sábado, 28 de noviembre de 2020

CONTRABANDISTA DE DIOS

Jeremías Ramírez Vasillas

El título de este libro cristiano parece un contrasentido, porque el contrabando es un delito que consiste en la entrada, la salida y la venta clandestina de mercancías prohibidas o sometidas a derechos y que se defrauda a las autoridades locales. 

Sin embargo, eso fue precisamente lo que durante muchos años estuvo haciendo el holandés Andrew van der Bijl, mejor conocido como “El hermano Andrés”. Como en su fecha de publicación (1967) de este libro Andrew van der Bijl corría peligro por su actividad en los países comunistas, firmó sólo con su nombre de pila. 

¿Cómo puede haber un contrabandista de Dios? El hermano Andrés, durante muchos años, contrabandeó Biblias y libros cristianos hacia los países comunistas, en donde la Biblia y la práctica religiosa estaban prohibidas. Pero no las vendía, sino las donaba a iglesias cristianas clandestinas con las que iba entrando en contacto.

Andrew van der Bijl nació el 11 de mayo de 1928 en Sint Pancras, Holanda, en una familia pobre. Cuando aún era niño lo alcanzó la Segunda Guerra Mundial, pero las tropas nazis sólo se asentaron en su pueblo, pero sin que él y su familia sufrieran persecución y sin que tuvieron contacto con algún judío que los pusiera en riesgo. 

Al término de guerra se enroló en el ejército holandés para librarse de ejercer algún oficio propio de su condición social: carpintero, carnicero, obrero fabril, etc. 

Durante su entrenamiento militar tuvo contacto con algunas iglesias cristianas, pero no le influyeron en nada, aunque se hizo amigo de una muchacha cristiana quien estuvo ayudándolo mucho tiempo. 

Cuando lo mandaron a la guerra intercambiaba cartas con esta muchacha, y mientras ella le escribía de Cristo, Andrew trataba de conquistarla. Un día, en una de las batallas, en Corea, fue herido en un pie y lo regresaron a su pueblo.

Sin muchas expectativas laborales, y además con una lesión que lo dejó con cierta cojera, tuvo un encuentro con Cristo y se convirtió. Su pasión por la Biblia y la vida cristiana despertaron en él el deseo de ser misionero, pero sin una formación académica no lo aceptaban en ningún seminario.

Orando y buscando opciones descubrió una escuela para misioneros en Inglaterra. Mandó su solicitud y fue aceptado. Poco a antes de partir le informaron que se había pospuesto su autorización por falta de cupo. A pesar de ello, siguiendo las indicaciones de Dios, partió hacia ese país y, a pesar de que no fue admitido ese año, le ofrecieron trabajo en las oficinas del seminario y su buena disposición a desempeñar cualquier labor se ganó la simpatía de muchos. Cuando le avisaron que había un lugar disponible, una persona que se había convertido en su amigo, le pagó su inscripción y entró.

En este seminario no sólo formaban a los estudiantes en teología, sino que los entrenaban para confiar en Dios a través de duras pruebas, como ir a lugares distantes a predicar, pero sin dinero; y confiar en Dios para Él supliera todas sus necesidades, incluyendo la inscripción anual. La condición para permanecer en la escuela es que no pidieran donativos ni ayuda económica: tenía que aprender a confiar que Dios les supliría todas sus necesidades, fueran grandes o pequeñas. Varias veces estuvo tentado a pedir ayuda, pero logró superar estas pruebas que en su vida misionera le fueron de suma utilidad en lugares donde no tenía otra alternativa que confiar absolutamente en su Señor.

Al terminar su formación académica regresó a Holanda y sin saber en dónde ejercer su ministerio, se puso a trabajar en una fábrica en donde tuvo su primer reto: trabajar con un equipo sólo de mujeres sumamente insolentes y groseras que lo ponían a prueba todos los días con insinuaciones soeces y provocaciones. Fue en ese lugar donde inició su labor evangelística, sin bien al principio quiso huir del lugar, pero gracias al apoyo emotivo de la cajera, que era cristiana (quien después se convirtió en su esposa), enfrentó el reto y logró llevar a Cristo a la líder, a la más aguerrida, la más atrevida, la más grosera, y todo el departamento cambió.

En algunos viajes turísticos a algunos países comunistas se fue dando cuenta de persecución de los cristianos y la falta de Biblias. Dios puso en su corazón el deseo de hacer algo por estos hermanos. Poco a poco Dios lo fue instruyendo, y le proporcionó un automóvil Volskswagen Sedán que le obsequiaron, con el cual, lleno de Biblias, empezó a cruzar las fronteras de Checolovaquía, Polonia, Rumanía y finalmente, la Unión soviética, con una oración específica en cada cruce fronterizo: “Así como le abriste los ojos a algunas personas, cierra los ojos de los guardias”. Dios cumplió siempre su petición y de esa manera cruzó y entró muchas veces sin que nadie advirtiera su preciosa carga.

En esos viajes fue conociendo a varios cristianos quienes los orientaron y lo pusieron en contacto con las iglesias clandestinas. Y pudo ver la enorme necesidad de la palabra divina, pero, al mismo tiempo, la intensidad de la flama de la fe de estos cristianos cuya luz se había purificado en el sufrimiento.

Una vez que cubrió todos los países comunistas europeos enfocó sus baterías a dos países con regímenes comunistas, pero alejados de su natal Holanda: Cuba y China. 

De Cuba afirma que había libertad para la proclamación del evangelio, pero en China parece que el cristianismo había sido erradicado. Ahí, en el gigante asiático, no tuvo problemas para introducir Biblias pues los funcionarios, que si veían lo que lleva, no le daban importancia, pero su mayor tristeza que sufrió fue descubrir a una sociedad ajena al evangelio y que no mostraba interés alguno por saber la Biblia.  Cuando intencionalmente dejaba biblias o folletos, se los regresaban no importaba en dónde estuviera. A veces llegaban a las puertas de su cuarto de hotel con el material.

Esta falta de interés era sólo aparente pues según el testimonio del hermano Yun, un cristiano chino de esa época cuando el hermano Andrés visitó China, líder de las Casas-iglesia, nos cuenta en su libro, El hombre celestialque sí había escasez de biblias e interés por ellas, además que los cristianos chinos eran perseguidos ferozmente, y la gente tenía miedo de que le encontraran en posesión de una Biblia o de literatura cristiana. Y en esas circunstancias el evangelio y los cristianos no sólo sobrevivieron, y sobreviven, sino cómo, a pesar de la persecución, el evangelio creció y crece y se inflama conquistando muchas personas. Esta persecución se mantiene vigente hasta el día de hoy, aunque hacia el exterior pareciera que no hay tal.

Regresando a El Contrabandista de Dios, cabe señalar que las aventuras, que narra son dignas de una película de suspenso, en las que se ve la mano de Dios guiando a su pueblo en medio de la adversidad. Sorprende que una misión que él empieza en solitario culmina con un grupo (al que se suma su esposa, valiente y comprometida mujer), y con quienes fundan la base de una organización denominada “Open doors” (Puertas Abiertas), que hasta la actualidad se dedican a llevar Biblias en los países donde es prohibido el cristianismo y los cristianos son perseguidos, como en China y en los países musulmanes.

Si algo llama la atención de esta historia real es cómo estos héroes tienen una fe enorme y una dependencia absoluta del Dios para llevar a cabo su tarea, una tarea que se realiza al filo de la navaja.  

Es un libro inspirador para despertar en nosotros la pasión por el evangelio y su proclamación. 

El El Contrabandista de Dios tiene una magnífica narrativa que captura y logra tal vivacidad emocional que se siente el peligro en cada aventura del hermano Andrés. 

Es probable que la magnifica narrativa se deba a que en su redacción el hermano Andrés contó con la ayuda de dos escritores profesionales: Juan y Elizabeth Sherril, quienes además fueron coautores de varios libros sumamente difundidos en los años setenta y ochenta: El escondite secreto de Corrie ten Boom y La cruz y el puñal de David Wilkerson.


martes, 24 de noviembre de 2020

COMENTARIO A COLOSENSES CAPITULO 1

Pablo nunca había visitado a los colosenses, como lo declara al inicio del capítulo 2 de esta carta: “ Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro…“, a pesar de ello, hay una relación estrecha entre ambos y también son objeto de su preocupación. De alguna manera, ellos son consecuencia de su trabajo evangelístico el cual Pablo emprendió en esa región, y las buenas noticias tuvieron un efecto de expansión alcanzando las ciudades cercanas, en primera instancia, y luego a regiones más lejanas, hasta alcanzar prácticamente todo el orbe y llegar a nosotros.

El objetivo principal de esta carta es afianzar los aspectos apropiados de su fe y de su vida cristiana, pero también combatir las enseñanzas torcidas que desde ese tiempo y hasta el día de hoy amenazan a la iglesia. Sus enseñanzas son de tal relevancia que tal vez nunca acabemos de analizar a fondo, enriqueciendo nuestra vida espiritual.
Analicemos, pues, este primer capítulo.

Salutación
1  Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo,
2 a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

La carta tiene un destinatario: los santos y fieles hermanos en Cristo… de parte de Pablo y Timoteo. Y les desean GRACIA Y PAZ, dos de los dones más maravillosos que Dios da a sus hijos.

La GRACIA es el favor inmerecido, el gesto de amor de Dios para salvarnos por medio de el sacrificio de Jesús, y también el ser consolados y fortalecidos en el Señor todo el tiempo. Su gracia inicia salvándonos y continua bendiciéndonos a lo largo de nuestra vida.

PAZ. Cuanta gente daría por tener paz. El señor Jesús nos dice en Mateo 11: 28-30): “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

Virtudes de los Colosenses los cuáles agradece Pablo a Dios
3 Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
4 habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos,

Qué cualidades más hermosas tenían los closenses: Fe y amor. Ojalá que su iglesia nuestra se distinguiera por nuestra fe y amor, y que asñi fuésemos conocidos.

5 a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio,

Es interesante que esta fe y este amor sean fruto de su esperanza, es decir, de aquello que recibirán en el cielo. Se enteraron de este tesoros a través de las buenas noticias del evangelio. Ese es el evangelio, la revelación a la gente que no estamos sólo en el mundo y que no todo acaba con la muerte, sino que pueden tener algo maravilloso en el cielo: una vida maravillosa ahí, con Cristo, donde no habrá más penas ni más dolor, como dice un himno.

6 que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad,

Lleva fruto y crece. El cristianismo no es una creencia hueca, sino un modo de vivir que produce algo aquí que se puede ver y que además crece. El Señor dijo: “por su frutos los conoceréis…” Un cristiano de verdad se disntingue por sus frutos: amor, paciencia, paz, benignidad, bondad… si no hay fruto es un indicador que no ha habido nuevo nacimiento en Cristo o que no hay crecimiento.

7 como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros,
8 quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.

Epafras ha llevado las buenas noticias a Pablo de como el evangelio se está desarrollando en Colosas y de qué manera esta creciendo. Y esto alegra enormemente a Pablo, pero ahí no termina todo. Esos cristianos necesitan fortalecerse, y entonces Pablo les comunica que está orando a Dios por este fortalecimiento.

Objetivos específicos de la oración de Pablo
9 Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,

Es muy importante ser lleno del conocimiento de su voluntad. La ignorancia nos lleva al error. El Señor recrimina a los saduceos por preguntar cosas sin sentido: “Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios.” Ahora bien, el mero conocimiento es importante pero necesita además sabiduría (saber hacer los correcto) e inteligencia. Se ha hablado ahora mucho de la inteligencia emocional, pero mucho más importante la “inteligencia espiritual”. Oremos para que yo y todos nosotros tengamos mayor conocimiento de la voluntad de Dios en toda sabiduría e inteligencia espiritual”.

10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;
11 fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; 12 con gozo…

El conocimiento de su voluntad nos permitirá andar dignamente. Ah, este es la mejor forma de predicar las buenas nuevas, cuando nuestra vida es olor fragante para Dios, llevando fruto y buenas obras (es decir, haciendo bien todas las cosas), y conociendo cada día mejor a Dios, y hay mejor forma de conocerlo que experimentar la convivencia con él. La palabra nos dice de Enoc que caminaba con Dios y por ello, Dios se lo llevó… 

…dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;
13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

Reconciliación por medio de la muerte de Cristo

Hoy, poca gente se percata que anda en tinieblas, salvo cuando tienen problemas graves y algunos ni así… Pero en aquella época oscurantista en el que vivían llenos de temor, ya sea por las fuerzas oscuras espirituales como por las condiciones de vida poco seguras. De modo que cuando descubrían el evangelio y se entregaban a Dios, sus vidas eran iluminadas. Hoy pasa los mismo, cuando alguien se da cuenta de que su vida es espantosa y recibe al Señor, una luz intensa lo inunda. Y eso nos permite participar de la rica herencia que se nos tiene guardadas en el cielo y en una nueva vida por el perdón de nuestros pecados. Libres de su yugo podemos vivir una vida plena. Dijo en Señor (sigue vigente su mensaje): “Yo he venido a darles vida y vida en abundancia…”.

De pronto el tono del discurso cambia y nos muestra algo maravilloso sobre Cristo, todo ello con el objetivo de dejan en claro quién es realmente Cristo.

Quien es Cristo y cuál su grandeza (poniendo las cosas en claro)
15 El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;
18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;
19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

Según se sabe y podemos deducir, ya en ese tiempo había corruptores del evangelio, personas que estaba enseñando cosas diferente. Por ello Pablo deja en claro quién es el Señor. 

Primer, es la imagen de Dios, el eikon, dicen en griego, es decir, Jesús es la demostración de cómo es Dios. Felipe le dice al Señor: “Muéstrenos al padre” Y el Señor le contesta: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?” (Juan 14:9)
Y no sólo es la imagen, sino el creador de todas las cosas. Es decir, no fue un profeta (como dicen algunos) ni un hombre sabio o un iniciado, sino también el creador y sustentador de TODAS LAS COSAS, y todas las cosas por el subsisten.
Y Él es la cabeza de la iglesia, no el Papa, o un espíritu, o un ente, o una organización. No, Cristo es la cabeza y nosotros el cuerpo.
El es el principio, el más importante o (primogénito, como dice la escritura) en la resurrección, por eso tiene la PREEMINENCIA y en el habita toda la plenitud de Dios.
Y con su sangre ha hecho la paz, para poner orden en la tierra y en el cielo. La creación gime por su liberación, no dice Pablo en Romanos. El pecado ha tenido un efecto devastador más allá de lo imaginable y el sacrificio de nuestro Señor tiene un alcance mayor.

Efecto de la reconciliación de Cristo con su muerte en los colosenses
21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado
22 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;
23 si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.

Noten esta palabra: “si en verdad permanecéis fundado y firmes en la fe”.

Ministerio de Pablo a los gentiles
24 Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia;
25 de la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios,
26 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,
27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,
28 a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre;
29 para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.

Y Pablo es ministro, es decir, alguien suministra, que da, que difunde las buenas noticias. En griego nos dice que ministro es “diakonos”, es decir, servidor, como dice la Biblia textual, para revelar el misterio: CRISTO EN VOSOTROS, ESPERANZA DE GLORIA. Esta revelación no es exclusiva de un grupo selectos, ni de una raza o una nación, o de “los elegidos”, sino de todos, por eso agrega, “amonestando a todo hombre, enseñando a TODO hombre. Es un mensaje universal para que todos puedan llegar a Dios sin intermediario, sólo a través de Cristo.

sábado, 14 de noviembre de 2020

DESTINADA A VIVIR



 Jeremías Ramírez Vasillas 

Los judíos y la Segunda Guerra Mundial es un filón infinito de historias. Su tragedia se ha volcado en un sinfín de novelas, novelas testimoniales, documentales y películas. Y puedo decir que, hasta obras de teatro, aunque no haya visto alguna. 
    El cuantioso volumen de libros, novelas, películas parece que agotan el tema, pero cada vez nuevas obras descubren aspectos desconocidos de la tragedia. 
   En los años setenta compre el libro Destinada a vivir, un libro autobiográfico de Johanna Ruth Dobschiner, una joven judía holandesa que vivió en Berlín durante su infancia, pero ante los problemas y persecución de los judíos, poco antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, su padre decidió regresar a Holanda, su patria de origen, donde creían que estarían a salvo de la furia hitleriana. Sin embargo, cuando la guerra se extiende, pronto se verán envueltos de una vorágine de violencia sin tener la mínima posibilidad de huir. Los problemas crecen hasta que un día los saldados vienen por su familia. Su madre le dice que se quede encerrada en su habitación, la cual hace. Milagrosamente lo soldados no revisan ese cuarto, y se salva de ir a un campo de concentración. Espera el regreso de sus padres, pero cuando los días de espera se acumulan sabe que ya no regresarán y pronto ella tendrá que huir pues sus vecinos saben que ella es judía y no faltará quien la delate. 
    La guerra aumenta la necesidad de servicios médicos y, por esta razón, al fin logra entrar a trabajar como enfermera. Ella deseaba ser enfermera y varias veces lo había intentado entrar a algún hospital para aprender, pero sin formación académica que la certificara fue imposible. Y logra entrar al hospital que le habían negado anteriormente el ingreso. Pronto aprende un oficio que ama, y durante un tiempo el hospital y su oficio la mantienen a salvo de los nazis. Sin embargo, un día llegan al hospital y todo el personal y enfermos judíos son apresados y llevado a un campo de concentración. Ella es apresada también pero cuando están a punto de que cierren el vagón los judíos que van con ella, al saber que era enfermera, temen que los contagie de alguna enfermedad y protestan, Extrañamente los soldados la bajan. Y ella, una vez en tierra, ve a una mujer que está embarazada y la saca de la fila argumentando que la mujer necesita atención médica. La mujer se deja llevar y en el consultorio médico de la estación conoce a un médico que también trata de rescatar judíos de la muerte, y le dice que se quede con él a trabajar. Ambos, cada día, rescatan a uno que otros hasta que su labor se vuelve sospechosa y ella tiene que huir. Regresa a su hospital y sigue trabajando, pero el riesgo es latente. 
    Un día le ofrecen ponerla en contacto con una organización que está salvando judíos. Con mucho temor, pero alentada por sus compañeros, acepta y una mañana viene un hombre extraño por ella. No le tiene confianza, pero no tiene más opción. Este hombre primero la hace que se quite la estrella amarilla, que hable sólo alemán para que se haga pasar como alemana, y lo siga a él sin chistar. Por una extraña ruta, que pasa del tren a un auto y luego en bicicleta y otras a pie, llegan a una casa que en realidad es un refugio donde viven escondidos varios judíos. Esta casa, con estrictas reglas, será su hogar por varios meses. Sucede que el hombre era un pastor evangélico y esa casa es la casa parroquial. Allí conoce la solidaridad, el amor de los compañeros, la cordialidad. 
    Un día, en esa casa, encuentra una Biblia para niños y allí descubre que Jesús, el Dios cristiano, es judío. Para ella esta revelación es un shock. Jamás se había imaginado que Cristo era judío; ella siempre creyó que los cristianos nada tenían en común con los judíos. Pero no sólo eso, sino que Cristo es un judío admirable, un profeta, un hombre intachable, con grandes enseñanzas. La lectura pronto la hará descubrir que este Cristo es el Mesías que por siglos ha esperado el pueblo judío y que, además, su pueblo desprecia. No entiende por qué, y porque nadie le habló de él. La lectura la va acercando a Cristo hasta que decide entregarle su vida y seguirle. Poco a poco va descubriendo más y más, pero el furor de la guerra obliga a abandonar la casa. De hecho, todos son llevados a nuevos hogares. 
   Durante un tiempo pasa de una casa a otra, y en cada una el riesgo de morir es muy alto, pero milagrosamente sigue viva. Finalmente, la guerra termina y ella descubre con tristeza que ese pastor que la salvó fue apresado y ejecutado antes de que acabara la guerra. Ya en libertad, busca en dónde aprender más y se integra a una iglesia cristiana en la que pronto se sentirá en casa y los cristianos que va conociendo son su familia. 
    El libro es impactante, de una tensión emocional tan vívida, que se siente el dolor de los protagonistas, particularmente de Ruth. Es un libro que muestra la miseria del ser humano y su grandeza, su nobleza. 
   Es bien sabido que muchos holandeses construyeron refugios secretos para albergar a judíos en sus casas. Los mismo sucedió en Polonia o en Francia, aunque no siempre la historia tuvo finales felices. Muchos fueron delatados hasta por familiares o amigos y murieron en los campos de concentración o fueron fusilados, quemados, asfixiados. Ana Frank fue uno de esos casos trágicos. Una vez que la descubrieron terminó en un campo de concentración donde murió. 
    Lamentablemente, este libro Destinada a vivir, es prácticamente inconseguible. Y en el internet no se pude obtener información de ni del libro ni de Johanna. Lo único que sabemos, y eso porque el libro lo revela al final, es que emigró a Escocia y después perdemos todo rastro de ella. Ojalá alguien pudiera contarnos cómo fue su vida posterior. 
    Yo me pregunto ¿cuántas Johannas existieron? ¿Cuántas murieron, cuántas se salvaron? No lo sabemos, pero conocer la historia de Johanna nos permite tomar conciencia de los aspectos valiosos de la vida humana y que debemos luchar por preservar. Y que a pesar de que la religión cristiana es atacada, a veces, virulentamente, hay muchas historias cristianas nobles por conocer: historias llenas del amor de Cristo en personas comunes, pero que eso no les impidió hacer muchos actos heroicos e incluso a ofrendar su vida por otros.

ESTUDIO SOBRE APOCALIPSIS 20: Los mil años

Jeremías Ramírez El tema principal de este capítulo 20 es ese periodo de tiempo denominado “Milenio” y que ha sido causa de enorme discusión...