que está en su interior y que lectores superficiales, como somos la mayoría — considerando además que hay 20 siglos que nos separan—, no nos logramos percatar.
Agradecemos a Dios que haya hombres dedicados a exponer con tal detalle el enorme edificio teológico que sustenta nuestra fe y conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Gracias a ellos entendemos muchas cosas que no nos son tan evidentes, pero importantísimos, pues la iglesia vive bajo una amenaza constante. Los virus malignos de las doctrinas torcidas sólo pueden ser combatidas con la verdad, de ahí la importancia de estos estudiosos, que como bacteriólogos sanean la vida espiritual de los cristianos.
Ofrendas
Inicia este último capítulo con un tema importante: la vida en comunidad y la importancia de la solidaridad entre los diversos miembros del cuerpo de Cristo. Hay que poner atención como y para qué eran las ofrendas, que distan muchos de la mecánica de las iglesias que se han convertido en negocios lucrativos de sus dirigentes.
Pablo hace énfasis una y otra vez en que unos de los aspecto importantes de la fe y la vida de la iglesia es este aspecto de comunidad. Hoy se hace énfasis en el aspectos individual de la fe, pero no era sí como nos enseño el Señor, ni el apóstol Pablo.
1 En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia.
2 Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.
3 Y cuando haya llegado, a quienes hubiereis designado por carta, a éstos enviaré para que lleven vuestro donativo a Jerusalén.
4 Y si fuere propio que yo también vaya, irán conmigo.
Primero, indica la estrategia de recolección de la ofrenda. No es un diezmo ni tampoco una cantidad fija ni tampoco hay una promesa de recompensa, como si fuera una inversión, como las teologías de la prosperidad afirman erróneamente.
La estrategia es separar cada semana una cantidad que cada quien crea conveniente en función de su prosperidad. Es obvio decir que quien no haya prosperado no tiene porque separar lo que no tiene, no está obligado.
Y esto lo hace así para que la recaudación sea mayor y no lo que en ese momento se pudiera juntar y así ayudar de la mejor manera a las penurias y pobrezas a la iglesia de Jerusalén. No sabemos qué problemas había en ese momento, pero esta es una enseñanza de que, como cuerpo de Cristo, tenemos dos obligaciones: estar enterados de lo que le sucede a los otros hermanos y estar dispuesto a ayudarnos unos a otros.
Y aunque se suponga que en la iglesia debe haber total honradez y confianza, es mucho mejor hacer las cosas para que no haya sospechas ni tentaciones, por lo que es necesario asentar por escrito quien ha sido comisionado para llevar la ofrenda, cuánto es la cantidad que se envía, quién se los manda y con qué propósito.
Veamos como Pablo no se auto nombra para manejar ese dinero, sino en todo caso, si es apropiado él irá también, pero como acompañante.
Planes de Pablo
5 Iré a vosotros, cuando haya pasado por Macedonia, pues por Macedonia tengo que pasar.
6 Y podrá ser que me quede con vosotros, o aun pase el invierno, para que vosotros me encaminéis a donde haya de ir.
7 Porque no quiero veros ahora de paso, pues espero estar con vosotros algún tiempo, si el Señor lo permite.
8 Pero estaré en Efeso hasta Pentecostés;
9 porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios.
Aquí les anuncia que irá a visitarlos cuando pase por Macedonia, porque tiene que ir por alguna obligación. Y hay la posibilidad que se quedé en Corinto en el invierno. Al inicio de la segunda carta nos informa que tanto se cumplieron estos planes. Recuerden que atentos a la voz del Espíritu de Dios, se dejaban llevar por él en casos específicos. Es importante subrayar que el cristiano no es una marioneta de Dios, que el Señor nos deja tomar decisiones, pero corrige el rumbo si ve que es mejor ir por otra parte. Tomemos decisiones pero estemos atentos a su voz.
Dice Bailey que es probable que Pablo quisiera pasar el invierno en Corinto porque es el periodo de mayor trabajo para los fabricantes de tiendas (y que también fabricaban velas) pues era cuando le daban mantenimiento a las naves. Y Pablo podría aprovechar para trabajar y aumentar sus recursos para seguir con su labor misionera. Pero además, afirma Bailey, que también desea que los corintios le ayuden financieramente para su planes futuros, que como Pablo indica: “a donde haya que ir”. La palabra que se ha traducido como “encaminar” es “prompeo”, (que implícitamente indica ayuda en el viaje). El Nuevo testamento interlineal añade debajo de “encaminarías” entre paréntesis: “ayudarías a continuar el viaje”. El BAGD (Diccionario léxico griego-inglés) dice que el sentido de esta palabra es “ayudar en nuestra jornada con la comida, el dinero, disponiendo compañeros, medios de transporte, etc”.
Todo ello, repito, para que pudiera seguir con su obra misionera, pues se iba a quedar en Efeso hasta Pentecostés, y en una breve línea da fe de los pros y los contras en su trabajo: hay una puerta abierta, grande, pero también muchos adversarios. No hay trabajo misionero que no tenga adversarios y entre más grande, más adversarios tiene. Pablo enfrentó a muchos adversarios, dentro y fuera de la iglesia.
10 Y si llega Timoteo, mirad que esté con vosotros con tranquilidad, porque él hace la obra del Señor así como yo.
11 Por tanto, nadie le tenga en poco, sino encaminadle en paz, para que venga a mí, porque le espero con los hermanos.
12 Acerca del hermano Apolos, mucho le rogué que fuese a vosotros con los hermanos, mas de ninguna manera tuvo voluntad de ir por ahora; pero irá cuando tenga oportunidad.
Y es precisamente a causa de esos adversarios que Pablo les pide a los corintios que procuren que la estancia de Timoteo sea con tranquilidad, es decir, que lo cuiden y que le procuren un ambiente de paz, pues al hacer la obra del Señor, como apuntamos anteriormente, tenía muchos adversarios.
Además Timoteo tenía algo en contra: su juventud. En la carta que le escribe a Timoteo le dice que “nadie tenga en poco su juventud”. La discriminación por diversas causas es propio de los seres humanos e incluso dentro de la iglesia. Parece que en ese entonces la juventud no era respetada. Y les pide de nuevo que lo encaminen (prompeo), es decir, que lo ayuden con los gastos de modo que no tenga nada de qué preocuparse.
Sabemos también, por lo que Pablo escribe al inicio de esta carta, que en Corinto había una fuerte división que suponemos era muy enconada. Y esta es posible la razón de que Apolos no quisiera ir a Corinto. Pero Pablo asegura que irá, tal vez cuando las divisiones de la iglesia de Corinto se hayan disuelto.
Salutaciones finales
13 Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.
14 Todas vuestras cosas sean hechas con amor.
De pronto, inserta dos recomendaciones importantes para los cristianos de todos los tiempos.
La primera tiene que ver con la voluntad. Hay veces que si fallamos culpamos a Dios, pero constantemente en la Biblia apela a la voluntad. A Josué Dios le dice: “Esfuérzate y se valiente”. Aquí les pide cuatro cosas: que estén firmes, que se porten varonilmente y que se esfuercen. La permanencia en la voluntad de Dios depende de nuestra decisión, de la determinación que pongamos, de modo que es nuestra responsabilidad 1) Velad, es decir, estar atento. No seamos como esas cinco vírgenes insensatas de Mateo 25 que al esperar al esposo se duermen y cuando despiertan ya es demasiado tarde. Si nos dormimos, un día nos daremos cuenta que hemos perdido muchas cosas, que nuestra vida estaría en una mejor posición si no nos hubiéramos dormido. 2) Pero no es sólo hay que velad, sino además estar firmes. Esta recomendación nos remite a la milicia. El soldado que está de guardia no se mueve de su lugar, está atento para detectar cualquier amenaza y no retrocede. Puede avanzar, dado el caso, pero no retrocede y menos se deja caer. 3) Portaos varonilmente (andrizesthe), es decir, con valor, con coraje. 4) Esforzaos. El andar del cristiano es inevitablemente en contracorriente con el flujo de la cultura dominante y se requiere esfuerzo, mucho esfuerzo cuando la oposición es muy grande. El llamado de Dios a Josué es vigente a todas las personas en todas las épocas: Esfuérzate y sé valiente.
La segunda: Todo hacerlo con amor. En esta carta Pablo ha subrayado y resaltado el amor. A veces, en la iglesia, se acentúa la sana doctrina, que no está mal, pero de manera fría, sin amor, sin considerar las circunstancias del hermano y muchas veces las exhortaciones sin amor hieren más que aliviar. Toda exhortación (no regaño) debe tener el tacto que permita que el hermano se sienta cobijado.
Y cuando aquí dice que TODO lo hagamos con amor, es todo, hasta las tareas más triviales como barrer o lavar los trastos o tender las camas o atender a los clientes o manejar una máquina. El cristiano debiese predicar con sus actos amorosos y que los demás lo vean y lo sientan. Si hacemos las cosas a regañadientes, por obligación, no hemos entendido nada.
15 Hermanos, ya sabéis que la familia de Estéfanas es las primicias de Acaya, y que ellos se han dedicado al servicio de los santos.
16 Os ruego que os sujetéis a personas como ellos, y a todos los que ayudan y trabajan.
17 Me regocijo con la venida de Estéfanas, de Fortunato y de Acaico, pues ellos han suplido vuestra ausencia.
18 Porque confortaron mi espíritu y el vuestro; reconoced, pues, a tales personas.
19 Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, os saludan mucho en el Señor.
Aquí Pablo reconoce el trabajo y la integridad de varias personas, a las que pone de modelo a seguir. Primero habla de Estéfanas, en Acaya, justamente en la región donde está Corinto, y Pablo lo menciona como un ejemplo a seguir. Los cristianos debemos reconocer quienes se destacan en el Señor y hay que buscar imitar su trabajo, y de esa manera fortalecemos los resultados que estos hermanos destacados están logrando.
También menciona a Fortunato y Acaico, de quien se sabe poco, pero que en ese tiempo eran conocidos como ejemplos vivos. Por eso debían imitarlos, seguirlos y sujetarse a su autoridad pues esta proviene de su obediencia y de su constancia y entrega a Dios.
De paso Pablo menciona a dos personajes conocidos por los Corintios: Aquila y Prisca. La versión sesenta de Reina-Valera traduce “Priscila”, pero el original, como lo traduce la Biblia textual, es Prisca. Tal vez no tenga importancia este detalle o tal vez nos dice que escribir en diminutivo podría restarle importancia a la obra de esta hermana valiosa, de modo que Pablo prefiera escribir su nombre tal y como era: Prisca.
20 Os saludan todos los hermanos. Saludaos los unos a los otros con ósculo santo.
21 Yo, Pablo, os escribo esta salutación de mi propia mano.
22 El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene.[a]
23 La gracia del Señor Jesucristo esté con vosotros.
24 Mi amor en Cristo Jesús esté con todos vosotros. Amén.
Básicamente con los saludos es otra manera de subrayar que la vida cristiana es comunitaria y no sólo algo personal, individual.
En el verso 23 hay un cambio del discurso para expresar una sentencia contundente y enérgica: “El que no amare al Señor, sea anatema”. Recordemos lo que Pablo dice en el 12:3: “…os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús”. Esto nos indica que el mismo Señor era descalificado e insultado incluso dentro de la iglesia. Por eso subraya que quien rechaza a Cristo así mismo se ha condenado, es decir, es anathema. Y la frase que escribe enseguida (que en la versión sesenta de Reina Valera como “El Señor viene”), en el original está en arameo: Maranatha. Los linguístas nos dicen que esta palabra tiene un significado ambiguo. Esta compuesta por “Maran” (nuestro Señor) y “atha”, viene o vino o vendrá, por lo que se puede traducir en tres sentidos temporales: Futuro, como está en la Reina Valera: El Señor Viene”, o también en pasado: “El Señor ha venido” o en presente continuo: “Esta viniendo”. Algunos comentaristas creen que el sentido puede ser en pasado: “ha venido”. Quizá les está diciendo: pues digan lo que digan lo detractores de Jesús, Él Señor ya vino”. Pero en los tres sentidos afirma que vino, que sigue viniendo (cada que alguien le recibe su presencia se acentúa y se manifiesta cambiando vidas) o que vendrá al inicio de tribulación. Es decir, digan lo que digan, el Señor es una realidad pasada (vino, murió y resucitó), presente (está continuamente con los suyos) y futura (y su plenitud la veremos cuando físicamente le veamos en el momento que venga por su iglesia y reinar con ella).
Por lo anterior, porque su presencia es innegable, pide que además la gracia del Señor siga estando en los corintios, que no se alejen y hagan que su gracia se diluya. La iglesía de corinto podría vivir en desorden pero la abundancia de los dones indicaba que la gracia del Señor estaba con ellos y Pablo quiere que siga con ellos.
Y termina con una frase interesante: “Mi amor en Cristo”. Pablo amaba al Señor intensamente. Ese amor, intenso, profundo y comprometido, es el que tiene hacia los corintios, a pesar de su forma desordenada de ser.